Uno de los flagelos que sin duda le ha restado dinamismo al crecimiento económico en Colombia es la guerra, problemática que se vive hace más de medio siglo y se ha sentido con mayor fuerza en las regiones apartadas, donde la ausencia del Estado ha sido aprovechada por organizaciones al margen de la ley.
Si bien el origen del conflicto armado en Colombia fue político, con la lucha bipartidista, el paso de los años ha llevado a que se acentúe por culpa de actividades criminales como el secuestro, la extorsión o el narcotráfico; acentuando las desigualdades sociales y la falta de oportunidades para quienes viven en esta parte del país.
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Si bien en 2016 se firmó un acuerdo de paz con las Farc que permitió la desmovilización de un gran número de miembros de esa guerrilla, las disidencias que surgieron tras esto y la falta de presencia del Gobierno Nacional en las regiones con una oferta social integral llevó a que el conflicto se recrudeciera. No obstante, un reciente un informe sostiene que esto se podría enfrentar con estrategias de desarrollo que convoquen a los diversos sectores productivos.
En diálogo con Portafolio, Ángela María Vélez, directora de la oficina del Centro Internacional para la Empresa Privada – Cipe en Colombia, aseguró que recientemente se publicó un informe titulado “Oportunidades y retos para la inversión privada en los municipios Pdet en Colombia”, en el cual queda claro que el sector privado puede ser un aliado fundamental para llevar oportunidades a estos territorios.
“La inversión privada en los municipios Pdet será esencial para la construcción de un entorno sostenible, donde la producción de bienes públicos, la integración económica y la seguridad jurídica promuevan el crecimiento de las comunidades. Es necesario que empresas y entidades nacionales e internacionales se sumen al esfuerzo por transformar las regiones y contribuyan al desarrollo social y económico de Colombia”, explicó.
En el reporte, desarrollado de la mano con Fedesarrollo, se identifican cinco frentes en los que se puede empezar a trabajar ya mismo, los cuales abarcan desde rutas de inversión hasta lo que ellos denominaron como un desarrollo económico diferencial, teniendo en cuenta que estos territorios tienen condiciones geográficas, culturales y económicas muy distintas entre sí, pese a que están en el mismo país.
“Los territorios Pdet se vuelven en un terreno propicio no solo para aprovechar los recursos naturales de las empresas, sino porque hay una mano de obra disponible para volverse calificada y trabajar para las empresas en distintas zonas del país aprovechando los recursos que tienen. Este es un punto de partida que se puede revisar con cuidado”, dijo Vélez.
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La vocera del Cipe agregó que “el primer elemento de oportunidad es tener unos nodos que permitan desarrollar regiones enteras. Entonces, por ejemplo, en el caso de Ocaña (Norte de Santander), que no es un municipio Pdet, podría conectar a todos los municipios del Catatumbo para potenciar todas las capacidades económicas que tiene la región, ser el vehículo para dinamizar la economía, para sacar los productos y para venderlos a otros mercados”.
Por otra parte explicaron que la actualización y formalización de tierras es crucial para dinamizar la inversión privada, con políticas de ordenamiento que garanticen la propiedad y potencien la producción agrícola y ganadera; destacando que esto es particularmente relevante en zonas de gran biodiversidad y con predominio de comunidades étnicas, donde la formalización y la seguridad en la tenencia de tierras son factores prioritarios.
“El tema de obras por impuestos es un tema que también me parece fundamental porque, como lo he mencionado antes, es un proyecto, es una herramienta, que no es sólo útil para la empresa para pagar la renta, sino que es un mecanismo que ha demostrado ser efectivo porque se aprovechan las capacidades de planeación y ejecución de proyectos del sector privado en beneficio de la región en que se encuentra, por ejemplo, en los temas de infraestructura”, contó Vélez a Portafolio.
Con base en esto, desde el Cipe fueron enfáticos en que no se trata de tirar toda la responsabilidad en manos de los privados, ni creer que el Estado puede llevar solo las riendas del cambio social. Por el contrario, explicaron que la transformación social requiere de todas las ideas que se puedan presentar, razón por la cual insistieron en que se necesita trabajar en equipo.
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“En el manejo del desarrollo en zonas de conflicto se ha hecho un avance importante, pero hay mucho por mejorar. En ese sentido, lo primero que hay que decir es que la política de los programas de desarrollo con el enfoque territorial que previó el acuerdo de paz, es una política que acaba en dos años y medio. Es un tiempo insuficiente, eso significa que debe extenderse, y en efecto hay un proyecto de ley para ese tema”, advirtieron.
Los voceros del Centro Internacional para la Empresa Privada en Colombia también manifestaron que si se quiere tener mejores resultados, no hay que pasar por alto que la priorización es fundamental, ya que hay muchas iniciativas andando y tratar de que todas avancen a tiempo puede ser contraproducente.
Tener 33.000 proyectos y esperar que se ejecuten bien es muy difícil. Entonces hay que ponerle un poco de priorización, estrategia y conexión para que eso realmente sea efectivo, resaltando que es muy importante estructurar bien los proyectos. Entendiendo que las regiones no son iguales y que hay que entender a fondo elementos como sus dinámicas sociales, si en realidad queremos un cambio”, dijo Ángela María Vélez.
El reporte cierra señalando que la falta de infraestructura básica y seguridad son limitantes para la inversión en los municipios Pdet; al tiempo que resalta que mecanismos como las Obras por Impuestos y la Ley de Emprendimiento podrían mejorar las condiciones de inversión, acelerando proyectos de impacto social en estas zonas.
“Si esto sale bien, estamos hablando de que se estará beneficiando a más de 7 millones de colombianos en 170 municipios, lo cual no es un dato menor si tenemos en cuenta que el país por estos días, por ejemplo, tiene en la mira el desarrollo de estrategias de reactivación económica en las que las regiones pueden aportar”, concluyeron.