En medio de la majestuosa ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, que muchos calificaron como un espectáculo de principio a fin, un momento específico ha generado un intenso debate en redes sociales: la representación de ‘La Última Cena’ – la célebre pintura de Leonardo da Vinci – por parte de un grupo de actores drag queen.
La obra, que retrata a Jesús y sus apóstoles durante la última comida que compartieron antes de la crucifixión, fue parte de la inauguración de las justas continentales. Sin embargo, la particularidad de que los personajes estaban representados por un variopinto elenco de drags, desató diversas reacciones.
La intención de la organización de los Juegos Olímpicos era subrayar la inclusividad y la diversidad, elementos esenciales en una competición de semejante envergadura. No obstante, el acto generó molestia entre un gran número de usuarios en redes sociales, debido al trasfondo religioso que guarda ‘La Última Cena’.
Las opiniones se dividieron rápidamente. Por un lado, muchos usuarios expresaron su descontento y consideraron la representación como una falta de respeto hacia los símbolos religiosos. Algunos comentarios destacados incluyeron:
- “Los franceses piden respeto, pero miren la representación de ‘La Última Cena’”.
- “Jesús es un personaje sagrado para millones de católicos”.
- “Quería ver la ceremonia de los JJ.OO., pero me encontré con un show drag”.
Por otro lado, los simpatizantes de la comunidad LGBTQ+ celebraron la representación artística. Interpretaron que la simbología no buscaba otra cosa que resaltar la diversidad dentro del arte, la música y, por supuesto, el deporte; valores fundamentales en los Juegos Olímpicos. Para ellos, la inclusión de actores drag en un momento tan icónico representó un mensaje poderoso sobre la aceptación y el respeto por la diversidad.
La controversia destaca la tensión existente entre la intención de promover la diversidad y el respeto hacia las tradiciones y símbolos religiosos. Mientras que algunos aplauden la audacia y el mensaje inclusivo de la representación, otros lo ven como un acto irreverente y ofensivo.
