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Claudia López y su grave ruptura con la Policía por caso de taser – Gobierno – Política

Claudia López denuncia grave ruptura con la Policía - Gobierno - Política


La escena es dramática: Dos agentes de Policía someten a un ciudadano con armas de descargadas eléctrica, conocidas como Taser. Éste súplica en el asfalto. Se escucha su agónica voz que dice: “¡Por favor!, ¡por favor”. Es de noche. En el fondo, un perro ladra. Un breve tiempo después se informa que la persona falleció.

Se llamaba Javier Ordóñez, de 45 años de edad. Padre de dos hijos y de profesión abogado.

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Las imágenes recuerdan el asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd en Mineápolis, Estados Unidos, cuando el agente de policía Derek Chauvin mantuvo su rodilla sobre su cuello durante ocho minutos y 46 segundos.

Allá, la acción dejo de ser un asunto judicial y se convirtió en un hecho político de enormes consecuencias. De hecho, analistas consideran que le puede costar la reelección al presidente Donald Trump.

Aquí el caso sacó a la luz una inquietante fractura entre la alcaldesa Claudia López y la Policía de Bogotá.

La alcaldesa mayor Claudia López reveló, en su primera reacción, que ella ha rechazado y “denunciado el abuso policial, pero al interior de la Policía no se toman medias serias”.

La pregunta que queda gravitando en el ambiente es natural: ¿No le están haciendo caso?

El artículo 315 de la Constitución Política de Colombia dice que “el alcalde es la primera autoridad del municipio”.

“La policía Nacional cumplirá con prontitud y diligencia las órdenes que le imparta el alcalde por conducto del respectivo comandante”, agrega el texto de la Carta Magna.

(Le puede interesar: El relato de familiares y amigos de víctima de procedimiento policial)

Jairo Libreros, docente y experto en seguridad, lo reitera: “Claudia es la primera autoridad de policía, es decir, garantiza el manejo de la seguridad y convivencia ciudadana como tomadora de decisiones de política pública, uso de la fuerza y capacidad de respuesta”.

En otras palabras, ella es constitucional y legalmente es quien le da instrucciones al comandante de policía, que deben ser acatadas.

Por la respuesta de la mandataria parece que esto no es así.

No es la primera vez que hay una ruptura a todas luces nociva. Gustavo Petro también se quejó en algunas ocasiones de manera similar.  “Históricamente, la policía a nivel municipal y Distrital son renuentes con los alcaldes. Se niegan a compartir la línea de mando administrativa con la política”, agrega Libreros.

Un factor que agrega un ruido enorme a la de por sí delicada situación que se vive en estos momentos en materia de seguridad ciudadana.

(Además: ‘El abuso policial es inaceptable’: Claudia López)

De hecho, los roces ya habían empezado cuando Claudia López pidió controlar al Esmad, una fuerza que, en este caso, no está bajo su control porque es para el manejo del orden público.

Pero la policía de vigilancia, las estrategias policiales en la ciudad, los dispositivos especiales son de la línea de mando política en cabeza de la alcaldesa y que por lo visto no está ocurriendo.

Grave cuando cada vez se conocen más casos del uso excesivo de la fuerza por parte de unidades de la policía. En la retina de muchos, aún están, por ejemplo, la brutal golpiza de hace unos días a un taxista, también en la noche, por parte de varios agentes.

Para no ir tan lejos como durante la noche del paro Nacional que varios motorizados golpearon en grupo a jóvenes indefensas, acciones que mereció el rechazo de Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

¿Casos aislados? Claudia López cree que no:

“Desde @Bogota ofreceremos a la familia de Javier asistencia judicial para que haya una condena ejemplar, no solo a los responsables directos, sino para que haya una reforma estructural que prevenga y sancione el abuso policial. Esto no es de manzanas podridas”, afirmó ella hoy.

Durante la cuarentena los choques entre la mandataria y la institución también fueron vistos una ciudadanía perpleja. 

Basta recordar el caso de las agresiones que le propinaron a un anciano que trabajaba en la calle como vendedor ambulante.

“Los vendedores informales son humildes y necesitan trabajar, no salen a que los abusen. La persecución policial debe ser para los criminales y para controlar al hurto, allá es en donde la Policía tiene que estar”, dijo ella muy molesta.

Y ahora lo de este suceso con el que se despertaron hoy miércoles los colombianos. Todo esto ocurre, vaya paradoja, cuando el presidente Iván Duque conmemora el día de los derechos humanos.
 
POLÍTICA

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