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Coronavirus en Colombia: Entrevista a Claudia López sobre la cuarentena por localidades en Bogotá – Bogotá

Coronavirus en Colombia: Entrevista a Claudia López sobre la cuarentena por localidades en Bogotá - Bogotá


A dos semanas de que la curva de contagio del covid-19 empiece a ceder, la alcaldesa Claudia López destaca como ejemplar el esfuerzo de los bogotanos en estos cinco meses de cuarentena, pero también dice que en la nueva etapa que se viene “estará a prueba la cultura empresarial”.

En entrevista con EL TIEMPO, la mandataria aseguró que si se quiere operar en el aeropuerto, lo cual va a ocupar un cupo epidemiológico, alguien debe ceder algo de su cupo. “Todos ponen. Trabajar 4 días y no 6, trabajar 5 horas y no 8. Para que quepamos menos a lo largo de la semana, pero que nunca nos superemos al día en interacciones”, afirmó López.

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¿Qué la llevó a declarar una nueva cuarentena?

Que aunque vamos bien en la mayoría de localidades, todavía estamos en el pico. En julio y junio estábamos creciendo muy rápido y si bien nos hemos empezado a estabilizar, todavía no estamos a la baja. En las localidades de cada diez pruebas cuatro salen positivas. Trece localidades tienen baja velocidad, pero siete alta velocidad. Tenemos que hacer ese último esfuerzo. Esta es la cuarentena más pequeña que hemos hecho y será la última.

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¿Cuál es su mensaje para quienes creen que las cuarentenas no son una alternativa?

Todos los asesores, tanto del Gobierno Nacional como el Distrito, coinciden con que Bogotá ha logrado bajar la velocidad de contagio; si no hubiéramos hecho las cuarentenas por localidades, el sistema hospitalario y de UCI habría colapsado la tercera semana de julio. Las cifras de Saludata lo prueban. La cuarentena es solo una de las más de siete medidas de autocuidado, ahí también están el uso de tapabocas, el distanciamiento, el lavado de manos; si solo hiciéramos una, no lo lograríamos. En el pico más alto tuvimos 93 % de ocupación de UCI, hoy tenemos 86 %, no es para celebrar, hay que ser prudentes porque es una ocupación muy alta. Confiamos en que en esta última cuarenta cerremos el ciclo de la meseta y los índices empiecen a bajar, por eso nos estamos preparando para una nueva normalidad.

Se vienen dos semanas críticas, ¿después de esto vendría una nueva normalidad o es muy prematuro decirlo?

Tenemos un modelo de proyección epidemiológico que ha sido bastante asertivo. Si no hubiéramos hecho cuarentena en marzo, habríamos tenido un pico en mayo que nos hubiera podido dejar 44.000 muertos. Vamos en 4.000, que es una desgracia, pero no son 44.000. Estamos en el tercer escenario previsto. A finales de agosto será el pico en hospitalización y en UCI.

En trayectoria vamos bien. Pero el haber tenido a todo el mundo en la calle a finales de junio y principios de julio, más marchas, más el día sin IVA, nos puso en esta trayectoria. Bogotá pasó de menos de 1.000 fallecidos, a finales de junio, a 4.000 en seis semanas. Al final de junio, los casos diarios venían creciendo a 4,44 %, luego a 3,88 % al 15 de julio, a 3,84 al 31 de julio, y hoy a 2,67 %; la velocidad, que era lo que queríamos controlar, ha bajado.

¿Por qué se escogieron las siete localidades?

Esta última ronda no la escogimos por quién sí había hecho turno o no. La pandemia es una curva, empieza con poca afectación y velocidad y luego va cogiendo velocidad y afectación; en un momento tiene mucha velocidad y afectación, pero después empiezan estos dos indicadores. El 31 de mayo Bogotá tenía poca afectación y velocidad en todas las localidades, pero el 28 de junio casi todas estaban en alta velocidad. Hoy, la localidad que menor afectación tiene es Kennedy. ¿Y cuáles nos quedaron con alta afectación y velocidad? La Candelaria, Teusaquillo, Barrios Unidos, Santa Fe, Puente Aranda, Chapinero y Usaquén.

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¿Las localidades han sido afortunadas con las cuarentenas?

Totalmente. Estamos pasando por el pico, pero las tendencias todas son positivas. Falta un último empujón en las siete localidades; sé que es duro, pero Bogotá no aguanta que saquen 7 millones de personas a la calle al tiempo; si lo hacemos así, a las cuatro semanas nos obligaría a cerrar otras cuatro.

