Coronavirus en Colombia: expertos en salud hablan de medidas contra la pandemia – Salud

Luego de 100 días desde que se identificó el primer caso de coronavirus en Colombia y 76 de cuarentena general, con cerca de 40.000 casos confirmados y 1.259 fallecidos, y en momentos en que el país se prepara para reactivar prácticamente toda su economía, EL TIEMPO consultó con un grupo de expertos y académicos para que evalúen la pertinencia de las medidas aplicadas, el momento actual de la pandemia y las perspectivas al tenor de criterios de salud pública.

Con una letalidad de 3,2 por ciento sobre los casos confirmados, 762 infectados por cada millón de habitantes y en espera de un pico que, de acuerdo con algunos modelamientos nacionales, se presentará dentro de un mes (primera semana de julio), algunas voces consideran que las cifras son benévolas y que algunas de las medidas fueron excesivas, al punto de que afectaron seriamente la economía. Otras, en cambio, consideran que dichos resultados son producto de las restricciones que, aunque tardías algunas, incluso deben mantenerse.

En este contexto, el ministro de Salud, Fernando Ruiz, ha afirmado que las flexibilizaciones de la cuarentena general son necesarias y, en la actualidad, sus particularidades dependen de las características y necesidades de cada región y sus realidades epidemiológicas.

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Para el análisis, este diario planteó cuatro preguntas a los estudiosos. La primera de ellas fue si las medidas para detener el avance del coronavirus, como el aislamiento obligatorio para mayores de 70 años, el cierre de fronteras, aeropuertos, colegios y sitios de aglomeraciones y la cuarentena general, fueron tomadas a tiempo por el Gobierno.

En este punto las opiniones están divididas. Para Román Vega, profesor de Salud Pública de la Universidad Javeriana, el Gobierno Nacional reaccionó a destiempo en la aplicación de medidas básicas para impedir la entrada del virus y su posterior dispersión por el país.

“Entre sus fallas están el lento proceso de cierre de aeropuertos internacionales, de fronteras con países con alta incidencia del virus, como Ecuador, Brasil y Perú, la carencia de medidas rigurosas para la cuarentena de pasajeros y la tardía aplicación del aislamiento social preventivo y obligatorio. Ello porque desde finales de enero la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la alerta internacional, la elevó a muy alta a principios de febrero y entró en estado de pandemia a comienzos de marzo”, opina el académico.

Mario Hernández, coordinador del doctorado de Salud Pública de la Universidad Nacional, afirma que la preparación del sistema de salud ha sido errática y demasiado centrada en respiradores mecánicos; Hernando Nieto, expresidente de la Asociación Colombiana de Salud Pública, comenta que el cierre de aeropuertos fue tardío; Luis Jorge Hernández, doctor en Salud Pública y profesor de los Andes, sostiene que Colombia y Bogotá tomaron medidas de cuarentena a tiempo, lo que permitió que no se acumularan casos.

A su vez, Julio César Castellanos, director del Hospital Universitario San Ignacio, asegura que a nivel nacional y distrital las decisiones se tomaron a tiempo “y los resultados sustentan esta respuesta, con las debilidades regionales de Amazonas y Cartagena, en donde las mismas medidas del resto del territorio nacional tomadas en el mismo tiempo no lograron el mismo resultado”.

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El ministro de Salud ha afirmado que las flexibilizaciones de la cuarentena general son necesarias y sus particularidades dependen de las necesidades de cada región y sus realidades epidemiológicas

La segunda pregunta hecha a este panel de expertos se centró en las flexibilizaciones de la cuarentena, que desde el 27 de abril se han hecho para reactivar los sectores productivos.

Desde la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, Rodrigo Córdoba afirma que, aunque estas flexibilizaciones son necesarias, “es evidente que en algunas regiones no se contó con la preparación suficiente para permitirlas”.
Gabriel Riveros, exministro de Salud, fue claro en decir que desde la perspectiva médica y hasta tanto no se tenga control de los contagios y se demuestre que los casos y muertes caen de manera territorial, “las flexibilizaciones deben ser las mínimas, razonadas científicamente y ejercidas con estricto control sin reducción de medidas de protección personal y distanciamiento físico”.

