Hace 20 años, casi que por obligación, toda empresa tenía entre sus empleados a un contador de planta.
Cuando comenzaron a aparecer los programas contables, las pequeñas y medianas empresas se dieron cuenta de que resultaba más barato comprarlos que tener a un contador de tiempo completo. Hoy una suscripción a uno de estos programas puede estar entre cerca de 150.000 o 200.000 pesos al mes, muy por debajo de lo que debe pagarse a un contador.
Así explica Isaac Bello, miembro de la Asociación de Contadores Públicos de la Universidad de Antioquia (ACUDA), cómo durante las últimas tres décadas los programas informáticos vienen ganando terreno de forma acelerada en detrimento de la mano de obra profesional.
Según detalla Bello, la tendencia a automatizar la contabilidad en la ciudad comenzó en las grandes corporaciones. Estas fueron las primeras en tener la capacidad financiera para comprar computadores y programas informáticos.
No obstante, lo que primero era un privilegio para los grandes capitales, bien entrado el siglo XXI, terminó volviéndose un bien de consumo masivo al que pequeñas y medianas empresas también pudieron acceder.
En el caso de los programas de contabilidad, el avance fue tan acelerado que se hizo posible que estos pudieran ser utilizados incluso desde un celular, sin necesidad de estar en una oficina.
Para muchas empresas dejó de ser necesario tener un contador de planta, sino que bastaba con pagarle por horas a un contador externo en calidad de asesor
De esta manera, explica Bello, las mismas herramientas que facilitaban la contabilidad a los contadores, comenzaron a rivalizar con la profesión en sí misma.
“Para muchas empresas dejó de ser necesario tener un contador de planta, que llevara con minucia el clásico libro de contabilidad, sino que bastaba con pagarle por horas a un contador externo en calidad de asesor”, agrega.
Sin embargo, la revolución informática de los últimos años no sólo ha afectado a los contadores.
Afectación al sector turismo
Gonzalo Castaño, director de la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco) en Antioquia, detalla que la llegada de aplicaciones como Airbnb y Homeway han impactado fuertemente en el sector.
“Por ejemplo, las agencias de viaje, que hasta hace un tiempo se encargaban de comercializar los paquetes turísticos, están siendo desplazadas por plataformas en donde el público en general puede encontrar tiquetes, alojamientos y construirse su propio plan. Esto ha desplazado la mano de obra”, explica Castaño.
El crecimiento de estas aplicaciones ha sido tan acelerado que, según un informe publicado por Cotelco a comienzos de este año, tan solo en Antioquia entre junio de 2015 y febrero de 2019, Airbnb y Homeaway aumentaron en un 857 por ciento su oferta, generando un impacto negativo en la demanda de los hoteles tradicionales, cercano a las 0,52 habitaciones menos.
Castaño agrega que la falta de regulación de esas plataformas ha estimulado la aparición de muchos establecimientos informales que contratan trabajadores por días y no les garantizan sus prestaciones sociales.
Tal como lo señalan Bello y Castaño, la falta de cifras es un común denominador a la hora de abordar el problema.
Sin embargo, sí pueden identificarse varias tendencias, tal como lo sustenta el Banco Mundial en un informe titulado ‘La naturaleza cambiante del trabajo’.
Hoy en el Foro “Económico y Social” se discutió en torno a las fuentes de financiamiento para lograr los #ODS hacia el 2030. La cuarta revolución industrial, las implicaciones en el empleo y la formación de capital humano para la digitalización en el mundo. #FFDforum #fin4Dev pic.twitter.com/mIQbesOQGf
— DNP (@DNP_Colombia) April 17, 2019
Lo que están con más riesgo de perder el empleo
Según el organismo, una de esas tendencias consiste en que el perfil del empleado más apetecido por las organizaciones es aquel que tiene habilidades cognitivas más avanzadas.
En términos generales, esto significa que actividades repetitivas como ensamblar, transportar o trabajos que impliquen operaciones matemáticas estandarizadas, son más susceptibles de ser codificados y ejecutados por las máquinas.
En cambio, empleos que impliquen crear, investigar y, en general, tener un relacionamiento con otros seres humanos seguirán teniendo más demanda, ya que la informática y la robótica aún no tienen capacidad para reemplazarlos.
Para ilustrar esta tendencia, según calculó esa institución, a nivel mundial el número de trabajadores con altas capacidades cognitivas había pasado del 19 por ciento en 2001 al 23 por ciento en los últimos años.
Por otro lado, los sectores con mayor riesgo de perder empleos serían los de la industria automotriz, electrónica y metalúrgica, donde se concentrarían más del 60 por ciento de los robots industriales en un futuro cercano.