(Además: Así está el contagio en las siete localidades que entran en cuarentena)

¿Pero la ciudad aguanta 4 millones de personas en las calles o cuántas?

Empezamos a abrir la economía de acuerdo con la instrucción del Presidente; en Bogotá nos demoramos en entrar y así lo hicimos en mayo y junio, por eso fuimos creciendo en casos a una velocidad calmada. Pudimos administrar la pandemia. Nos mató a finales de junio el hecho de que ya había 7 millones de ciudadanos en la calle, y eso lo podemos ver en los indicadores de movilidad de Apple y Google. En mayo, Bogotá estaba al 40 %, esto fue así hasta mediados de junio, y de ahí para adelante se complicó. Íbamos llegando casi a un día normal, que son 7 millones de personas en la calle. Eso nos reventó.

Falta un último empujón en las siete localidades; sé que es duro, pero Bogotá no aguanta que saquen 7 millones de personas a la calle al tiempo

¿Cuál es su mensaje para quienes dicen que no les han llegado las ayudas?

Las ayudas sí han llegado; de hecho, ya salió la encuesta. El 18 % de las personas dicen que sí han llegado. La pobreza en Bogotá es del 8 %, eso quiere decir que llegamos a los pobres y a la clase media. Ninguna ciudad de Colombia les ha dado renta básica de $ 240.000 en tres turnos a los ciudadanos, solo Bogotá, sumando recursos del Gobierno Nacional y nuestra administración. Ha sido un esfuerzo gigante, pero necesario. Los que se están manifestando son pequeños comerciantes, no porque no les ha llegado el subsidio, sino porque no pueden vender, y los entiendo, y estamos hablando con ellos.

¿Habrá reglas para los viajeros que usen las tres rutas habilitadas en el aeropuerto El Dorado?

Nadie sintomático podrá ingresar a un avión. Los aeropuertos y aerolíneas tendrán que hacerse cargo de los 10 días después del vuelo a todos los que pasen por allí, eso quiere decir que se hace control epidemiológico para todo el que pase por El Dorado, sea de ida o de salida.



Foto:

Mauricio Moreno. EL TIEMPO

¿Pero por qué ellos deben cumplir con esa responsabilidad?

Así como los restaurantes tienen un protocolo para su negocio, el aeropuerto debe tener un protocolo. Eso lo vamos a hacer juntos: aeropuerto, aerolíneas y nosotros.

¿Eso no encarecería los tiquetes…?

No creo, se imaginan cuánta gente tiene el call center de Avianca, qué están haciendo ahorita, nada. En todo caso, el aeropuerto va a tener en esta primera etapa poca gente. Así como vende pasajes, hace seguimiento. Por ahora solo acordamos las rutas, estamos detallando frecuencias y pasajeros.

¿La gente podrá irse de paseo a San Andrés o a los otros dos destinos?

La gente podrá ir a San Andrés a lo que necesite ir, y a lo que el gobernador de San Andrés permita. Y el que venga a Bogotá, viene a cumplir con una nueva normalidad. No habrá fiestas, rumba ni teatros. O sea, a eso no pueden venir.

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¿Por qué ha sido tan difícil la comunicación con los restaurantes?

No. Aquí lo que tenemos es 600 restaurantes trabajando desde hace tres semanas con nosotros. Si Acodres no quiere participar, no hay problema. Los restaurantes solo pueden trabajar por domicilios. La Alcaldía va a hacer un sacrificio de su movilidad, vamos a cerrar calles, hacer urbanismo táctico, para que además de los domicilios puedan hacer atención al cliente, con circulación y con menores riesgos.

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Tenemos que ser pacientes un año, trabajar con actitud, con aceptación

¿De qué se trata esa nueva normalidad?

Tenemos que ser pacientes un año, trabajar con actitud, con aceptación. La nueva normalidad significa usar el tapabocas, el lavado de manos y el distanciamiento social. Es un año con mucha adaptación, nos toca caminar más y usar más bici. Hay 250.000 personas que se subieron a la bici.

¿Eso significa que es hasta agosto de 2021?

Menos no va a durar. Excepto que el virus desaparezca de repente.

¿Cómo va a ser esa nueva normalidad aplicada a la productividad?

Bogotá tiene pandemia, pero no significa cerrar. Quiero inventarme un concepto de cupo epidemiológico, como el virus está circulando, ¿cuántos bogotanos caben conviviendo con el virus en la calle? Unos se van a enfermar, pero nunca tendremos un colapso. Este cupo es de 4 millones de personas. Hay que vivir con eso.

