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Detectan desvíos en tecnología educativa por 5 mil mdp

by Redacción BL
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El pasado lunes, 30 millones de alumnos iniciaron el curso escolar en un retorno a clases único en México. El coronavirus y los más de 60 mil muertos en México han llevado a que el gobierno se decida a clases impartidas por la televisión y la educación a distancia.

Las dudas sobre si el sistema educativo mexicano está preparado para esta modalidad invaden a los padres de familia, profesores, especialistas y algunas organizaciones que temen que la deserción escolar aumente.

La Secretaría de Educación Pública (SEP) reconoció que al menos 2.5 millones de alumnos dejaron clases tras la suspensión del ciclo anterior y se teme que en este año lleguen a 4 millones.

En este ciclo, profesores, padres de familia y especialistas concuerdan en que las tecnologías de información y comunicación serán vitales para que los estudiantes logren aprovechar al máximo su curso escolar o, simplemente, no dejar la escuela.

Según datos del Instituto Nacional para la Evaluación Educativa, en 2019 sólo 43% de las primarias del país tiene internet, cifra que sube hasta 70% en los escuelas de nivel medio superior.

Una revisión que EL UNIVERSAL realizó sobre los análisis de cumplimiento financiero a los programas tecnológicos y de capacitación del profesorado que la SEP implementó entre 2009 y 2018, en los sexenios de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, arroja que se detectaron anomalías y posibles daños al erario público por 5 mil 700 millones de pesos.

Los análisis fueron realizados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), órgano técnico de la Cámara de Diputados que se encarga de fiscalizar cómo se ejerce el presupuesto federal.

Casi la mitad del monto, 2 mil 766 millones de pesos, pertenece al programa Habilidades Digitales para Todos, ejercido en 2011.

Esta inicitiva fue una estrategia educativa que buscaba integrar las llamadas TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) en las escuelas de educación básica mediante la formación y certificación de los docentes y directivos, así como el equipamiento tecnológico y la conectividad del aula, la generación de materiales educativos y el desarrollo de sistemas de información de gestión escolar.

Se revisaron 4 mil 889 millones de pesos, todo el presupuesto ejercido en el programa.

La auditoría emitió un dictamen negativo y se establecieron “recuperaciones probables” por 2 mil 766 millones de pesos. La mayoría, cerca de 2 mil millones, fueron debido a que Aguascalientes, Colima, Durango, México, Nayarit, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas y Yucatán no proporcionaron la documentación que acreditaba la instalación de 5 mil 787 aulas telemáticas. El resto fue en Veracruz, donde no se comprobó la aplicación de la totalidad de recursos (652 millones de pesos).

El resto de auditorías llevan títulos como Programa E001 Enciclomedia, con 517 millones, otras dos sobre Habilidades digitales para todos, con mil 135 millones o Evaluación de los recursos transferidos al Programa tecnologías educativas y de la información, con 310 millones.

La joven académica Leticia Ramírez, que lleva la línea de investigación de innovación educativa en el campus Aguascalientes de la Universidad Panamericana, terminó un estudio sobre las capacidades digitales de los profesores de un centro en el sur de la Ciudad de México antes de que comenzara la crisis provocada por el coronavirus.

“Lo que encontramos es que conciben una brecha generacional con sus alumnos y, aunque no se sienten competentes en el uso de la tecnología de plataformas de educación a distancia, como Google Classroom o Moodle, sí tienen una apertura para capacitarse (…) Algunos ya habían asistido a cursos, pero consideraban que no cubrían sus necesidades”, explica la especialista.

El profesor Arturo Jacinto, con dos décadas de experiencia en la misma secundaria de la Costa Grande de Guerrero, cuenta que llevan dos semanas reuniéndose los docentes de su centro para ver cómo pueden acompañar a los alumnos este curso.

“Hemos realizado un censo para que ver qué alumnos cuentan con internet en una computadora o un teléfono y, con base en eso, estamos diseñando cuadernillos para dárselos a los estudiantes que no tienen oportunidad de conectarse, ya que, déjeme decirlo, por esta zona el que ve la tele es porque tiene un sistema por cable, ya que aquí no hay antenas por donde entre la televisión del sistema abierto.

“La verdad es que hay mucho compañero que no domina la tecnología, los profesores no estamos capacitados en nuestra mayoría (…) De 39 docentes que hay en el centro, 20 sabemos manejarlas, el resto no”, reconoce.

En un estudio publicado este 2020, Apropiación tecnológica en el manejo de competencias digitales por los profesores de escuelas normales en México, se lee que “los mismos sujetos de investigación manifiestan sentirse poco o nada capacitados en el uso de recursos de la web 2.0 y otros relacionados con niveles de apropiación superiores para apoyar el aprendizaje”.

