Redacción
Mario Mey es artista y docente hace más de 20 años. Ha recorrido diversos escenarios desplegando un abanico de expresiones artísticas que van desde los malabares hasta la “música electro humana”, pasando por varias disciplinas circenses.
En el año 2004 comenzó una gira por España con su espectáculo con la compañía “M-T-Enre” que lo llevó a recorrer plazas y festivales de ciudades como Madrid, Gijón, Santander, Torrelavega y Valencia, entre otras.
Como docente, participó del proyecto “Subite al Colectivo” del Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología del Gobierno de Buenos Aires, y durante 2007 y 2008 recorrió las provincias de Formosa, Salta, Catamarca, San Juan, La Rioja y Neuquén para dictar taller de malabares para escuelas y CAJs (Centro de actividades juveniles) de las zonas.
Actualmente, se encuentra ofreciendo animaciones virtuales para festejar cumpleaños y aniversarios en cuarentena. La propuesta incluye bailes, juegos interactivos, circo, humor y muchos personajes rodeados de una moderna estética televisiva. A través de una videoconferencia por Zoom, el artista propone una serie de juegos e interacciones donde todos participan.
Desde Sobre Tiza, quisimos saber más sobre tu trabajo docente y el vínculo con las disciplinas artísticas.
¿Qué habilidades se aprenden a través de las artes circenses?
¡Uf! El circo se fue expandiendo mucho en los últimos años… y con ello, las disciplinas. Si nos atenemos a lo que era el “circo tradicional”, si te corrías un poco de sus destrezas, ya dejaba de ser “circo”. Pero ahora, dentro de lo que algunos llaman “nuevo circo”, a mi entender, todo lo que sea habilidoso, que lleve su práctica y ensayo, que genere asombro, risas u otras emociones es válido. Por ejemplo, yo siempre trato de hacer cosas diferentes. Algo que no sea común, que no se suela ver en espectáculos de calle. Por ejemplo, tengo un personaje llamado Mucha Capucha que hace beatbox (percusión hecha con la boca). Otro de mis personajes es Súper-Anti-Plástico: un superhéroe ecológico que, con su arco, tira flechas a envases plásticos. Y más raro aún, mi partener en los espectáculos que hago en el verano: Pinokio, un “payaso virtual”. Éste es un personaje digital proyectado en una pantalla gigante que actúa e interactúa en vivo con el público. ¿Y todo esto es circo…? La verdad que no soy quién para decir qué es circo y qué no… pero digamos que sí.
Hay gente que le gusta la acrobacia y realiza, en el piso, saltos, vueltas, giros, piruetas… otrxs se suben a elementos aéreos como la tela, el trapecio, la cuerda indiana… algunxs, que le gustan más “los juguetes”, eligen los elementos de malabares: clavas, pelotas, contact y rolling ball, bastones, tetraedros, cubos, etc. Dentro del circo, las disciplinas no sólo son de habilidad física, sino actoral y emocional. Por eso hay payasxs, clowns, actores/actrices, bailarinxs, mimxs, entre otrxs.
¿De qué se trataba el proyecto “Subite al colectivo” y cómo fue la experiencia?
Hermoso proyecto aunque, una vez terminado, no se volvió a hacer. Fue creado por el Ministerio de Educación y bancado por la Organización de los Estados Americanos. Viajábamos en un “colectivo” (micro, combi) al interior del país y recorríamos una, dos o tres provincias durante un mes. Tres días en el colegio de una localidad, tres días en otro… y así, hasta completar 7 localidades. Un trabajo duro, por momentos, pero muy divertido y reconfortante. Enseñábamos mañana y tarde muchas disciplinas: acrobacia, radio-teatro, murga, tango, canto andino con caja, stencil, mural, video, folklore, entre muchas otras. Y yo enseñaba malabares, claro. Después de hacer los tres días, terminando con una muestra final, nos despedíamos muy emocionados de todxs lxs chicxs… y al día siguiente arrancábamos de nuevo, en otra escuela.
“Subite al Colectivo” trabajaba directamente con el proyecto CAJ (Centro de Actividades Juveniles), para darle un impulso para que niñxs y adolescentes participen de las actividades artísticas y deportivas fuera del horario escolar. Así que, a veces, dejábamos a alguna alumna o algún alumno a cargo de algún futuro taller del CAJ.
¿Con qué realidades se encontró en las diferentes provincias que recorrió dictando los talleres?
