Desde que llegó al poder, el presidente Gustavo Petro se ha caracterizado por un gobierno que se salió de lo convencional y le ha apostado a lograr cambios radicales en la estructura del país, generando con esto fuertes debates que, para algunos sectores, no le han hecho bien a la estabilidad macroeconómica, mientras que otros sostienen que marca la hoja de ruta hacia la superación de desigualdades.
Prueba de esto fueron las reformas que pidió al día siguiente de su posesión, con las cuales ya reformó el esquema tributario, aguarda para empezar a modificar el sistema pensional, mientras se alista para dar la batalla en el Congreso por la reforma laboral. Si bien el pulso en la salud y en la educación se perdieron el semestre pasado, desde la Casa de Nariño se han dado varias órdenes para mover estos cambios por decreto.
Presidente Gustavo Petro
EFE
Tal y como mencionó durante la posesión de sus nuevos ministros, el presidente Petro está convencido de que lograr todo lo que se ha propuesto no será fácil y por esa razón se empezó a rodear de funcionarios afines a su ideal, mientras busca ganar terreno en aquellos espacios en los que todavía tiene resistencias, como la rama judicial.
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Si bien en varias ocasiones ha dicho que no está entre sus prioridades, durante los últimos meses el presidente Gustavo Petro ha puesto sobre la mesa reiteradamente la posibilidad de que se incluya entre sus reformas una asamblea nacional constituyente para solucionar las inequidades que tiene la Constitución del 91 y superar las barreras que le impiden al país luchar contra la desigualdad.
Firma de la Constitución del 1991. En la foto, los presidentes de la Asamblea Nacional Constituyente Antonio Navarro Wolf, Álvaro Gómez y Horacio Serpa.
Archivo particular
Han sido varios los momentos, generalmente durante sus visitas a las regiones, en los que el jefe de Estado ha hecho mención a que tiene que ser el propio pueblo el que la pida, como constituyente primario. Y la llegada de Juan Fernando Cristo al gabinete, impulsando el mensaje de la constituyente, se ha entendido como un nuevo movimiento desde Casa de Nariño para impulsar este movimiento.
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Al explicar la necesidad de esta reforma, que para muchos es calificada como una ‘Caja de Pandora’, el Presidente subraya la necesidad de implementar el Acuerdo de Paz de 2016, abordando la Reforma Agraria y el problema de las drogas ilícitas.
Tierras.
Guillermo González / Archivo EL TIEMPO
Además, propone una reforma judicial que acerque el sistema al ciudadano, con un enfoque en la verdad y la reconciliación y enfatiza la importancia de garantizar condiciones básicas de vida como salud, pensión y acceso al agua, así como reordenar el territorio y enfrentar el cambio climático. Así mismo, ha descartado que esta propuesta busque extender su mandato o revivir la figura de la reelección.
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Los primeros en reaccionar tan pronto como este debate revive son los gremios, quienes aseguran que el país tiene otras prioridades más allá de una reforma a la Constitución de esta envergadura. Por ejemplo, Bruce Mac Master, presidente de la Andi, sostiene que la carta política vigente ha demostrado que es moderna y garantista y que incluye mecanismos para mejorarla conforme se necesite, sin recurrir a medidas extremas.
Bruce Mac Master.
“Parte de las características de la misma es que incluye mecanismos para reformarse, claramente identificados en términos de la institucionalidad y la participación democrática para llevarlos a cabo, buscando que siempre se tomen las mejores decisiones colectivas. Esos mecanismos cuentan con suficientes garantías para evitar decisiones arbitrarias o impuestas”, explicó.
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Mac Master fue enfático en que abrirle paso a una constituyente, “introduce inmensas inestabilidades a la sociedad. No se puede ignorar el inmenso costo que está pagando hoy en día nuestra sociedad por la incertidumbre generada por señales y decisiones del Gobierno Nacional que no son suficientemente claras en términos de sus efectos sobre la sociedad, la sostenibilidad fiscal, y la operatividad de los sistemas que se pretende afectar”.
Archivo Portafolio
Por otra parte, Colfecar le pidió al presidente Petro usar los recursos que costaría convocar una asamblea nacional constituyente para atender otras necesidades sociales en las regiones o, por ejemplo, para darle un respiro a la inversión que, según ellos, anda mal por cuenta de los constantes anuncios que generan incertidumbre.
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“Proponer una Asamblea Constituyente en este momento implicaría un aumento de los costos económicos para el Estado colombiano, en una instancia en la que se requiere priorizar la inversión en áreas como seguridad y reactivación económica. Muchos de los cambios que requiere el Gobierno Nacional no necesitan ser realizados a través de una Asamblea Nacional Constituyente, sino desde los mecanismos idóneos que contiene la misma Constitución para su desarrollo”, señalaron.
Casa de Nariño.
EL TIEMPO
Otra de las preocupaciones frente a los efectos de este debate tiene que ver con el escenario de inestabilidad que se está generando nuevamente, además de que, según expertos consultados por Portafolio, se puede convertir en un elemento de distracción que no permita atender las necesidades más apremiantes.
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José Manuel Restrepo, rector Universidad EIA y exministro de Hacienda, señaló que propuestas de este tipo no ayudan a la unidad nacional ni a la confianza de los inversionistas y por el contrario generan preocupaciones e incertidumbres adicionales sobre el destino y propósito de la Constituyente.
José Manuel Restrepo, rector de la Universidad EIA
Sergio Acero Yate / Portafolio
“Yo creo que abrir esta caja de Pandora y seguir insistiendo en ella, me parece que puede generar preocupación en inversionistas nacionales e internacionales. Estamos viendo ya varios meses en donde la inversión extranjera directa está disminuyendo con respecto al año anterior. Me parece que ahí hay una preocupación que no debería abrirse”, indicó.
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Desde la academia, economistas como Jorge Restrepo, profesor de la Universidad Javeriana, sostienen que basta con ver lo que ha sucedido en otros países para entender los estragos que podría generar un escenario como el que busca el Presidente, y la pérdida de dinámica económica que golpearía al país.
“Hay dos ejemplos que son muy importantes en ese sentido. Por un lado está el Reino Unido con el Brexit y su salida de la Unión Europea y en segundo lugar el cambio constitucional que se intentó en Chile por parte del gobierno del presidente Gabriel Boric. En ambos casos, solamente el intento generó un efecto económico significativo, empezando porque se afectó el clima de inversión”, señaló.
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Aumentar la polarización
Por último, para el también exministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, el debate que busca abrir el Gobierno Nacional es temerario y podría generar más problemas, polarización y dudas sobre la dirección que tomará la Nación, lo cual afectaría las decisiones económicas y sociales, poniendo en riesgo, además de la democracia, la solidez de la economía local, en tiempos en los que se lucha contra la desaceleración.
Juan Carlos Echeverry
Archivo particular
“Esto no generaría sino más problemas en las decisiones de las familias y las empresas, generaría la gran duda de cuál es la nueva arquitectura, generaría la duda de si vamos hacia el populismo, hacia el autoritarismo o hacia más polarización en el país, pero por sobre todo generaría una duda sobre dónde vamos a vivir durante esos años que dure la nueva Constitución”, explicó.
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Estos analistas cerraron recordando que el momento de la economía de Colombia exige aminorar cualquier clase de riesgo, puesto que la mala racha solo se superará con inversión, especialmente desde el sector privado, ya que el Gobierno deberá recortar recursos para sortear la crisis de caja que vive hace meses.