La académica Ramírez reflexiona que el problema es complejo: “Ya había un antecedente en México antes de la pandemia que nos demostraba que teníamos que hacer esa transición a las tecnologías, y ahora se ha acelerado sin tener una plataforma fuerte ni sustentada para poder realizar este cambio a la educación a distancia”.

Sexenios caóticos

“México es un desastre en sus políticas hacia uso de tecnologías en el aula”, afirma Ángel Díaz Barriga, doctor en Pedagogía por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y uno de los mayores expertos del país en la labor docente: “Cada sexenio se hace una alta inversión y llega el siguiente Presidente y tira todo por la basura y vuelve a empezar sin guardar nada de los anteriores.

“Primero Vicente Fox, con Enciclomedia, que no era perfecta pero tenía cosas interesantes. Luego vino Felipe Calderón y lanza Habilidades Digitales, que se trataba principalmente de capacitar a los maestros en office y conectarse a internet, pero no cómo usar estas herramientas en el salón de clase”, enumera.

“Después llega Enrique Peña Nieto y empieza primero con laptops a algunas escuelas, que eran equipos que daban pena por cómo estaban hechos, y a los dos años lo cambiaron por las tabletas, que tenían funciones muy interesantes como temas escolares precargados o control parental. Luego llegó otro secretario de Educación, Aurelio Nuño, y quitó este programa”, detalla Díaz Barriga.

La iniciativa laptops para niños que cursan quinto y sexto grado de primaria fue auditado en la Cuenta Pública 2013. Se revisaron 839 millones de pesos, adjudicados incorrectamente de manera directa para comprar 240 mil laptops. Aunque se determinó que los recursos se ejercieron correctamente, se analizó el uso que le dieron a sus equipos mil 687 alumnos en 26 escuelas en Colima, Sonora y Tabasco.

Se vio que se usaba “como máximo una vez a la semana” y que había “dificultad para conectarse a las redes desde cualquier punto del plantel, que los equipos estaban descompuestos y que no había conectores eléctricos en el salón de clases”, se explica.

Además se señala que los equipos “se entregaron en forma tardía, no son de buena calidad. El sistema operativo Linux es lento y se bloquea, en muchos casos las laptops fallaron, por lo que los alumnos le cambiaron el sistema operativo. Otras no prendían o sólo sirvieron un año, son lentas y otras se bloquearon”.

En 2014, la administración de Peña Nieto decidió cambiar esos ordenadores entregados bajo el nombre de MiCompu.Mx por tablets y le tocó a @prende.mx, dejando fuera a los niños de sexto grado.

La auditoría analizó el desempeño del Programa de Inclusión y Alfabetización Digital, que tenía como objetivo final “dotar gradualmente de tabletas electrónicas a todos los alumnos de quinto grado de primaria” en todo el sistema educativo.

Se analizó la entrega de 948 mil tabletas a alumnos de quinto grado de primarias públicas de educación básica y 40 mil 356 dispositivos a profesores y directores. Entre las fallas detectadas destacan que no hubo información, indicadores ni metas “que permitieran evaluar el grado en que el programa contribuyó a favorecer el aprendizaje de los alumnos beneficiados con tabletas electrónicas.

“Un 54.1% [16 mil 562] de las escuelas no contó con el servicio de internet para garantizar la conectividad de las tabletas” y 17% de los 496 contenidos digitales educativos que venían dentro no se alineaban con los planes de estudio o no se adquirieron ni entregaron para las aulas de las primarias públicas los elementos que complementaban el uso de las tabletas electrónicas.

Marco Fernández y Roberto de la Rosa, de la organización México Evalúa y el Tec de Monterrey, han estudiado todas las auditorías realizadas a la SEP entre 2012 y 2018.

Fernández explica que en ese periodo se realizaron 163 auditorías con 2 mil 337 recomendaciones. De éstas, 210 eran responsabilidades patrimoniales generadas, en las que se determinaron que podría haber desvíos o malos usos de dinero público y se pedía a la SEP que aclarase el destino de los recursos.

La mitad llegaron a resolverse, la otra está en seguimiento; es decir, no se ha resarcido ese gasto ni aclarado el destino de los recurosos. Sólo dos acabaron en multa a funcionarios de la SEP.

“Es importante checar cómo labora el revisor y que se haga un seguimiento de las revisiones para presionar y que los espacios para la impunidad sean cada vez menores”, dice.

“Este nuevo gobierno no tiene, hasta donde sé, un proyecto de uso de tecnologías. Y si la SEP ha dado un paso atrás, los maestros han dado uno adelante para solventar la situación”, reflexiona Díaz Barriga.

“Van desarrollando la estrategia que pueden con lo que tienen. Por ejemplo, fue fundamental el uso de WhatsApp entre marzo y junio y la SEP debería haber aprovechado estos meses para recabar experiencias y aprender. Los maestros están demostrando tener una enorme creatividad”.



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