A Yasirah también le gusta ver a los clientes detenerse para leer en voz alta la descripción de los carteles que ella diseñó.
“Al leer estos carteles, ayudamos a los clientes a recordar el producto. De esta manera, cuando lo ven, ya saben cómo será y pueden visualizar cómo usarlo. Y la próxima vez que vengan a la tienda, saben que deben volver a leer la descripción (en otros carteles)”, afirmó.
Brenda ha observado que, en particular, a los clientes les encantan los carteles que se pueden relacionar con los dibujos de Donpen y Donko. Recordó la reacción excepcionalmente entusiasta de un cliente al ver a Donpen, dibujado con pelo largo en la nariz, promocionando un recortador de vello nasal.
“Aunque Don Don Donki siempre parece para los clientes un lugar muy desordenado, por todos lados, como un laberinto, esperamos que con nuestro POP realmente miren un producto a la vez”, agregó.
“De una tienda que está muy vacía y no tiene nada, a una tienda que está llena de productos en la góndola con nuestra señalización… es tan satisfactorio cómo el POP embellece las tiendas”.
Pero, en mi opinión, como asidua de Don Don Donki, no se trata solo de belleza. Los carteles dibujados a mano intencionalmente, cada uno de ellos una pieza tangible de arte cuidadosamente elaborado, en última instancia conservan algo esencial de la experiencia de venta minorista que se ha perdido debido a la eficiencia del comercio electrónico: la diversión.