Redacción
En la zona fronteriza entre Colombia y Ecuador hay un gran enigma que las autoridades tratan de resolver, se relaciona con la desaparición de personas, un fenómeno que hasta finales del mes de agosto anterior deja un total de 138 casos que se concentran en cuatro municipios de Nariño.
“Es que nosotros los familiares de los desaparecidos sabemos lo que es llevar esta cruz a cuestas”, fue la lacónica expresión de la hermana de una de los 124 desaparecidos en la ciudad de Pasto, durante un emotivo evento realizado en Ipiales, donde el Colectivo Sociojurídico Orlando Fals Borda hizo entrega del informe “El fenómeno de las desapariciones en municipios de frontera”, que tuvo el apoyo de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidos (UBPD).
Y esta mujer no pudo ocultar el dolor inmenso que siente en su interior, porque el ser querido que una mañana se despidió cuando iba a su trabajo, pero nunca más volvió.
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“Uno muchas veces se levanta y dice yo no quiero continuar más”, afirma acerca del duro y persistente trabajo que le ha costado la búsqueda de su hermana a pesar de reconocer que “nos han cerrado las puertas en muchos lugares”.
En cifras, el drama de los desaparecidos en el sur del país es cada vez mayor, de acuerdo con el mismo estudio. Hasta el 27 de agosto del año 2020, se contabilizan un total de 138 casos en los municipios de Tumaco, Pasto, Túquerres e Ipiales.
Para el caso de Tumaco son 7 desaparecidos, sin resultado alguno a la fecha del informe. Para el municipio de Pasto, 124 desaparecidos, de los cuales se determinan 34 vivos, 4 muertos y 86 en condición de desaparecidos; para el municipio de Túquerres no se identifica ningún caso y para el municipio de Ipiales son 7 desaparecidos, sin información aún sobre su localización.
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Según el análisis, la desaparición afecta más a hombres que a mujeres, si se tiene en cuenta que 29 casos corresponden a hombres mientras que 11 son mujeres, lo que porcentualmente significa un 72,5 % de víctimas de sexo masculino y un 27,5 % de víctimas de género femenino.
En 2019, revela el informe, algunos familiares de desaparecidos habían dicho que en solo ocho municipios del departamento se registraban 2.292 casos sin resolver, pero dentro del gran universo de personas desaparecidas que aún resulta incierto, también se tiene conocimiento de que existen casos no denunciados.
En cuanto a los cementerios de Tumaco e Ipiales, en donde se presume que se podrían encontrar cuerpos de personas desaparecidas por el conflicto armado, se explorará si la información disponible permite hacer un abordaje organizado y planificado en lo que tiene que ver con la tarea de búsqueda .
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El director ejecutivo del Colectivo OFB, César Santoyo, explica que la corporación ha mantenido una estrecha relación con la región del Pacífico, a tal punto que casi va a completar cuatro años de actividad y continuará en su labor en Nariño, “ofreciendo su atención en la búsqueda de personas desaparecidas, con énfasis en un trabajo especial en cementerios”.
“Este año debido a la pandemia, no nos ha sido posible agilizar esta gestión. No obstante, a través del trabajo de búsqueda inversa en los tres principales cementerios de Nariño, ubicados en Pasto, Ipiales y Tumaco, nuestra labor sigue con las áreas de trabajo psicosocial, jurídica, incidencia e investigación, con el acompañamiento y el fortalecimiento a organizaciones de base como la Asociación de Víctimas Construyendo País Ipiales, Asovicompi y un gran número de víctimas en el sur del departamento”, declara Santoyo.
Ipiales, ciudad de Nariño, limita con la frontera con Ecuador.
Al concluir el evento celebrado en la ‘Ciudad de las nubes verdes’, como se la conoce a Ipiales, la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidos anunció su decisión de incluir en el Plan Regional de Búsqueda un total de 40 casos de desaparición documentados que fueran entregados por parte del Colectivo Sociojurídico Orlando Fals Borda y la Asociación de Víctimas Construyendo País Ipiales.
Pero, como señala la familiar de una de las desaparecidas, su lucha debe continuar, porque “muchas administraciones se han hecho los de la vista gorda. Nosotros hemos sufrido mucho y no estamos pidiendo caridad”.
MAURICIO DE LA ROSA
Especial para EL TIEMPO
PASTO
