El presidente chino, Xi Jinping, «exigió todos los esfuerzos para tratar a los heridos y el fortalecimiento de la supervisión y gestión de la seguridad en industrias y campos clave para proteger eficazmente la vida y la propiedad de las personas», dijo Xinhua el jueves.
Las explosiones y otros incidentes mortales son relativamente comunes en China, donde los códigos de construcción a menudo se aplican de manera deficiente y la construcción no autorizada generalizada puede dificultar que las personas huyan de las estructuras en llamas.
Al menos 17 personas murieron en un incendio en un restaurante en la ciudad nororiental de Changchun en septiembre de 2022, según declaraciones dadas en ese momento por las autoridades locales.
En enero del mismo año, una explosión provocada por una supuesta fuga de gas derribó un edificio en la ciudad de Chongqing, matando a más de una docena de personas.
Y 25 personas murieron en una explosión de gas que arrasó un complejo residencial en Shiyan, provincia de Hubei, en junio de 2021, y también golpeó un concurrido edificio de dos pisos repleto de compradores.