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Coronavirus: Duque dice que tenemos que avanzar hacia un aislamiento inteligente – Gobierno – Política

Coronavirus: Duque dice que tenemos que avanzar hacia un aislamiento inteligente - Gobierno - Política



El presidente Iván Duque está centrado en cómo enfrentar el coronavirus para que afecte en la menor medida posible a los colombianos. Y por eso considera que todos tenemos que avanzar hacia “un aislamiento preventivo inteligente”, que es dejar a los adultos mayores, que son los potencialmente más afectados, en cuarentena un tiempo más prolongado; que los niños y jóvenes se mantengan por fuera de colegios y universidades un tiempo más extenso, que no tengamos bares, discotecas y grandes eventos, y que en el resto de sectores tengan todas las prácticas debidamente establecidas para evitar la propagación exponencial del virus.

Duque aseguró que países como Corea o Singapur tomaron decisiones drásticas y luego las fueron liberando en la medida en que aumentaban las capacidades de pruebas, las hospitalarias y de aislar a quienes estaban infectados, y eso les permitió pasar de unas normas más severas a otras que siguen manteniendo las prácticas para evitar la expansión exponencial del virus y también retomando las actividades en la sociedad.

Insistió en que la principal tarea es quitarle la velocidad de propagación al virus, pero eso sí, aclaró que un país no puede estar cerrado indefinidamente, pues se estaría generando otras enfermedades y otros males que pueden ser todavía peores que el coronavirus.

Dijo que esta semana estará revisando con personal médico y científico qué va a pasar con la cuarentena, si se extiende o se deja de una manera más flexible.

Usted con tantas reuniones que tiene al día, ¿cómo ha hecho para que no resulte contagiado?

Tomo muchas precauciones. Mantengo mucho distanciamiento físico, me estoy lavando las manos de 10 a 12 veces al día, también uso mucho antibacterial después de tocar cualquier cosa y, obviamente, al interior de nuestra familia hemos tomado prácticas donde no nos estamos ni abrazando ni dándonos besos.

¿Con su propia familia?

Hemos entendido que el afecto es el más grande del mundo, pero en esta coyuntura, dado el alto nivel de exposición en el que estoy, pues tengo que tomar cada vez más distancia con los miembros de mi familia. Y, por supuesto, también usted sabe que soy una persona creyente que siempre estoy entregado en oración varias veces al día, y creo que la fe juega un papel muy importante, por lo menos en mantener mi fortaleza y mi convicción de enfrentar esta situación.

La pregunta que se hace la gente es ¿qué sigue?

Estamos hablando de una pandemia que está golpeando a todo el mundo, que se expande muy rápido porque el 80 por ciento de las personas que portan el virus son asintomáticas. Nuestra principal tarea es que la velocidad de propagación no sea exponencial, y eso lo logramos quedándonos en casa, que los mayores de 70 años estén en sus hogares hasta el 30 de mayo, sin jóvenes en las universidades ni niños en los colegios, con prácticas de distanciamiento y de higiene.

¿Ese es el camino?

Así le quitamos el crecimiento exponencial al virus. Lo segundo es que al proteger a los sectores más vulnerables al virus, quitamos presión para que no colapse el sistema de salud, que es lo que ha pasado en el mundo. Y lo otro que es muy importante es cómo salvamos vidas manteniendo todas estas pautas. Que esto nos permita que la mortalidad en Colombia sea inferior a la de otros lugares del mundo. Son tres tareas muy importantes que tenemos que alcanzar.

¿Y cuánto se estima que dure esta crisis?

Nadie sabe. Ese es el problema de la incertidumbre, porque este no es un tema de un mes, o dos meses o tres. Mientras aparece una vacuna, en todos los países vamos a tener no solamente que quitarle velocidad a la propagación y seguir protegiendo a los que pueden ser más vulnerables, sino también nos toca a todos que no se pierda la resiliencia económica del país.

¿Cómo?

