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Ciencia y tecnologa contra una amenaza sin armas : : El Litoral – Noticias – Santa Fe – Argentina

Ciencia y tecnologa contra una amenaza sin armas : : El Litoral - Noticias - Santa Fe - Argentina

La evolución del concepto de Defensa y la soberanía del conocimiento. Acciones frente a la pandemia. El desafío de gestionar la ciencia mientras se la practica y, para que todo sea posible, la necesaria inyección de recursos.

Qu es el Citedef Ciencia y tecnologa contra una amenaza sin armas La evolución del concepto de Defensa y la soberanía del conocimiento. Acciones frente a la pandemia. El desafío de gestionar la ciencia mientras se la practica y, para que todo sea posible, la necesaria inyección de recursos.

Pablo Bolcatto es santafesino, físico, docente, investigador, divulgador y, podría presumirse por la imagen que comparte en redes y en presentaciones públicas, amante de los sombreros. Desde principios de enero está oficialmente a cargo del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (Citedef), organismo que depende del Ministerio de Defensa a cargo de otro santafesino, Agustín Rossi. La pandemia por Covid-19 lo mantiene alejado de su ciudad desde hace tiempo -salvo por un brevísimo intervalo en mayo- pero el contacto con sus afectos es permanente, sobre todo para cotejar cómo impacta por aquí la emergencia sanitaria que allá, en Buenos Aires y por el sostenido incremento de contagios, viene obligando a una cuarentena mucho más estricta.

 

A propósito, el nuevo coronavirus y todo lo que vino con él le dejó el tiempo justo para recorrer el instituto que preside, «muy ancho desde lo disciplinar», y valorar el profesionalismo de las 400 personas que trabajan allí, de las cuales unas 300 son ingenieros, técnicos y científicos.

 

Después hubo que readecuar algunas funciones a las nuevas demandas y coordinar desarrollos para hacer frente a la emergencia. Todo mientras se mantiene el ritmo en los otros campos de acción, que son muchos.

 

Pablo Bolcatto, el científico santafesino que encabeza el estratégico Instituto de Investigaciones del ministerio de Defensa. Foto: Gentileza

 

– ¿Cuáles son los objetivos del Instituto?

 

– El Instituto ahora se llama de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa y la sigla es Citedef. Antes la palabra Defensa estaba cambiada por Fuerzas Armadas y la sigla era Citefa. Es un organismo de ciencia y técnica anterior al Conicet, creado en la década del ’50 que tiene ya 66 años. Es uno de los organismos simientes de la ciencia y la técnica argentina, contemporáneo a la Comisión Nacional de Energía Atómica de la época del segundo gobierno de Perón. Esta organización estaba orientada a resolver problemas tecnológicos y de desarrollo de las fuerzas armadas de ese momento con la concepción de ir hacia una industrialización y una soberanía. En este caso estamos hablando de soberanía del conocimiento, es decir, tomar decisiones autónomas respecto de cuestiones de ciencia y técnica, en principio orientadas a las necesidades de las fuerzas armadas.

 

El concepto de defensa fue evolucionando y se la entiende no solamente como un instrumento militar. En 2008 el Instituto cambió de nombre y empezó a tener autoridades civiles que hasta ese momento habían sido militares.

 

Es un instituto muy ancho desde lo disciplinar y desde sus incumbencias que puede abarcar procesos que tienen que ver con las fuerzas armadas pero también con muchos otros aspectos. Hay dos gerencias: una más cercana a la tecnología y la otra a la investigación en ciencia básica, además de departamentos y laboratorios de todo tipo.

 

En la gerencia de ciencia está el departamento de láseres que debe ser de los más completos en el país, junto con grupos de otras universidades. Es muy activo y así como puede estudiar el desarrollo de radares láseres para la atmósfera o ponerlos en un medio móvil como un avión, también hay grupos que están estudiando fundamentos de la mecánica cuántica.

 

Además, el Instituto tiene un departamento de plagas e insectos porque, como bien se dice, en las guerras éstos mataron a más personas que las balas porque son vectores de epidemias. Hay un grupo de toxicología relacionado con aspectos de radiaciones con las que se puede intoxicar una persona y otro con personas expertas en radiaciones electromagnéticas.

 

El trabajo en el Instituto comprende tres grandes aspectos: Uno es dar servicios a privados y para ello hay laboratorios que certifican en seguridad eléctrica, chalecos antibala y cualquier objeto pirotécnico que puede ser evaluado por nosotros. Además, están los requerimientos de las propias fuerzas armadas y algunos de tipo operativo: cualquier fuerza armada de cualquier país tiene municiones y en países que están en tiempos de paz éstas se vencen, pero hacer su disposición final no es sencillo y también es tarea del Citedef. El tercer aspecto es la investigación básica y el desarrollo tecnológico propio que no tiene que ver necesariamente con las fuerzas.

– ¿Cómo se readecuaron funciones frente a la pandemia?

 

– Ante la emergencia se planteó desde el principio la necesidad de contar con más respiradores y oxígeno. Hay dos tipos de respiradores: uno asistido y otro mandatorio. El primero es el que está en la cama de terapia intensiva y es un instrumento tecnológico complejo que lleva tiempo desarrollar. Así y todo Argentina tenía empresas que lo estaban fabricando y se les dio un incentivo para que puedan aumentar su producción.

 

También se logró importar respiradores y se recibieron donados. Pero se coincidió en que hacía falta un sistema de salud más robusto y muchos se pusieron a desarrollar respiradores/ventiladores que son los de tipo mandatorio. Citedef se puso a trabajar en eso en una asociación con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti), Fabricaciones Militares y un consorcio de pymes; nos presentamos a un proyecto a través de la Agencia de Investigación y Desarrollo, y ganamos.

