in

Defensa de la tecnología – Agencia TSS

sec-daniela-castro-oficial

Agencia TSS – Si la industria es una parte estratégica de la defensa de la soberanía, un botón de muestra fue cuando, durante el conficto de Malvinas, en 1982, la mayoría de los sistemas de armas eran importados y apenas empezada la guerra cayó sobre la Argentina un embargo que hizo que nada pudiera reponerse. Las inversiones estatales en defensa también son un impulsor de desarrollos tecnológicos de frontera, un recurso habitual como motor de la innovación en los países más desarrollados.

El séptimo encuentro del ciclo de charlas de la Agrupación Rolando García “¿Qué posibilidades tiene el desarrollo científico tecnológico en la Argentina de hoy?” buscó reflexionar sobre la relación entre el sector industrial, el desarrollo tecnológico y el sector de Defensa. Allí expusieron Daniela Castro, secretaria de Investigación, Política Industrial y Producción para la Defensa, y Mirta Iriondo, presidenta de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA).

Castro destacó la creación, en el año 2007, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva como herramienta para el desarrollo económico. “No es menor que en el Estado exista o no un área que se aboque a la política científico-tecnológica del país, entendiendo que el desarrollo del país debe tener como herramienta al conocimiento”.

““La sanción del FONDEF es muy importante porque la defensa nacional va a tener una asignación presupuestaria para el reequipamiento de las Fuerzas Armadas, pero además la ley establece criterios que tienen que ver con la sustitución de importaciones”, dijo Castro.

El mes pasado se creó el Fondo Nacional para la Defensa (FONDEF), mediante el cual se creó una asignación específica de presupuesto para reequipar a las Fuerzas Armadas (FFAA). El proyecto fue impulsado por el ex diputado y actual ministro de Defensa, Agustín Rossi.

Castro, que hasta el año pasado fue diputada y presidenta de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados, sostuvo: “La sanción del FONDEF es muy importante porque la defensa nacional va a tener una asignación presupuestaria para el reequipamiento de las Fuerzas Armadas, pero además la ley establece criterios que tienen que ver con la sustitución de importaciones, con el apoyo al desarrollo científico-tecnológico a los efectos de generar mayores conocimientos que a su vez se puedan aplicar, porque sobre todas las cosas en defensa apuntamos a investigación aplicada”.

Se espera que uno de los proyectos que se vean beneficiados por el FONDEF sea el avión Pampa III. El primer diseño de esta aeronave fue realizado en 1978 y en un principio el 100% de sus componentes eran importados. Tras 40 años se logró que un 13% de los componentes sean nacionales y se impulsó una estrategia de exportación. Durante el Gobierno anterior se logró comprometer la venta de dos aviones a Bolivia, pero Israel, que provee la aviónica y el tren de aterrizaje, se opuso a la venta y no pudo realizarse la operación.

Sobre este punto intervino Iriondo, titular de FAdeA: “Un Pampa sale 13 millones de dólares y de eso hay mucho importado. Ese sistema dura 20 años pero los subsistemas se cambian cada tres o cuatro años. Los electrónicos, como la computadora de misión y las pantallas, son importados, en este caso de Israel. ¿Si podemos hacer algo similar acá? Yo digo que sí, porque podemos hacer computadoras y pantallas de misión para satélites. ¿Por qué no vamos a poder hacer eso para el Pampa? Es cuestión de ponerse a trabajar, pero implica cuatro o cinco años consecutivos. Si bien podemos pedirle a las empresas que apuesten a hacerlo, también tenemos que garantizarles previsión y creo que el FONDEF va a permitirnos eso”.

“Cuando se hizo el primer proyecto del IA-100 hicimos una gran inversión para formar ingenieros en material compuesto. En el año 2016, el Estado canceló el proyecto y los ingenieros decidieron irse”, recordó Iriondo.

Con respecto a la sustitución de otros componentes, Iriondo dijo que “se comenzó la sustitución de importaciones por lo más elemental, como el burlete de cabina, el sistema hidráulico y de oxígeno, y ahora estamos viendo el sistema de frenos, las pantallas display y las computadoras de misión. Si nosotros logramos que esto sea nacional, aparte de que esa empresa adquiere estos conocimientos tecnológicos, tiene a un cliente como la Fuerza Aérea por 20 años comprándole estos productos. Por eso es fundamental que la Directiva Política de Defensa Nacional (DPDN) ponga de manifiesto que primero están los proveedores nacionales, porque sin voluntad política muchas veces eso no ocurre”.

Hasta el 29 de este mes está abierta la convocatoria de Proyectos de Investigación y Desarrollo para la Defensa, una política iniciada en el año 2008, cuando Iriondo era la directora general de Planificación del Ministerio de Defensa. “Hay que reconocer la importancia de sostener políticas en el tiempo para ver resultados, sobre todo en ciencia y tecnología”, dijo Castro durante su exposición. Esta convocatoria otorga financiamiento de 3 millones de pesos para proyectos de tecnología aplicada y de 4,2 millones de pesos para proyectos en escala piloto de producción. También se logró equiparar el estipendio de becarios de Defensa con el de los becarios de CONICET como incentivo para que se vuelquen a trabajar en proyectos del área.

“Cuando se hizo el primer proyecto del IA-100 hicimos una gran inversión para formar ingenieros en material compuesto. En el año 2016, el Estado canceló el proyecto y los ingenieros decidieron irse y tres de ellos formaron un pequeña empresa de material compuesto en la que hoy están desarrollando partes para un avión de una empresa privada. Cuando empecemos la fabricación del prototipo vamos a contratar a esa pequeña empresa que se ha venido desarrollando”, dijo Iriondo.

Los desarrollos tecnológicos de Defensa permiten crear tecnología en la frontera del conocimiento. Según Iriondo, “no basta con la sustitución de importaciones porque eso implica que necesitamos hacer nuevas importaciones, de maquinaria y equipamiento. Hay que confontar al empresariado argentino con el desafío de desarrollar actividades de frontera y para eso tiene que haber hojas de ruta tecnológicas que tienen que ser transversales a lo largo del tiempo y nos permitan ir marcando hitos a los cuales llegar, que tienen que traccionar a las empresas núcleo, como FadeA e INVAP, pero también a las pymes”.

Para ejemplificar la articulación con la academia, Iriondo presentó el caso del avión IA-100 Malvina: “Estamos cerrando el diseño conceptual del Malvina con el Instituto Universitario Aeronáutico (IUA). Ellos van a hacer la simulación de la entrada en tirabuzón del avión. Esta semana firmamos un convenio con el Centro de Cómputos de Alto Desempeño de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), para que los integrantes del departamento de física del IUA puedan aprovechar su infraestructura. Nuestra empresa tiene fortalezas en ingeniería y procesos, pero no tiene especialistas en física del vuelo, que están en las universidades. La fábrica no podría tener tantos ingenieros y ahí entra a jugar la academia, pero se van a poder alinear si tenemos la hoja de ruta tecnológica”, explicó la titular de FAdeA.

Fuente de la Noticia

La crisis social en Colombia acentuada por la pandemia

La crisis social en Colombia acentuada por la pandemia

El secretario del Tesoro Steven Mnuchin (Patrick Semansky/REUTERS)

Estados Unidos sancionó a cinco entidades iraníes por injerencia en las elecciones de noviembre