Quiero inventarme un concepto de cupo epidemiológico, como el virus está circulando, ¿cuántos bogotanos caben conviviendo con el virus en la calle?

¿En la nueva normalidad tenemos que empezar a convivir con el virus, pero teniendo claro que no podemos estar 7 millones de personas en la calle al mismo tiempo?

Tenemos que aceptar esa evidencia científica. Este jueves convoqué a los gremios y les dije: ‘ustedes que le dicen a la ciudadanía que tengan conciencia ciudadana, la siguiente etapa necesita cultura ciudadana empresarial’. Si queremos operar en el aeropuerto, eso va a ocupar un cupo epidemiológico, alguien debe ceder algo de su cupo, porque si la construcción sigue 8 horas, 6 días a la semana; la manufactura 8 horas, 6 días; el comercio 12 horas, 7 días, alguien debe ceder ese cupo, para que quepa el cupo del aeropuerto. Todos ponen. Trabajar 4 días y no 6, trabajar 5 horas y no 8. Para que quepamos menos en la semana, pero que nunca nos superemos al día en interacciones. ‘Ahora estará a prueba la cultura empresarial’, les dije, la cultura de los ciudadanos en promedio ha sido ejemplar, el 93 % usa bien el tapabocas, sabe que no debe ir a fiestas, no hace reuniones familiares, nos apoyan en las medidas.

Le copiaron los empresarios…

Todos quedaron muy a la expectativa, lo entienden, pero obviamente tienen preocupaciones sobre los negocios, los empleos. Obviamente, es mucho menos impacto para Bogotá dejar en cuarentena a 2 millones y medio de personas, para que otras 4 se puedan movilizar, que fue lo que hicimos por los turnos. Todos tienen disposición y apertura.

El Distrito invertirá en investigación para la vacuna y tratamientos, ¿cómo será eso?

Si algún legado y lección nos ha dejado la pandemia es que hay que invertir en serio en ciencia. Bogotá va a dar ejemplo. Va a poner 204.000 millones de pesos, eso es el 2 % del cupo de endeudamiento. Tenemos que unir esos esfuerzos con la academia, universidades e institutos de educación, para entre todos analizar científicamente cuáles son los mejores lineamientos, los mejores medicamentos y las mejores vacunas a las que podemos acceder.

Cómo está el ambiente en el Concejo para la aprobación de los dos proyectos que definirán las finanzas de la ciudad?

Estamos en la peor crisis de la historia, por eso es que el cupo es tan grande, porque tenemos 23 % de desempleo, pobreza, muchas microempresas para rescatar, muchos hogares a los que hay que apoyar con renta básica, y un plan de obras y de inversiones sociales que no podemos aplazar. Todo lo contrario, lo que tenemos es que ejecutar transparentemente y bien, porque eso es lo que va a generar 500.000 empleos.

Este, obviamente, es el plan de endeudamiento más ambicioso de Bogotá en su historia. Nunca hemos salido a endeudarnos 11 billones para obras e inversión social. Y lo vamos a hacer porque las circunstancias lo ameritan. Vamos a ir a decirle al Concejo ‘¿se acuerdan de que el plan de desarrollo les pareció extraordinario? ¿Que iba a sacar adelante la economía? Pues ahora venimos por el paquete de financiación del plan, por una parte, porque por otra está financiada por los ingresos corrientes. Pero, otra parte va a estar financiada por este paquete de deuda. Y si queremos que nos presten y a unos precios razonables, a unas tazas moderadas, tenemos que demostrar que vamos a tener con qué pagar a 10 años. Y eso es lo que hace el ‘plan Marshall’. Por un lado, dice préstenos, y por el otro, así vamos a pagar en 10 años. Esto lo vamos a recuperar, las finanzas las vamos a recuperar y el recaudo también.

Se plantea que el ‘plan Marshall’ no contempla a quienes ya se quebraron, sino a quienes se formalicen. ¿Es cierto?

Estamos tocando a todos, para financiar. ¿A quiénes va las líneas de crédito? Pues a quienes no queremos que se quiebren. Bogotá ha puesto con Bancóldex una línea que está operando a lo largo de la pandemia y la va a sostener, va a sostener los subsidios a los microempresarios para que no despidan a los empleados y no cierren, va a abaratarles los costos a los informales que no están pudiendo acceder a créditos. Entonces, la formalización es parte de la recuperación. Los que ya existen jurídicamente y son formales pueden aplicar a todo eso.

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BOGOTÁ

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