 

Cada vez que se intenta desarrollar algo propio genera un efecto multiplicador en las pymes e impacta sobre el proceso productivo porque se necesitan proveedores para las partes. El Inti está desarrollando su prototipo, Citedef está haciendo el suyo y estamos prontos a las evaluaciones para la certificación.

 

Ninguno de los ingenieros que se puso a trabajar en esto hacía respiradores, pero todos tenían una formación suficiente como para tomar esto como un problema y resolverlo rápidamente. Eso también es Citedef: tener los recursos humanos para atender un requerimiento de manera rápida y desinteresada. No somos una empresa que produce ni estamos detrás de un rédito económico: esto también es un desarrollo de soberanía del conocimiento.

 

– El cambio de rol que adquirió el instituto es efecto del nuevo concepto de Defensa.

 

– Históricamente hubo un Ministerio de Guerra, con el concepto de «a quién íbamos a atacar». La ley de Defensa habla -precisamente- de la defensa del territorio y de la integridad física de las personas, bien separado de la seguridad interior que tiene su propia norma y sus propias fuerzas. Dada esta emergencia, el ministro de Defensa Agustín Rossi rápidamente conformó un comité y dio la orden al Estado Mayor Conjunto que coordina las tres fuerzas para que forme un comando operacional y coordine las actividades. Desde el punto de vista de la organización de jerarquías, logística y desarrollo territorial, es exactamente igual que si estuviésemos en guerra, por supuesto con otros recursos y sin armas. Para ello se está trabajando a requerimiento de las jurisdicciones.

 

Este trabajo se hace con el apoyo del Servicio Meteorológico Nacional, el Instituto Geográfico Nacional, la Fábrica de Aviones, Fabricaciones Militares y Tandanor. Es fundamental este paradigma de pensar en la defensa y no en la guerra.

 

– ¿Cómo fue el cambio de la docencia e investigación a la presidencia de Citedef que es un espacio más ejecutivo y de gestión?

 

– Fue muy shockeante cuando me lo ofrecieron y fue bastante sorpresivo encontrarme con este instituto, por la calidad de sus profesionales y la magnitud de Citedef. Es muy ancho y heterogéneo por la cantidad de disciplinas que contiene. Me está tocando gestionarlo y estoy muy contento de hacerlo, me siento muy apoyado y respetado por la gente del Instituto. Tal vez alguien podría decir que estoy haciendo «menos ciencia». Sin embargo, con la emergencia y junto a colegas del Instituto, estamos analizando modelos de predicción sobre la pandemia. Para ello necesitamos hacer una serie de análisis así que estoy leyendo papers y también haciendo cálculos.

 

Es muy estimulante este rol de coordinación de actividades y de gestión, porque desde aquí se ve cómo se van logrando los objetivos. Se ven los resultados de los grupos en servicios y nuevos desarrollos por fuera de la emergencia porque la actividad por fuera de la pandemia sigue -casi todo en teletrabajo-. También estoy haciendo ciencia porque la estoy gestionando y consiguiendo recursos para que otros pongan su atención y concentración en eso.

 

Es otra etapa de la vida que me llega en una edad suficientemente adecuada y con más de 30 años de antigüedad como docente universitario para poder afrontarla sin temor a que se lesione mi carrera académica.

 

El instituto es como muchos institutos adentro y también incluye una unidad ejecutora del Conicet. Este es un organismo centralizado pero desconcentrado, lo cual significa que manejo mi propio presupuesto, tengo mi propio servicio de administración financiera. y también hay que gestionar el pago de sueldos, proveedores, etc. Es increíblemente enriquecedor porque se pueden ver, en detalle, las administraciones y complicaciones para implementar una idea, un aspecto con el que no hay que lidiar desde un instituto puro de investigación. Es un desafío profesional que no significa haberme alejado del ser científico o el ser docente. No se puede hacer ciencia descontextualizado del país y de sus propias estructuras y lógicas administrativas. Hacer ciencia es también hacer todas esas cosas. Hay un imaginario de que la ciencia es neutra, que es el conocimiento per se; pero ¿cómo y dónde se genera?

 

– Sin una inyección de recursos no podríamos tener estos desarrollos.

 

– Claramente. Y, además, cómo se inyectan esos recursos, bajo qué mecanismos, cómo se rinde el dinero. Alguien tiene que hacerlo porque, si no lo hace nadie, la ciencia no avanza. Hay que tomar decisiones sobre qué cosas se jerarquizan y tener conocimiento de los aspectos disciplinares para encontrar ese punto de equilibrio.

 

Hacer gestión me ha cambiado la vida drásticamente pero no me ha sacado de sentirme un científico. Y de hecho, sigo colaborando: en cuarentena salieron publicados dos papers de los que soy coautor, se recibió una doctora que era becaria. Es decir, la ciencia no es de un día para otro pero las cosas siguen ocurriendo.

 

Perfil

Pablo Bolcatto es Prof. titular en el área de Física de la Facultad de Humanidades y Ciencias, docente investigador categoría 1 en el Instituto de Matemáticas del Litoral (Imal), dependiente del Conicet en líneas vinculadas a Física Atómica y Molecular, Cálculos Químicos cuánticos de propiedades electrónicas de moléculas, Física de superficies, Física de nanoestructuras y modelización de sistemas de interés biológico.

Fue director del Departamento de Física de la Facultad de Ingeniería Química de la UNL, dirigió a estudiantes de grado y posgrado, publicó artículos y libros y participó como expositor en numerosas reuniones científicas.

Desde principios de enero es director del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (Citedef).

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