Redacción
La acusación de Estados Unidos contra el presidente de Venezuela Nicolás Maduro llegó en un momento especialmente crítico para la frontera entre ambos países, no solamente por la emergencia generada por el coronavirus, sino porque no se sabe hasta dónde la reacción del líder venezolano impactará a Colombia.
En efecto, mientras el Departamento de Justicia acusó a la cúpula del régimen de convertir a Venezuela en un narcoestado que auspicia el terrorismo, a lo largo del límite internacional –2.219 kilómetros– sus pobladores viven en la incertidumbre por los riesgos al coronavirus.
Cabe recordar que las relaciones entre Colombia y Venezuela están rotas y los acercamientos entre ambos gobiernos se han limitado, básicamente, al intercambio de información sobre esta enfermedad.
Ante esta realidad, el expresidente Andrés Pastrana, reconocido contradictor de Maduro, le pidió al presidente Iván Duque tender puentes con Caracas, pese a sus diferencias, porque los riesgos para la salud de las personas que allí habitan no dan espera.
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Pastrana, consciente de las consecuencias que podría tener la expansión del virus para los dos países, pidió, incluso, “dejar la política a un lado” y concentrarse en “salvar vidas”.Sin embargo, la decisión de EE. UU. abre varios interrogante a su propuesta ya que, como se lo dijo a EL TIEMPO el expresidente del Congreso Luis Fernando Velasco, con esta nueva realidad “va a ser muy difícil reunirse” con Maduro.
Acusación de Duque
La acusación de EE. UU. contra Maduro tomó peso luego de que el presidente Iván Duque entregara, en septiembre pasado, varios elementos que demostrarían la relación entre el dictador venezolano y los terroristas colombianos. Y lo hizo ante la Asamblea General de Naciones Unidas, el foro internacional de mayor trascendencia política.
Con la decisión de las autoridades estadounidenses se evidencia que los elementos que Duque entregó en la ONU no eran invenciones del Gobierno Nacional.
Una reacción airada
El otro frente en el que el Gobierno Nacional deberá estar atento es en la posible reacción airada de Maduro que impactaría directamente a Colombia.
Como se ha visto en ocasiones anteriores, cuando el líder venezolano se ha visto acorralado lo primero que hace es voltear a mirar hacia Colombia y convertirlo en una amenaza para su estabilidad.
Esta vez no sería de extrañar que Maduro empiece no sólo a cuestionar y retar a Colombia desde los micrófonos, sino también que sea más explícito en sus provocaciones militares.
Mientras esto ocurría, la Cancillería colombiana se pronunció sobre el nuevo panorama y dijo que las decisiones de EE. UU. contra Maduro “son un anuncio determinante en la lucha internacional contra el narcotráfico y el terrorismo”.
La reacción de Maduro con la decisión de Estados Unidos es incierta.
“Es urgente que la comunidad internacional tome nota de las acusaciones formuladas que indican el alcance de las actuaciones del régimen ilegítimo y de organizaciones terroristas como el Grupo Armado Residual de las disidencias. Solo la cooperación judicial internacional permitirá al mundo enfrentar al terrorismo, el narcotráfico y todas las formas del delito transnacional”, manifestó.
Y por los lados del Congreso, el expresidente y jefe máximo del Centro Democrático Álvaro Uribe escribió en Twitter: “Ojalá a Maduro y cía los capturen rápidamente, de lo contrario nos ponen en mayores dificultades!”.
Por su parte, Nicolás Maduro, calificó como una «acción extravagantemente extremista» y «vulgar» la a acusación que hizo EE. UU. contra él y una decena de sus altos colaboradores por presunto narcotráfico, lavado de dinero y terrorismo.
«El Gobierno de Donald Trump en una acción extravagantemente extremista, vulgar, lanzó un conjunto de acusaciones falsas», aseveró.
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