Egidio Cuadrado, el legendario acordeonero que acompañó a Carlos Vives durante más de 30 años, falleció la madrugada del sábado en Bogotá. Su partida ha dejado un vacío profundo en la música vallenata y en la vida de quienes lo conocieron, especialmente su amigo y compañero de escenarios, Carlos Vives.
En una emotiva entrevista con Néstor Morales en Mañanas Blu, Vives compartió su dolor y recordó los momentos más significativos que vivió junto a Cuadrado, quien se destacó como un pilar en la evolución y modernización del vallenato.
Aunque Vives esperaba el fallecimiento de Cuadrado debido a sus problemas de salud, la noticia no dejó de ser un duro golpe. «Anoche me acosté sabiendo que mi compadre ya no le quedaba mucho», confesó el cantante. Desde la pandemia, la salud del acordeonero se había deteriorado, y Vives temía que su amigo no superara esa difícil etapa.
En un acto premonitorio, Vives recordó el último concierto que compartieron en el estadio El Campín de Bogotá. «Yo sabía ese día que él ya no volvería más», admitió, con una voz llena de tristeza.
Durante la conversación, Vives destacó la importancia de Cuadrado en la música vallenata, resaltando su capacidad para mantener viva la esencia campesina del género, mientras se fusionaba con elementos modernos. «La provincia era la mezcla de músicos jóvenes, digamos bogotanos, con los músicos de la provincia», explicó, refiriéndose al innovador proyecto musical que creó junto a Cuadrado y que redefinió el sonido del vallenato.
Cuadrado, fiel a sus raíces, nunca dejó de ser ese campesino que amaba la música, una autenticidad que, según Vives, fue clave para conectar con las audiencias.
Egidio Cuadrado no solo fue un acordeonero extraordinario, sino también una fuente inagotable de conocimiento musical. Vives recordó las parrandas que compartían y los cuadernos en los que Cuadrado guardaba versiones inéditas de canciones que nunca llegaron a grabarse, destacando su profundo respeto por figuras icónicas como Rafael Escalona.
«El respeto que tenía mi compadre Egidio por Rafael era una cosa increíble», subrayó Vives, rememorando la conexión de Cuadrado con la historia del vallenato.
Para Carlos Vives, la muerte de Cuadrado no solo significa la pérdida de un amigo cercano, sino también el cierre de una era en la historia de la música vallenata. «Con la muerte de mi compadre, se va La Provincia definitivamente», afirmó con nostalgia.
En sus últimas visitas al hospital, Vives se preparó para el desenlace inevitable, aunque el dolor de la despedida lo marcó profundamente. «Yo ya sabía que mi compadrito no tenía vuelta atrás», confesó, recordando los momentos finales que compartió con su querido amigo.