Este virus nos va a cambiar nuestra forma de vivir y nuestra cotidianidad. Vamos a tener que adoptar políticas de distanciamiento en muchos sectores de la vida para que el país siga adelante, porque ante esta incertidumbre lo que un país no puede es estar cerrado indefinidamente, ya que estaríamos generando otras enfermedades y otros males que pueden ser todavía peores que el coronavirus.

¿De qué depende la prolongación de la cuarentena?

Estamos trabajando con el equipo de epidemiólogos e infectólogos. Viendo cómo se comporta Colombia en su curva epidemiológica. Hasta ahora, cuando se ve el entorno latinoamericano, Colombia es uno de los países que ha logrado tener una curva, quizá, un poquito más aplanada que otros. Estamos viendo cómo van impactando cada una de las medidas, pero creo que también, independientemente de si la cuarentena se extiende o no, hay que avanzar hacia un aislamiento preventivo inteligente.

¿Que es qué?

Es dejar a los adultos mayores, que son los potencialmente más afectados, en cuarentena un tiempo más prolongado; que los niños y jóvenes se mantengan por fuera de colegios y universidades un tiempo más extenso, que no tengamos bares, discotecas ni grandes eventos, y que en el resto de sectores tengamos todas las prácticas establecidas para evitar la propagación exponencial del virus.

¿Este aislamiento preventivo inteligente sería una nueva fase de aislamiento?

Creo que lo que se está viendo en países como Corea o Singapur es interesante, porque ellos tomaron decisiones drásticas y luego las fueron liberando en la medida en que aumentaban las capacidades de pruebas, las hospitalarias y de aislar a quienes estaban infectados, y eso les permitió pasar de unas medidas más drásticas a otras que siguen manteniendo las prácticas para evitar la expansión exponencial del virus y también retomando las actividades en la sociedad.

Pero ¿qué podrá pasar con la cuarentena?

Creo que en este momento la curva epidemiológica nuestra se está comportando mejor que en otros países de América Latina. Tomamos medidas de manera temprana y hay algo interesante: aun en esta cuarentena se han mantenido abiertos algunos sectores que son vitales para la sociedad, con protocolos y medidas de seguridad, que creo que habría que irlos diseñando para muchos otros, porque es importante comprender que aquí no se trata solamente de prevenir los muertos por coronavirus, sino también otro tipo de cosas. La incertidumbre, la pérdida de ingreso, la afectación en el empleo pueden producir situaciones de estrés que se pueden ver manifestadas en otras patologías o, por otro lado, se pueden ver deterioros en el tejido social de un país, retrocesos en materia de pobreza. Por eso es que los países lo que han hecho es una contención de crecimiento exponencial y también aumentar las pruebas, las capacidades, mantener control sobre la población que puede ser más vulnerable a los ataques del virus y, al mismo tiempo, ir retomando, de manera inteligente, actividades en la sociedad que tengan las debidas pautas en términos de bioseguridad.

Es decir: ¿tener un cuidado con la salud y también con la economía?

Cuidar a la sociedad. Es que para muchas personas existe un falso dilema, porque resulta que sin salud no hay ninguna economía que prospere, pero sin desarrollo económico tampoco existe una economía que progrese; por eso no son temas que sean divergentes, todo lo contrario, son convergentes.

¿Qué hacer?

Hemos venido trabajando con el equipo médico, de epidemiólogos, infectólogos, expertos en salud pública, y coinciden en seguir manteniendo pautas que nos permitan evitar o minimizar mortalidad; por otro lado, que tengamos pautas que eviten el crecimiento exponencial del virus, y al tiempo, de seguridad y nuevos comportamientos que le permitan a la sociedad seguir su proceso de desarrollo.

¿De qué se trata la estrategia acordeón de la que usted ha hablado?

La estrategia acordeón la han utilizado muchos países y consiste en endurecer medidas de control e irlas liberando inteligentemente, de manera que tengamos una especie de mecanismo de control para ver dónde podemos ser más drásticos en las medidas de contención y dónde podemos liberar un poco.