Tengo muchas cosas para contar. Mi primer “colectivo” fue a Formosa, justo para las elecciones del 2007. A pesar de que nosotrxs no hacíamos campaña, para algunxs, nosotros “le servíamos”. Pero, para otrxs… no. Fue un viaje difícil: en una localidad, dábamos talleres con la marcha peronista a todo lo que daba, en otra había un hostigamiento encubierto, en otra recibimos amenazas telefónicas… lo que generó miedo y roces en el grupo. Después de que se bajaran algunxs talleristas y se sumasen otrxs, continuó y lo pudimos completar.
Ahí mismo en Formosa, tuve la peculiar experiencia de dar taller a chicos y chicas Wichis. Son extremadamente introvertidos y tímidos. Cuando les sugería hacer algún ejercicio, no se animaban. Entonces, daba la consigna, me daba la vuelta y me iba. Entonces, de lejos los miraba… y recién ahí empezaban a jugar. Y se divertían, obvio. Fuimos de visita con los coordinadores locales a donde ellxs vivían… y ahí ya no era divertido: mucha pobreza, mucha marginación. Lamentable.
Con este proyecto, yo tuve la dicha de recorrer Formosa, Salta, Catamarca, San Juan, La Rioja y Neuquén. En una escuela de alguna de esas provincias, recuerdo hablar con un profesor de gimnasia. Él me contaba que había niñxs que, teniendo 10 años, no podían atajar una pelota. Ésto se debía a una muy mala estimulación temprana. Recién a esa edad empezaban con educación física. Algunxs tenían la suerte de haber hecho algún deporte, pero otrxs se habían quedado muy atrás.
¿Cómo se reconfiguran las artes del circo a través del soporte virtual?
Mirá, en mi caso particular, no me fue muy difícil entrar en este formato, porque yo ya vengo utilizando la tecnología para mis espectáculos. Como te conté antes, yo utilizo a una marioneta digital en “El Circo 3D de Mario Mey & Pinokio“, que es una creación mía, de cero. Además de ser artista de circo, tengo la carrera de Diseño Gráfico incompleta y he estado siempre en contacto con computadoras y programas de todo tipo, pero principalmente de diseño y animación 3D. Estos son mis dos mundos: lo tecnológico y lo escénico. Tanto en el show que hago en San Clemente todos los veranos, como ahora las animaciones de cumpleaños por Zoom, fusiono estos dos mundos. Circo y computación, actuación y programación, humor y tecnología, arte y diseño.
Cuando llegó la cuarentena (para quedarse), supe que había artistas actuando de manera remota, pero no me llamó la atención. Hasta que un amigo de mi hermano me contó que el sobrino del tío del ahijado estaba organizando cumpleaños por Zoom. Y ahí, imaginando cómo yo podría hacer lo mismo, creé “VideoconfeSTEJO!“. Es un juego de palabras que viene de lo aburrida que puede ser una “Videoconferencia” y que la convertimos en “Video con Festejo”. Es un show/animación de cumpleaños (o lo que se quiera celebrar) que tiene números de malabares, bailes, personajes, humor, chistes, juegos y, claro, cantamos el “Feliz Cumple”. Todo desde una estética televisiva y utilizando recursos tecnológicos como lo es la pantalla de croma (“Star Walter” es un personaje que es sólo una cabeza flotando en el espacio).
Pero, al mismo tiempo, sé que a mucha gente le cuesta amigarse de la tecnología… y les entiendo. Lamentablemente, no podemos actuar “face to face” ahora. Los recursos son más limitados para mostrar nuestro arte y ganar nuestro dinero. Por eso nacieron nuevos formatos: animar un cumpleaños por video-conferencia, hacer un show por video-llamada, hacer teatro por los “vivos” de Instagram, realizar una varieté de circo por streaming en YouTube (yo organizo la “Variestreaming del Oeste”), etc.
La tecnología tiene sus beneficios y tiene sus desafíos. Bueno, ahora hay que aprovechar de ella. Casi todos tenemos un celular con el que podemos hacer una video llamada. Si nos damos maña, ponemos algo de esfuerzo en adaptarnos a la realidad… juntamos algunos reflectores y ponemos un telón de fondo, cualquier artista puede mostrar su arte usando esta nueva modalidad.
Y seguir esperando que esto pase pronto, así podemos actuar, hacer reír o emocionar, malabarear, saltar y dar piruetas… bien cerquita del público.
