Las protestas en Venezuela no cesan tras la confirmación de la reelección de Nicolás Maduro en unas elecciones rodeadas de controversias y acusaciones de fraude por parte de la oposición y la comunidad internacional. El Consejo Nacional Electoral (CNE) ratificó la victoria de Maduro, lo que ha desatado una ola de manifestaciones en todo el país.
Hasta el momento, se han registrado al menos 11 muertos en las protestas, con ambas partes -el régimen de Maduro y la oposición liderada por María Corina Machado- acusándose mutuamente de incitar la violencia. La situación en varios estados de Venezuela es de extrema tensión, con enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
En medio de este turbulento panorama, Nicolás Maduro ha lanzado fuertes acusaciones contra actores internacionales y nacionales. Durante una reunión del Consejo de Estado, transmitida en televisión, el reelecto presidente culpó a Elon Musk, la derecha radical mundial y el narcotráfico colombiano de ser los instigadores de las protestas en Venezuela.
“Estamos enfrentando una arremetida internacional, mundial, del imperialismo estadounidense, de Elon Musk, de la derecha internacional extremista y del narcotráfico colombiano para apoderarse del país a través de la criminalidad, el caos, la manipulación y la mentira”, declaró Maduro.
Anteriormente, desde el Palacio de Miraflores, Maduro ya había señalado que “el narcotráfico colombiano metió mucha plata con droga, para activar estos grupos delincuenciales”. Estas afirmaciones vinieron acompañadas del anuncio de la captura de presuntos responsables implicados en las protestas, según el mandatario.
Las declaraciones de Maduro se producen en un contexto de creciente presión internacional. Países y organizaciones han pedido transparencia en el recuento de votos y han expresado su preocupación por las denuncias de fraude electoral. La OEA y varias naciones han solicitado la publicación de todas las actas del escrutinio para verificar los resultados.
La situación en Venezuela sigue siendo incierta, con un panorama marcado por la violencia, la desconfianza en el proceso electoral y las acusaciones cruzadas entre el régimen y la oposición. Mientras las protestas continúan, el país enfrenta una crisis política y social que parece lejos de resolverse.
El llamado de Maduro a resistir lo que describe como una “arremetida internacional” añade más complejidad a una situación ya de por sí complicada. La comunidad internacional observa atentamente el desarrollo de los acontecimientos, mientras el pueblo venezolano sigue luchando por su futuro en medio de la incertidumbre y el caos.