¿Por ejemplo?

Colombia tiene más de mil municipios que no tienen la presencia del virus y eso es importante, hay que tener también una perspectiva territorial. En algunos lugares tenemos presencia del virus, pero no un crecimiento exponencial, entonces ahí podemos ser un poco más eficaces en la trazabilidad de los casos, en las medidas de protección, etcétera. Y tenemos otros lugares en los que, por la misma densidad poblacional, se hace más complejo. Cuando hablamos del acordeón se trata de endurecer controles para contener la expansión exponencial del virus y, cuando las medidas van dando resultados, tener la posibilidad de ir liberando sectores con prácticas y políticas de bioseguridad.

Es decir, algunos sectores podrían salir a trabajar…

Ya hay sectores que están trabajando y que están cambiando sus normas y sus protocolos de seguridad. Ahora seguramente tendrán que adaptarse a los protocolos de distanciamiento, a lavarse las manos, la desinfección, el uso del tapabocas. Todo eso podrá ser empleado para minimizar el impacto del virus. Por otro lado, podrán tener algunas personas más teletrabajo. Las personas, conservando el distanciamiento social, pueden retornar a sus actividades, obviamente con un nivel de control, claramente no vamos a volver ni a discotecas ni bares en un tiempo largo.

Yo creo que hacia finales de la semana ya tendremos una indicación de cómo se está complicando la curva epidemiológica en el país para tomar las medidas que correspondan

¿Puede ocurrir que una ciudad donde no se ha presentado algún caso quede aislada preventivamente?

Puede quedar preventivamente. Pero además manteniendo sus actividades sociales, obviamente con nuevos controles, con medidas de seguridad, pero eventualmente con un poco de más libertad que en los lugares donde haya más presencia del virus.

¿Ha pensado restringir las posibilidades que se le dan a la gente de salir en medio de la cuarentena?

No se trata de posibilidades de salir. Son excepciones que hablan de los sectores. La Fuerza Pública, el sector de los servicios públicos, la cadena de abastecimiento, los servicios financieros. Una cuarentena sin resolver esos temas puede generar problemas peores.

¿Cómo ha visto a la gente?

Más del 95 por ciento de los colombianos han cumplido la tarea. A la minoría, que, por ejemplo, está pensando en sacar el carro de irse a pasear, no solamente les vamos a inmovilizar el vehículo, sino que de una vez los vamos a procesar. Quien no acate una norma de autoridad sanitaria para prevenir la propagación de una pandemia tiene una pena de 4 a 10 años de cárcel.

Son personas irresponsables…

Uno también entiende que es la primera vez en la historia de este país que se hace un ejercicio de esta naturaleza, pero cuando yo veo que el 95 o 96 por ciento de la población cumple con rigor, pues es una buena señal de lo que somos como país. Pero, por supuesto, nunca faltan las ovejas negras que quieren incumplir las normas o pretender burlarlas. Para eso también está no solamente la capacidad de las autoridades de hacer efectivas las normas, sino también de hacer pedagogía.

¿Esta semana se define si sigue la cuarenta o qué va a pasar?

Nosotros todos los días hacemos una valoración y nosotros estaremos a lo largo de esta semana haciendo una valoración muy rigurosa. Yo creo que hacia finales de la semana ya tendremos una indicación de cómo se está complicando la curva epidemiológica en el país para tomar las medidas que correspondan con los objetivos: quitarle velocidad a la propagación exponencial del virus, proteger el sistema de salud para que no colapse, para que tenga capacidad de respuesta, y tres, la más importante, salvar vidas.

Finalmente, ¿cuándo les llega la plata a los hospitales?

Uno de los retos que tenemos en los próximos días es girar 5 billones de pesos que corresponden a las deudas viejas que había en el sistema de salud, y ahí lo que necesitamos es avanzar con las auditorías.

JORGE ENRIQUE MELÉNDEZ P.
Redacción Política
EL TIEMPO



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