Con el mensaje de urgencia por un plan de reactivación que no llega, la dinámica económica del país se ha caracterizado recientemente por una resiliencia más fuerte de lo previsto, gracias a la cual renglones como el mercado laboral, el ISE y el consumo se mantienen en niveles aceptables, pese a que la inversión no está todavía en los rangos que se necesitan para ser competitivos y poner freno a la desaceleración.
El temor por la mala racha del mercado local llevó a que en su momento se pensara que había la posibilidad de caer en recesión, al menos técnica, o que el desempleo se disparara por encima del 12%, y también despertó los temores por una escalada que llevara el dólar muy cerca de los históricos del 2023. No obstante, nada de esto sucedió y por el contrario, el ritmo económico ha sido mejor de lo previsto.
Más información: Mejor percepción de las petroleras contrasta con bajo ánimo de sus directivos
Si bien esto es una buena noticia, un reciente análisis de las cuentas e indicadores mostró que el buen paso es más resultado de un cambio en las condiciones externas e intrínsecas de la economía colombiana, que por mérito de estrategias y planes del Gobierno Nacional, y que esta tendencia se podría mantener por lo menos en lo que resta del año, abriendo un panorama de alternativas por aprovechar.
Motor del consumo
El BBVA Research publicó esta semana su actualización de las perspectivas económicas del país y allí informó que la economía nacional está dando muestras de recuperación que deben consolidarse en los próximos trimestres. Todo esto principalmente por la demanda interna, es decir, lo que consumen, gastan o invierten los colombianos, que será el motor para que la economía crezca 2% este año; 2,8% en 2025 y 3,5% en 2026.
En charla con Portafolio, Juana Tellez, economista jefe de este equipo explicó que, de acuerdo con las nuevas proyecciones, la demanda interna seguirá siendo el impulsor principal del crecimiento económico en lo que resta de 2024 y durante 2025 y 2026, ya que prevén que este indicador crezca un 2,8% en 2024, un 5,5% en 2025 y un 3,8% en 2026”.
“Todo comienza por los bienes durables. Nosotros consumimos muchísimos bienes de este tipo en la post-pandemia, después paramos el consumo de mercancías como refrigeradores, televisores o equipos que son parte de esta clasificación, pero hacia adelante volverá la mejora y sin duda habrá una mejor dinámica”, agregó.
En este sentido, Tellez acotó que en el consumo de servicios “se va a quedar mucho más quieto porque hemos consumido muchos servicios y hoy en día no se tiene espacio para crecer tan fuerte en los próximos dos años. Así mismo y esto es una buena cosa, es que la inversión se está mejorando, marginal, pero ya se ve algo en maquinaria de equipos, obras civiles, destinos de inversión que no sean vivienda”.
Lea aquí: Reforma laboral: cuántos y cuáles artículos se han aprobado hasta ahora en la Cámara
Desde el equipo del BBVA Research fueron concretos en que no hay que esperar que la mejora muestre resultados espectaculares el otro año, pero sí que haya un avance paulatino que ayude a reforzar los renglones que actualmente se encuentran en rojo y podrían dar una mano para jalonar el crecimiento.
¿Qué está ayudando?
Al revisar los factores que se alinearon para que el consumo de los hogares y empresas esté aumentando, los analistas a cargo del informe señalaron que todo parte de la caída constante de la inflación y la baja de las tasas de intereses. La suma de estos dos ítems está llevando a que la gente tenga más dinero libre o vea el crédito como una herramienta atractiva para comprar lo que quieren.
«El ingreso real de los colombianos ha aumentado, porque la inflación está bajando, porque las tasas de interés están bajando. Entonces, si deciden pedir un crédito lo van a hacer a tasas menores, pero también porque sus cuentas tienen que pagar menos por sus deudas. Esa es una combinación de un mercado laboral que aguantó y que ahora percibe los beneficios de un cambio de tendencias”, dijo Juana Tellez.
En lo que concierne al costo de vida, estos expertos indicaron que si bien para este año cerraría por encima del 5%, para 2025, se espera que la inflación continúe desacelerándose y cierre en un 3,8%, dentro del rango meta del Banco de la República y que para el 2026 se consolide sobre el 3,4%; si las condiciones de mercado se mantienen como hasta ahora y no revierten sus tendencias positivas.
Este descenso será impulsado por la moderación en los precios de los alimentos, que ya mostraron incrementos leves en 2024 y seguirán con esta tendencia. Con esto, señalaron, se aliviarán las presiones inflacionarias sobre la canasta básica, favoreciendo la estabilidad económica y el fortalecimiento del poder adquisitivo de los colombianos.
Otras noticias: Faltante de gas en 2025 respondería a un fenómeno de mercado, según Minenergía
“El Banco de la República ha adoptado una política de recortes graduales en las tasas de interés, acumulando una reducción de 275 puntos básicos a lo largo de 2024. Se espera que la tasa de política monetaria, que cerrará 2024 en torno al 8,5%, continúe descendiendo hasta alcanzar el 6,0% en 2025, y se mantenga en ese nivel en 2026”, resaltó la economista jefe del BBVA Research.
Sin embargo, Alejandro Reyes, economista del equipo, dejó en claro que “el Banco de la República seguirá vigilando de cerca los riesgos inflacionarios, incluyendo posibles choques en los precios de la energía o el impacto de los ajustes salariales sobre la inflación subyacente”.
Ojo a la inversión
Partiendo de las buenas nuevas que ya se mencionaron, el informe concluye que la inversión en infraestructura, edificación no residencial y maquinaria será clave para sostener el modesto crecimiento de la economía, máxime cuando la infraestructura se verá impulsada por el mayor gasto de los gobiernos regionales y locales, mientras que la explotación minera seguirá aportando recursos.
“La edificación no residencial aprovechará la baja vacancia comercial y la recuperación económica, que impulsará la demanda de este tipo de construcciones. Finalmente, la inversión en maquinaria se recuperará a medida que la industria recobre dinamismo, apoyada por la recuperación del consumo de bienes y el actual alto uso de la capacidad instalada, lo que exigirá a las empresas aumentar su capacidad productiva para responder a la mayor demanda”, dice el informe.
Por último, estos analistas manifestaron que más allá de que la economía sea resiliente y que muestre una mejor dinámica de la esperada, no se puede pasar por alto que urge un plan de reactivación y que mientras no haya una hoja de ruta específica, el país seguirá navegando a la deriva, desaprovechando el potencial que tiene para crecer.