Para Carlos Álvarez, infectólogo y coordinador nacional sobre estudios covid-19 de la OMS, las flexibilizaciones hechas hasta ahora son coherentes con lo que se viene presentando. “A medida que pasa el tiempo hay diferencia entre regiones e incluso en la misma ciudad; por lo tanto, la flexibilización o endurecimiento de las medidas de confinamiento no pueden ser las mismas sino adaptadas a la realidad de cada región. No hay que olvidar que actualmente el 80 por ciento de los casos están en 10 municipios”, apunta.

Luis Jorge Hernández es enfático en que las flexibilizaciones hay que hacerlas porque “la cuarentena ya se agotó como medida de salud pública” y debe mantenerse “solo en casos muy focalizados”. “La flexibilidad con distancia social sería suficiente si se hiciera bien con adherencia ciudadana y no solo como medida policiva”.

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La curva se aceleró por falta de protección para los que viven del diario y la ausencia casi total de detección de casos, el precario aislamiento y las pocas pruebas

Sobre el tema de las proyecciones epidemiológicas hechas al comienzo de la epidemia por entidades sanitarias y expertos independientes, que han sido duramente cuestionadas porque sus escenarios de expansión hasta ahora no se han cumplido, el salubrista Hernando Nieto trata de explicar que el desfase entre lo pintado y lo ocurrido “se relaciona y deriva de las dinámicas asincrónicas de la dispersión, el grado de acatamiento de las medidas y la capacidad diferencial entre territorios para ejercer medidas de detección y contención”.

Julio César Castellanos suma a eso que en la condición humana no existe el don de la predicción exacta del futuro y “lo inadecuado fue la postura poco humilde de muchos de quienes hicieron las proyecciones y la sobrevaloración de esas proyecciones, en especial de las más apocalípticas, que generaron temor exagerado e innecesario en la población, contribuyendo negativamente en la salud mental”.

En ese sentido, el académico Mario Hernández expone que los modelos usados fueron muy sencillos y no dieron cuenta de la movilidad ni la dinámica del contagio, por lo que ahora se requiere territorializar el análisis y la respuesta, algo que, a su juicio, comenzó muy tarde “y se está haciendo de manera improvisada”.

El profesor Román Vega complementa que las proyecciones epidemiológicas hechas no tuvieron en cuenta los contextos y realidades socioeconómicas y culturales de cada país. «Son modos matemáticos y estadísticos que solo sirven de guía. Pero no pueden representar claramente la realidad”, remata.

Finalmente, el grupo de expertos respondió sobre lo que esperan en un futuro cercano para el país en términos de pandemia. El psiquiatra Rodrigo Córdoba deja la premisa de que la pandemia no ha terminado y que el virus llegó para quedarse y, por tanto, no se puede bajar la guardia. Y en esa vía, el infectólogo Carlos Álvarez proyecta que el país entrará a una etapa de ‘covid’, o aprender a convivir con la covid-19.

La realidad es que mientras no exista un tratamiento eficaz y una vacuna, tenemos que retomar nuestras actividades adaptadas a una nueva forma de relacionarnos por los próximos meses”, argumenta, y agrega que el principal éxito será cumplir con los pilares de autocuidado en la casa, transporte público, centros comerciales y en el trabajo. 

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Para el exministro Gabriel Riveros, el principal reto será que las personas respeten individualmente las medidas de protección y distanciamiento físico, que ya son conocidas pero se ven amenazadas por el relajamiento de la cuarentena. Desde una esquina menos optimista, Mario Hernández pone sobre la mesa que “se vienen, ahora sí, la expansión del contagio y la expresión de las desigualdades acumuladas. Me preocupa toda el área rural, pueblos indígenas, negros y campesinos. Y en las ciudades, la fuerte presión sobre los servicios. Tocará hacer cuarentenas parciales y temporales». 

CARLOS F. FERNÁNDEZ y RONNY SUÁREZ
UNIDAD DE SALUD 

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