El concejal de Corrales, Héctor Guillermo Torres manifestó que los ciudadanos están en contra de la ejecución del proyecto ante el impacto ambiental que se generaría en zonas hídricas de los municipios, especialmente en el río Chicamocha. “La comunidad está preocupada al sentir que el estudio no presenta características del área de exploración, y eso no permite que estemos tranquilos”, dijo.
Por su parte, Pedro Alberto Barrera, quien participó de la audiencia pública, indicó desde Corrales que: “El documento presentado por Maurel & Prom adolece de la identificación de muchos cuerpos de agua, no solamente superficiales sino también de los acuíferos que están subterráneos en nuestro territorio, los desconoce, y por eso nos preocupa muchísimo que puedan sufrir la contaminación si se llega a dar la explotación de los hidrocarburos en nuestra región”.
Finalmente, Diego Niño Sánchez, docente de la UPTC sostuvo que, en el mapa de zonificación ambiental, el casco urbano de Corrales, en las convenciones temáticas se clasifica como un área de sensibilidad baja, “eso quiere decir que en el municipio en cualquier lugar podría realizarse labores de exploración, así como en Betéitiva. Tenemos también, que en veredas del municipio se encuentra esta categorización, y eso implicaría algunos cambios sociales, culturales, económicos, puede haber desplazamiento o reasentamiento”, expresó.
Según el estudio ambiental de la entidad, las zonas de posible intervención en hectáreas (Ha) sería en: Beteitiva: 183 Ha, Corrales: 367 Ha, Tasco: 185 Ha y Busbanzá: 45 Ha.