Corrían apenas los primeros días del 2020 cuando la prensa internacional empezó a documentar sobre un nuevo coronavirus en China. El planeta veía, en ese entonces, con expectativa las noticias que llegaban desde Asia sobre el virus y sin imaginarse que esos primeros casos serían el preludio de una pandemia que cambiaría este año al mundo entero.
Nueve meses después de la hora cero del coronavirus en Wuhan (China) –donde precisamente brotó el virus–, las autoridades mundiales dicen que la covid-19 ya ha matado a un millón de personas. Una cifra que, aunque simbólica, retrata la pérdida de cientos de miles de vidas humanas. Pese al trágico número, la pandemia está lejos de acabar.
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De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió en los últimos días más esfuerzos para evitar que la cifra de fallecidos se multiplique por dos en 2021, mientras aumentan los llamados de una repartición equitativa de las futuras vacunas.
“La cifra es inimaginable, pero no imposible”, reconoció en una rueda de prensa el director de Emergencias de la OMS, Mike Ryan, quien subrayó que “un primer millón de muertos ya es un número terrible y hay que reflexionar sobre lo que hay que hacer ahora, antes de pensar en un segundo (millón de víctimas)”.
Ryan, incluso, apeló a mantener todas las herramientas actuales, desde el rastreo y tratamiento de casos a las medidas de prevención iniciales, y pidió continuar la cooperación internacional en materia de investigación contra la covid-19 para que la cifra de dos millones de muertos no sea algo probable.
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También recordó que las tasas de letalidad de la enfermedad (hoy en torno al 0,5 por ciento, cuando en los primeros meses del año fueron hasta cuatro veces mayores) han bajado gracias a la mejora del tratamiento de casos graves en las UCI.
En Washington, Estados Unidos, se construyó un sitio para honrar a las 200.000 víctimas de la pandemia.
Aunque el epidemiólogo de la OMS Bruce Aylward dijo que “incluso cuando tengamos la vacuna, la gente puede seguir muriendo esperando su llegada”, el mundo sigue a la expectativa de que las grandes farmacéuticas y laboratorios del mundo den con un tratamiento efectivo y seguro contra la enfermedad.
Sin embargo, las previsiones más optimistas apuntan a que la vacuna puede tardar nueve meses más. Por eso se han multiplicado los esfuerzos para obtener una vacuna, con once candidatas en la fase final de los ensayos clínicos, así como también la polémica sobre quién recibirá primero esas ansiadas dosis en caso de que algún proyecto se concrete.
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“Sea quien sea el que encuentre la vacuna, debe compartirla… Es una responsabilidad mundial y es una responsabilidad moral”, dijo el primer ministro australiano, Scott Morrison, el viernes en un mensaje virtual en la Asamblea General de la ONU.
“Algunos pueden ver una ventaja en el corto plazo, pero se los garantizo, la humanidad tendrá una memoria muy duradera y será una jueza muy muy severa”, advirtió.
La carrera de las vacunas ya comenzó y cada país quiere asegurarse de que su población pueda disponer de dosis suficientes. Estados Unidos, Europa y Japón ya se han reservado más de la mitad de las dosis que estarían disponibles en un comienzo.
En medio de sus limitados recursos, los países de América Latina se vincularon al proceso de desarrollo de la vacuna, participando en los estudios clínicos y gestionando su adhesión al mecanismo Covax, coordinado por la OMS y que busca garantizar el acceso a una eventual vacuna.
La OMS anunció esta semana la lista inicial de 156 países (entre ellos Colombia) que se han unido a la red Covax, en la que, sin embargo, brillan por su ausencia China y Estados Unidos.
A través de Covax, a los países participantes se les garantizarán dosis iniciales para cubrir al menos el 3 por ciento de su población en las primeras fases de despliegue de la vacuna, llegando finalmente al 20 por ciento de su población, lo suficiente para proteger a las personas con mayor riesgo de covid-19 grave.
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Un participante recibe una dosis durante la fase del ensayo clínico de la vacuna candidata de Pfizer/BioNTech, en Estados Unidos.
En total, el nuevo coronavirus ha cobrado 998.463 vidas y se han contagiado más de 32,9 millones de personas y recuperado más de 22 millones, según un balance de la AFP ayer, al cierre de esta edición (ver gráficos). Y con estos números lo más seguro es que la cifra del millón se alcance en las actualizaciones de los próximos conteos.
¿Cómo encaja Colombia en este panorama mundial? En casos de contagios, Colombia está en la quinta posición con más casos positivos detectados en el mundo, con un total de 813.056, mientras que el número de fallecidos es de 25.488.
Entre tanto, América Latina sigue experimentando, además, una elevada mortalidad, pues mientras el promedio global es de 13 fallecimientos por cada 100.000 habitantes, en esta región es de 53 decesos por 100.000 habitantes. De hecho, el viernes se conoció que la pandemia superó las 75.000 muertes en México, el cuarto país con más decesos por covid-19 en el mundo.
Otra desalentadora marca fue reportada en Estados Unidos, que sobrepasó este viernes los 7 millones de casos de coronavirus, apenas dos días después de haber superado la barrera de las 200.000 muertes a causa de la covid-19, según la Universidad Johns Hopkins. De esa forma, el coronavirus ya ha matado a más personas en Estados Unidos que el total de ciudadanos de ese país que murieron en el campo de batalla durante las guerras de Vietnam y la de Corea, por ejemplo.
REDACCIÓN INTERNACIONAL
*CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS
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