BEIJING: Los miembros de una «banda criminal» acusada de tomar el control de los bancos locales fueron arrestados en el centro de China después de que las raras protestas por presunta corrupción financiera provocaron violentos enfrentamientos entre clientes y autoridades.
El sector bancario rural de China se ha visto muy afectado por los esfuerzos de Beijing para frenar una burbuja inmobiliaria y una deuda en espiral, en una represión financiera que ha tenido un efecto dominó en la segunda economía más grande del mundo.
La desaceleración obligó a cuatro bancos en la provincia de Henan a congelar todos los retiros de efectivo desde mediados de abril, dejando a miles de pequeños ahorradores sin fondos y provocando manifestaciones esporádicas.
En una de las manifestaciones más grandes hasta el momento, cientos se reunieron el domingo (10 de julio) frente a una sucursal del Banco Popular de China en la capital de Henan, Zhengzhou, exigiendo su dinero, según múltiples testigos que se negaron a ser identificados.
Los manifestantes portaban pancartas que acusaban a los funcionarios locales y a la policía de corrupción, y pedían al gobierno central que «imponga un castigo severo» a los responsables, según muestran imágenes de video verificadas por AFP.
Las imágenes de la manifestación del domingo mostraron a los manifestantes arrojando objetos, mientras que un participante dijo a la AFP que los manifestantes fueron golpeados y heridos por hombres no identificados.
Otro video verificado por AFP mostraba a un hombre con un ojo hinchado que decía haber sido golpeado por «mafiosos» y arrastrado a un autobús por la policía.
Algunos manifestantes acusaron a los funcionarios de confabularse con los bancos locales para reprimir las manifestaciones, y el mes pasado se sospechaba que las autoridades provinciales abusaron del código de salud COVID-19 obligatorio del país para prohibir efectivamente el acceso de los manifestantes a los espacios públicos.
El pase se ha convertido en una parte omnipresente de la vida en China bajo la estricta estrategia COVID-zero de Beijing, y es necesario para acceder a la gran mayoría de los edificios, centros comerciales, lugares públicos y también a ciertos medios de transporte público.
Las protestas son relativamente raras en el país estrictamente controlado, donde las autoridades imponen la estabilidad social a toda costa y donde la oposición es rápidamente reprimida.
Pero los ciudadanos desesperados ocasionalmente han logrado organizar reuniones masivas, generalmente cuando sus objetivos son los gobiernos locales o corporaciones individuales.
