Redacción
Pocos, en medio de esta difícil situación, en la que cientos de bares y restaurantes están cerrando sus puertas en el país, se atrevería a pensar, siquiera, en abrir uno de estos negocios.
Pero el optimismo de Alejandro Kunstmann, gerente comercial y segunda generación familiar de la Cervecería Kunstmann, de Chile, frente a la posibilidad de que esta crisis sea superada más temprano que tarde, lo llevan a pensar en esa posibilidad, para así vender de forma directa sus cervezas artesanales, las cuales se comercializan en Colombia desde mediados del 2019.
El directivo le contó a EL TIEMPO Los planes de la cervecera chilena en el país.
¿Cómo les ha ido con sus cervezas en el país en estos primeros?
Este mercado siempre nos ha parecido interesante y tiene un potencial importante en el crecimiento de la cerveza ‘craft’ y artesanales, si se le compara con otros países donde se ha desarrollado el tema. No tenemos la menor duda de que en Colombia, pasando esta contingencia, sigan en auge las cervezas especiales.
Nosotros llegamos en el segundo semestre del 2019, estuvimos con varias actividades en ExpoCarulla, donde dimos a degustar nuestras cervezas que tuvieron buena acogida. Desde entonces, estamos presentes en las cadenas Éxito y Carulla en Bogotá y en ciudades como Medellín.
Y con esa experiencia ¿qué esperan ahora?
Estamos en un proceso de ampliar la cobertura en los supermercados y de incentivar la prueba del producto. Teníamos cierto precedente con algunos consumidores que nos conocían porque hace algunos años habíamos exportado hacia Colombia algunas variedades como las lupuladas que tuvieron gran aceptación. Seguimos trabajando, sorteando esta contingencia, llevando las cervezas a más puntos y con expectativa de poder abrir puntos de consumo de la cerveza, como bares o restaurantes en la medida que la coyuntura lo permita.
¿Qué características tendrían esos bares?
En muchos de estos se puede experimentar lo que es el proceso de fabricación de la cerveza. En los que tenemos en Santiago (Chile) experimentamos el proceso a través de una pequeñas plantas, donde los clientes pueden observar y probar recetas, son experiencias muy dinámicas porque se puede vivir la experiencia de la marca integral y conocer su historia.
Los clientes pueden observar y probar recetas, son vivencias muy dinámicas porque se puede vivir la experiencia de la marca integral y conocer su historia.
¿Hay planes de manufacturar el producto en el país?
Por ahora el proyecto es estar con una cerveza importada, que es un poco lo que se ha mantenido en los otros países de la región (Argentina, Uruguay, Paraguay, Perú, Bolivia. Con lo que sí seguimos adelante, y es un anhelo en el futuro, es tener locales de consumo propio. En la actualidad tenemos seis bares de la marca, cinco en Chile y uno en Argentina, sin duda que en los países donde se pueda apoyar la marca con un bar propio nos encantaría estar presente en el futuro.
¿Cómo es el proceso de expansión en un país como Colombia, donde el consumidor es fiel a sus marcas?
Sin duda hay una preferencia importante a las marcas locales, pero vemos que también hay un gusto y una creciente curiosidad por productos importados. La imagen de Chile en Colombia, por sus vinos, nos ha ayudado bastante y hemos tenido buena respuesta. Y si bien la preferencia de los colombianos por las cervezas propias locales es muy fuerte, cuando se entra al mundo de las cervezas especiales, también hay preferencia por probar experiencias de Latinoamérica que ya tienen ciertas referencias en otros países en esa e especialidad.
¿Y cuál es la meta?
Apuntamos a tener un rol relevante como una cerveza importada y en ese sentido complementar de buena forma el portafolio que nuestro socio distribuidor (Central Cervecera) en Colombia está desarrollando.
¿Qué tanto de la producción exportan a otros países?
Producimos alrededor de 200.000 hectolitros por año, hemos venido creciendo con el mercado enfocado principalmente en Chile y liderando la categoría de cervezas ‘craft’. Las exportaciones aún son pequeñas en función de la producción total, hoy en día está en torno al 5 por ciento.
En general, hay una disposición a pagar un poco más por parte del consumidor por una cerveza de carácter masivo.
¿Qué tan costoso es este producto frente a una marca tradicional?
Está por encima, sin duda, pues en términos de tiempos de maduración, de tipos e insumos hace que el costo sea mayor y por ende el precio al público. Utilizamos lúpulo importado de Alemania y Estados Unidos, muchas maltas europeas, el agua del sur de Chile, que es muy blanda y un proceso muy dedicado en tiempos largos de maduración, lo que pone una condición muy distinta a una especialidad. Ahora, en general, hay una disposición a pagar un poco más por parte del consumidor por una cerveza de carácter masivo.
Una cerveza a la conquista de los colombianos
Con 16 variedades en su portafolio, cuatro de estas ya se venden en Colombia, la cervecería Kunstmann se propuso conquistar a los consumidores del país desde el 2019.
Sus orígenes se remontan a 1991, cuando la familia Kunstmann decide apostar- le a esta bebida en un país de tradición vinícola.
Desde Valdivia, ciudad al sur de Chile donde procesan sus variedades cerverceras, esta familia exporta su bebida artesanal y ‘craft’ a países como Argentina, Uruguay, Paraguay, Perú, Bolivia y ahora Colombia, donde ven gran potencial.
REDACCIÓN ECONOMÍA Y NEGOCIOS
