Demonios protegidos por ángeles

Para su crédito, hay momentos reales en los que Nav atrae a los oyentes y los sorprende al revelar sus inseguridades y dolor sin inmutarse. Intercalado entre colaboraciones de la lista A, la canción en solitario «Last of the Mohicans» reutiliza el vehículo de Daniel Day-Lewis de 1992 como una referencia de doble sentido a la herencia punjabí de Nav y al autodenominado aislamiento. Con el apoyo de poco más que un tamborileo trap y voces de fondo melancólicas, suena notablemente honesto sobre el tema de la pérdida y la soledad, rapeando sobre crisis emocionales y miedos a la mortalidad. «Lost Me», con su sombría introducción de piano al estilo de Rod Wave y el tenue falsete del crooner de Toronto RealestK, es lo más cerca que ha estado el a menudo superficial Nav de una verdadera balada. “En otra dimensión, espero tener demencia para sacarte de mi memoria”, rapea al final del primer verso, otorgando una rara ventana a lo que siente la angustia para él.

Abandonado a sus propios recursos, Nav a veces se desvía hacia los raps sin sustancia, deslizándose en una selección de ritmo prístina y Auto-Tune que arrulla al oyente en un modo de escucha fácil. Sobre la melodía azucarada y los efectos de sonido de contador de dinero de «Loaded», intenta cuestionar el uso de drogas como una forma de escapismo, pero su verso abreviado asegura que es más probable que tararees junto con el teclado electrónico de fondo que recuerda sus relatos de vida rápida. La gracia salvadora de «Destiny» es el pitido atmosférico intermitente, que fuerza un intrigante cambio de ritmo y cadencia en medio de los raps de Nav sobre tiradores y pisos de Christian Dior.

La canción de cierre, «Ball in Peace», es una dedicatoria a la difunta amiga de Nav, Joley Aristhee, quien murió en febrero de 2022 después de caer desde un techo de Manhattan mientras huía de la policía. Se siente como la forma iluminada de Nav, el pináculo de lo que podría lograr si decidiera rapear sobre las cosas que realmente le importan. La canción está impulsada únicamente por su voz, y aunque las melodías son aireadas, sus palabras están teñidas de dolor y arrepentimiento. “Te veo en mis sueños, alejándote de mí/Nunca conocí a alguien tan leal, solo mantendré la mierda inmaculada para ti”, rapea. Es injusto esperar que cualquier artista alcance estas profundidades y las comparta, pero aquí, Nav lo hace. Es un ejemplo extremo de las emociones que es capaz de mostrar en su música. El desafío es hacer que estas exhibiciones de humanidad y significado sean la regla, en lugar de la excepción.

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Nav: Demonios protegidos por ángeles

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