coronavirus: el drama de una comunidad indígena de Amazonas – Gobierno – Política

El resguardo de San Sebastián de los Lagos está ubicado a unos 10 minutos de Leticia, en Amazonas. Es prácticamente un barrio de esa capital, pero también puede ser considerado hoy como el área indígena más contaminada por el coronavirus.

Su gobernador es John Jairo Chota quien desde hace más de tres semanas fue contagiado por el virus, según él, “lo más seguro”, en una oficina de la Gobernación del Amazonas.

Ahora pasa sus días guardado en su pequeña casa del resguardo, armando de un tapabocas y evitando salir para no contagiar a su familia o alguno de sus vecinos.

Lo único que tengo para cuidarme es la medicina tradicional, la que me han recomendado los médicos tradicionales, porque hasta nuestra tierra no están llegando las EPS”, aseguró el líder de la comunidad.

“Lo máximo que hicieron fue venir a tomarnos las pruebas para después llamarnos por celular para decirnos que las pruebas que nos hicieron habían resultado positivas”, es el reclamo que lanza Chota.



El gobernador de la comunidad, John Jairo Chota

Según su versión, de las 1020 personas que integran su comunidad,  ya han sido confirmados 28 casos de contagiados con covid-19, pertenecientes a 16 familias. Pero el estima que al menos el 30 por ciento puede ya ser portador del virus.

De acuerdo con Chota, la de San Sebastián es una comunidad muy pobre, por lo que no tienen muchos recursos para adquirir elementos que les permitan mantener los controles de bioseguridad. En buena medida han acudido a la caridad.

Fue así como una familia de Leticia les regaló una máquina de coser y con eso están haciendo sus propios tabocas. La tela con la que los fabrican también se las regalaron.

Como en el lugar igualmente escasean los medicamentos, especialmente por la falta de plata para comprarlos, pues acudieron a la medicina tradicional. El problema es que dos de esos médicos terminaron contagiados.

Por ahora, según contó Chota, solo está activa una mujer, que se encarga de preparar los insumos en su casa y los manda a domicilio a los enfermos.

Y la punta de lanza para enfrentar el coronanovirus es el té de yambú o botoncillos, que se mezcla con ajo y limón, y se toma tres veces al día

Como saben que en últimas este es un problema pulmonar, están haciendo unos remedios. Desde Bogotá les han enviado eucalipto, el cual revuelven con plantas locales, como el matarratón, .bordoncillo, hoja pico, hoja de piraruku, albahaca, sacha y hasta panal de abeja, “para hacer unas vaporizaciones, para abrir los pulmones”. A esto le agregan unas gárgaras con sal y limón. “Y lo cierto es que hasta ahora nadie se ha muerto en nuestra comunidad”, resaltó Chota en su diálogo con EL TIEMPO.

Como es apenas obvio, en esa comunidad no existe el servicio de mensajería, por lo que la tarea de llevar los remedios a los enfermos y tomarles la temperatura corre por cuenta de los dos enfermeros indígenas con los que cuentan. Ellos recogen las preparaciones donde la médica tradicional y los llevan hasta las casas de los afectados.

Con recursos de la comunidad lograron adquirir tres trajes antifluidos y máscaras de protección, con los cuales ellos cumplen su tarea. “Los lavan todos los días para que estén desinfectados”, contó el gobernador.

Chota, como máxima autoridad del resguardo, todos los días -evitando el contacto con cualquier persona- pasa a un salón contiguo a su casa en el que está instalado un altavoz. Desde allí cada mañana envía mensajes de aliento a su comunidad.

Pero también todos los días reitera las medidas de autoprotección. Les recuerda la necesidad del aislamiento preventivo, les pide que usen el tapabocas y que se laven continuamente las manos. Y lo más importante, les pide que no vayan al casco urbano de Leticia, la que hoy puede ser considerada como la ciudad con más contagiados del país por millón de habitantes.

Chota cree que ya superó el coronavirus, pero sigue cuidándose y mientras tanto sigue buscando ayuda para proteger a su comunidad, integrada por 1.020 personas. Su preocupación ahora es contactar a algún  proveedor de tecnología para salud que  les ayude  a conseguir algunos elementos que requieren en su comunidad como los relojes inteligentes que miden la presión o el pulso cardíaco.

Fuente de la Noticia

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