En el país, otra institución que ha estudiado este tema ha sido la Escuela Nacional Sindical (ENS).
Los trabajadores de ‘apps’ como Uber o Rappi padecen altos niveles de ansiedad e incertidumbre por la inestabilidad laboral
Carmen Tangarife, investigadora de la ENS, confirma que en Medellín es muy poco lo que se ha estudiado el fenómeno, por lo cual aún es muy prematuro dar cuenta de indicadores cuantitativos que describan cómo la trasformación tecnológica está impactando el empleo.
Sin embargo, reseña que este asunto fue uno de los ejes centrales del último informe nacional de coyuntura laboral y sindical redactado por la ENS, que llevó como título ‘El futuro del trabajo en Colombia: Realidades y desafíos’.
En dicha investigación, la ENS concuerda con Cotelco y denuncia la creciente informalidad y falta de garantías laborales para quienes trabajan a través de aplicaciones como Rappi o Uber.
En ellas, los trabajadores “padecen altos niveles de ansiedad e incertidumbre por la inestabilidad laboral” y tienen pocas utilidades en comparación con las empresas propietarias de las plataformas.
Las expectativas
No obstante, no todos los pronósticos son malos. Para Sergio Ignacio Soto, director ejecutivo de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) en Antioquia a medida que desaparezcan los viejos empleos, surgirán otros para cubrir las nuevas necesidades de la industria y el sector de los servicios.
De acuerdo con Soto, Fenalco calcula que gracias a la inversión que las empresas locales han hecho en proyectos de Ciencia y Tecnología, por cerca del 3 por ciento del Producto Interno Bruto regional, la economía de Medellín y su área metropolitana podría crecer entre el 0,5 y el 1 por ciento en los próximos años.
Para el dirigente empresarial, el verdadero reto que tendrá la ciudad es prepararse a tiempo para los nuevos empleos y la inversión que llegarán a la ciudad. “Los sectores de economía digital e innovación van a generar empleos. Sin embargo, serán empleos que requerirán una experticia y una formación educativa pertinente. Nuestras universidades deberán focalizarse, como lo vienen haciendo, en formar a los nuevos profesionales para que engrosen estas nuevas industrias”, considera Soto.
Nuestras universidades deberán focalizarse, como lo vienen haciendo, en formar a los nuevos profesionales para que engrosen estas nuevas industria
Tanto Bello como Castaño aseguran que sus sectores están haciendo fuertes esfuerzos para adaptarse al cambio.
Por ejemplo, en el caso de los hoteles, Castaño es enfático en mostrar la existencia de una gran apuesta para que el sector incursione en las nuevas plataformas e incluso comience aprovechar las posibilidades que ofrece la revolución informática, como los macrodatos, para adaptar el servicio al perfil de los turistas.
Por su parte, Soto considera que el hecho de que la ciudad se hubiera convertido en la primera sede del Centro para la Cuarta Revolución Industrial en Latinoamérica atraerá la llegada de inversión extranjera y nuevos proyectos. Por ello, coincide en que la clave será adaptarse.
“En la medida en que logremos ser mucho más eficientes y competitivos se abrirán oportunidades para exportar servicios y convertirnos en una potencia que sepa aprovechar desarrollos como la inteligencia artificial, internet de las cosas y blockchain. El sector empresarial o cambia o lo cambian”, concluye Soto.
Con el objetivo de conocer el diagnóstico que la administración municipal tenía sobre este fenómeno, este diario intentó en reiteradas ocasiones obtener información de parte de la Secretaría de Desarrollo Económico de Medellín, pero hasta el cierre de esta edición esa dependencia no había respondido.
Estas son las cifras de empleo
Medellín y su área metropolitana registraron una tasa de desempleo de 12 por ciento entre julio y septiembre de este año, según reportó el DANE en su más reciente informe sobre el mercado laboral del país. Esto significa que el desempleo local está 2,5 puntos porcentuales por encima del promedio nacional, que para el mismo periodo se ubicó en 9,5 por ciento.
En cuanto a la informalidad, el valle de Aburrá reportó una tasa del 41,4 por ciento que, a pesar de ser la tercera más baja de entre las 23 principales ciudades y áreas metropolitanas, continúa siendo una cifra elevada.
En cuanto a la tasa de desempleo en la población joven, ciudadanos entre los 14 y 28 años, en el área metropolitana de Medellín esta cifra se ubicó en 17,6 por ciento entre julio y septiembre de este año, 0.5 puntos por debajo del promedio nacional, que se ubicó para ese mismo periodo en 18,1 por ciento.
JACOBO BETANCUR PELÁEZ
PARA EL TIEMPO