El Secretario General de la ONU, aplaude con entusiasmo a los actores involucrados – Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) – al dar inicio a una etapa trascendental en su proceso de paz con el efectivo cese al fuego bilateral. Esta gesta inédita promete un cambio radical en la dinámica del conflicto armado, tan lacerante para el pueblo colombiano, y especialmente para el departamento de Arauca.
De cumplirse de manera íntegra y en buena fe este acuerdo de cese al fuego, y si ambas partes persisten con un compromiso inquebrantable de reducir el sufrimiento civil, podría generar una disminución significativa de la violencia y un incremento en la confianza necesaria en la mesa de negociaciones de paz.
Este crucial momento también pone de manifiesto el papel preponderante de la ONU en la pacificación global. La Misión de Verificación, avalada por el Consejo de Seguridad, está dispuesta a asumir su rol de monitoreo y verificación del cese al fuego.
Las Naciones Unidas también reafirman su total disposición para apoyar el trabajo esencial del Comité Nacional de Participación, en la concepción de un proceso de paz inclusivo, en el que la sociedad colombiana pueda tener un rol activo.
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Los continuos esfuerzos de Colombia por sembrar la paz a través del diálogo no pasan desapercibidos. El Secretario General insta a la comunidad internacional a respaldar tanto políticamente como mediante el apoyo a la implementación de los acuerdos.
A medida que Colombia avanza por este camino de esperanza, es claro que este cese al fuego no es solo un hito en la historia colombiana, sino que también sirve como un faro de luz en la búsqueda de paz mundial.
El apoyo inquebrantable de la ONU en este proceso simboliza la solidaridad global necesaria para enfrentar y superar conflictos armados, y nos recuerda que la paz, en última instancia, es un compromiso colectivo.
