Charla con Sergio Amaya, líder de software de conducción en Nvidia – Sectores – Economía


Sergio Amaya es un ingeniero mecánico especializado en ingeniería automotriz y con una maestría en informática aplicada que salió a los 17 años de Colombia y que lleva vinculado a la industria casi la mitad de su vida, impulsado por la idea de llegar a la Fórmula 1 y motivado también por lo que hacía Juan Pablo Montoya a finales de la década de 1990.

Pero, como él mismo lo dice, curiosamente terminó trabajando para hacer otros bólidos que en el futuro no necesitarán del talento de ningún piloto.

Su trayectoria, de más de 17 años, arrancó en la multinacional Bosch en donde trabajó en el desarrollo de varias asistencias de manejo y seguridad para consagrarse en el desarrollo de las cámaras inteligentes que son los ‘ojos’ de la conducción autónoma.

Precisamente hablamos de este tipo de manejo, de sus posibilidades, sus límites, las regulaciones y el futuro de lo que significará esta tecnología para el mundo automotor y sus ‘arandelas’.

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Empecé a trabajar en esta área hace más de 10 años y mi trabajo era hacer cámaras inteligentes que se montan detrás del parabrisas de los carros. Con estas cámaras se pueden analizar muchas cosas en la vía, por ejemplo, dónde hay otros vehículos, peatones, señales de tránsito, líneas en el piso y mucho más. Este trabajo lo hice en Alemania con fabricantes como Audi, Volkswagen, Jaguar, Land Rover, Honda y Ford. Luego estuve dos años en EE.UU. trabajando en sistemas de visión alrededor del vehículo o cámaras de 360 grados.

La conducción autónoma se define bajo la norma SAEJ3016 que especifica seis niveles de este tipo de conducción. Así, el nivel 0 es cuando el sistema informa al conductor de cualquier peligro, pero éste tiene que actuar y, solo en caso de extrema emergencia, las ayudas se activan, como con el frenado automático de emergencia.

En el nivel 1, hay sistemas que ayudan al conductor de manera continua, como el control de crucero adaptativo, que regula la distancia al vehículo de adelante de manera automática. Luego hay un nivel 2 que es hoy en día la referencia en la industria y que es cuando el sistema toma el control del vehículo bajo supervisión del conductor, quien debe estar preparado para intervenir.

Un ejemplo de este es el sistema Autopilot de Tesla o el Distronic de Mercedes. Para el nivel 3 ya el auto se conduce solo pero el piloto debe estar alerta y en su puesto para retomar el control en caso de que el sistema lo requiera. Sigue el nivel 4 en el que no se necesita conductor, pero está limitado a ciertas áreas, como autopistas o zonas cerradas.

El nivel 5, que aún no existe, es un carro sin timón, ni acelerador, porque se conduce en cualquier lugar y bajo cualquier condición, sin intervención humana.

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Es un asunto de seguridad y de reducción de tasa de accidentes de tránsito pues según la OMS cada año hay más de 1.3 millones de muertes. Para establecer un paralelo, es casi como la cantidad de gente que ha fallecido por la pandemia de Covid 19, con el agravante de que esta cifra se repite anualmente en la última década. Este es el problema que hay que solucionar, pues se estima que un 94 por ciento de los accidentes son causados por un error o negligencia humanos.

Sí, pero son de tipo comercial. Hoy en día hay una escasez de conductores de camiones, tanto en EE.UU. como en Europa, por el difícil estilo de vida que tienen y leyes que limitan sus horas de trabajo. Esto genera una oportunidad pues se usará la conducción autónoma para complementarlos, permitiéndoles horas de descanso a bordo y, al dueño de las flotas, eliminar los ‘tiempos muertos’.

Otro ejemplo son las empresas de ‘taxis robot’ como Uber o Waymo de Google, que ofrecen un servicio de viajes autónomos y allí también el ahorro en costos es importante.

Sergio Amaya es un ingeniero mecánico con una maestría en informática aplicada que salió a los 17 años de Colombia y que lleva vinculado a la industria casi la mitad de su vida

La conducción va a seguir siendo válida durante muchos años, porque el desarrollo de estos sistemas y el reemplazo de todos los carros ‘manejables’ del parque automotor mundial va a tomar todavía bastante tiempo.

Sin embargo, hay especialistas que dicen que manejar en el futuro lejano puede ser comparable con montar a caballo hoy en día, lo que es más bien un deporte o un entretenimiento destinado a sitios cerrados. En unos 50 años, quizá la conducción será solo un pasatiempo, un asunto de placer personal.

(Próxima entrega: obstáculos para masificar la conducción autónoma, quién responderá en caso de un choque, legislación para esta tecnología, riesgos de un ‘ciberataque’ y cómo cambiará el diseño de los carros).

GIOVANNI AVENDAÑO
EDITOR MOTOR.COM.CO

Sergio Amaya fue uno de los invitados al Foro Internacional ‘Artificial Intelligence: Transforming The Future’, realizado por la U. Sergio Arboleda durante la presentación del pregrado en Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial y la maestría en Inteligencia Artificial.

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