La temporada de lluvias ha golpeado duramente a Buenaventura, afectando a más de 1.000 familias, mientras las comunidades demandan medidas definitivas para mitigar los desbordamientos de ríos y proteger sus hogares y cultivos.
El distrito de Buenaventura, en el Valle del Cauca, atraviesa una difícil situación debido a las fuertes lluvias que han provocado el desbordamiento de los ríos Calima, San Juan y Dagua. Estas emergencias han afectado a 1.065 familias, tanto en la zona urbana como en la rural, dejando a muchas personas con pérdidas materiales y agrícolas significativas. Actualmente, Buenaventura se encuentra en alerta naranja, como otros 23 municipios del departamento, por el impacto de la ola invernal.
Ante la gravedad de la situación, las autoridades distritales llevaron a cabo un encuentro con líderes de las comunidades más afectadas, entre ellas Cisneros y el Bajo San Juan. Durante la reunión, los representantes enfatizaron la necesidad urgente de implementar medidas permanentes para prevenir desastres recurrentes.
«El río siempre buscará su cauce. Por eso, la idea es actuar antes de que ocurra algo que lamentar. Necesitamos un muro de contención y gaviones para proteger el centro poblado y las veredas aledañas. Queremos una solución definitiva, no algo provisional», expresó Carolina Castro, presidenta de la Junta de Acción Comunal del corregimiento de Cisneros.
En el Bajo San Juan, las comunidades reportaron pérdidas significativas en cultivos de pan coger, fundamentales para su sustento diario. Dagoberto Pretelt, representante del Consejo Comunitario de la región, pidió apoyo del gobierno para reponer los cultivos afectados: «Las inundaciones nos dejaron sin alimentos. Necesitamos subsidios para recuperar lo perdido y seguir adelante.»
La situación actual no es nueva para los habitantes de Buenaventura, quienes cada año enfrentan desbordamientos similares durante la temporada de lluvias. Por ello, insisten en la importancia de proyectos de mitigación estructural que protejan a largo plazo. Entre las propuestas destacan la construcción de muros de contención y sistemas de drenaje más eficientes para las zonas vulnerables.
El impacto de las lluvias no solo ha comprometido las viviendas y cultivos, sino que también ha generado incertidumbre sobre la seguridad alimentaria y la estabilidad económica de estas comunidades. Los líderes comunitarios piden al gobierno local y nacional priorizar estas iniciativas en sus planes de gestión del riesgo y asignar los recursos necesarios para su ejecución inmediata.
La temporada invernal continúa, y las comunidades esperan que esta vez las autoridades escuchen su llamado para evitar que las lluvias sigan dejando huellas de destrucción y vulnerabilidad en la región.