Nota: “este artículo ya había tomado forma antes del anuncio del Presidente sobre la Constituyente. Dadas las respuestas de la opinión pública en general, de Magistrados y ex constituyentes como Antonio Navarro, nos mantenemos en esta misma posición pero trayendo a colación el famoso dicho de que ‘una semana en Política es un tiempo muy largo’. Lo que es curioso es que varias de las 6 razones que cita el Presidente en su entrevista en El Tiempo para convocar la Constituyente ya estaban incluidas en este texto previamente”.
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La idea básica de un gobierno de izquierda es que haya foco en el gasto y en la atención a las personas más endebles económicamente de la sociedad. Un gobierno de derecha promueve grandes negocios y espera el famoso trickledown o el goteo de los ingresos hacia los menos favorecidos, haciendo énfasis en el gran crecimiento de la economía.
El gobierno Chino ha usado curiosamente el segundo sistema y empezando tal vez con la pandemia ha dado un giro en U, expropiando o por lo menos haciendo desaparecer de los medios los grandes empresarios tipo Jack Ma, billonario fundador del Ali Baba; buscando así una mayor redistribución de los ingresos de los más ricos. Y esto ha incidido en un coeficiente gini muy alto que ha empezado a descender.
Pero Petro ha estado buscando temas como entregarle a los adultos mayores pobres hoy en muchos casos destitutos un ingreso de pensión, o el volteo a mirar a las dos poblaciones étnicas más pobres de Colombia: los indígenas y los afro colombianos. Que no por azar curiosamente habitan los dos departamentos más pobres del país: Cauca y Chocó. O finalmente implementar la reforma agraria que es un pie crítico del acuerdo del Teatro Colón. Ese capítulo, primero del acuerdo de la Habana, del que tanta gente se rio en el momento de su firma en el 2012, pues no hablaba de paz en términos de la dejación de armas, justicia restaurativa o las víctimas.
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Pero ese legado habla desde adentro del alma de la condición socioeconómica del elemento que estructuralmente no nos permite tener paz: el abandono del campo colombiano, la dejación de lo rural, de las 12 millones de personas de los cuales hacen el 60 % nuestra población pobre, las 37 millones de hectáreas bastante desaprovechadas en ganadería dispersa, por decir lo menos.
Personas sin tierra o sin tierra formal, sin acceso a crédito o asistencia técnica y a mercados y con poco acceso a sus fincas, deplorable estado de las vías terciarias, a sus predios hacen ese lunar de nuestra colombianidad bastante cancerígeno. Y presa fácil para grupos ilegales de cualquier índole … Acordémonos que el CAP (Common Agricultural Policy) de la UE se mantuvo por décadas buscando que los campesinos fueran SOS guardianes de la tierra y del espacio en Europa.
La exalcaldesa, Claudia López, definió que al campo colombiano le hacen falta tres elementos básicos: más democracia, más estado y más mercado. Hoy el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (para darle nombres y apellidos) está en manos de Jhenifer Mojica, una de las personas que más conoce legislación agraria en Colombia. Tiene el mayor presupuesto de la historia. Tiene gente de confianza y comprometida con la paz. Creo que le faltan un par de extraordinarios goleadores que acaben de ejecutar ese punto, uno que aqueja a los dejantes de armas de Comunes y a millones de colombianos regados por el territorio nacional con poco que hacer.
Reto para la Ministra: proponerse en una década de que el PIB agrícola colombiano sea el 20%, igual al del Brasil, para que ese 20% de la población campesina tenga un ingreso parecido al resto del 80% de los colombianos. ¿Vamos?
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CARLOS ENRIQUE CAVELIER
Portafolio