Israel dijo que su inteligencia mostró que el grupo libanés Hezbolá, que al igual que Hamás está respaldado por el archienemigo de Israel, Irán, fue responsable del ataque y prometió una represalia.
Miles de personas asistieron a los funerales de 11 de los 12 jóvenes muertos en un ataque con cohetes desde el Líbano que impactó un campo de fútbol en los Altos del Golán controlados por Israel el sábado.
El ejército israelí dijo que el ataque fue el más letal contra civiles en Israel desde que comenzó la guerra con Hamas en octubre pasado.
Israel dijo que su inteligencia mostró que el grupo libanés Hezbolá, que al igual que Hamás está respaldado por el archienemigo de Israel, Irán, fue responsable del ataque y prometió una represalia.
«Hezbolá, el representante de Irán en la región, no será exonerado por este incidente, incluso con sus absurdas negaciones. Dispararon, pagarán el precio y pagarán un alto precio por sus acciones», dijo el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, también dijo que Hezbolá pagaría un «alto precio» por el ataque al tiempo que interrumpía un viaje a Estados Unidos para regresar a Israel y presidir una reunión de emergencia del gabinete de seguridad.
Autorizó al gobierno de Netanyahu a decidir sobre la “forma y el momento” de la respuesta militar.
Durante la noche, el ejército israelí afirmó haber atacado varios objetivos en Líbano, aunque la intensidad de los ataques fue similar a la de meses de combates transfronterizos. Hezbolá también afirmó haber llevado a cabo ataques contra Israel, aunque no hubo informes inmediatos de víctimas.
En un movimiento poco común el sábado, Hezbolá se apresuró a negar cualquier participación en el ataque del sábado en Majdal Shams, que ha avivado los temores de iniciar una guerra regional más amplia en Medio Oriente.
En Tokio, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirmó que «no hay justificación para el terrorismo», pero advirtió contra la escalada.
«Hago hincapié en el derecho de Israel a defender a sus ciudadanos y en nuestra determinación de garantizar que puedan hacerlo. Pero tampoco queremos que el conflicto se intensifique. No queremos que se extienda. Ese ha sido uno de nuestros objetivos desde el primer día», afirmó.
Y el ministro de Asuntos Exteriores del Líbano, Abdallah Bou Habib, dijo el domingo que el gobierno había pedido a Washington que exigiera moderación a Israel, en un intento de calmar la situación.
Esto ocurrió después de que, según se informa, el gobierno de Estados Unidos envió un mensaje a Hezbolá a través de Beirut para que también mostrara moderación.
Hezbolá comenzó a disparar cohetes contra Israel el día después de la incursión de Hamás en Israel el 7 de octubre e Israel ha respondido atacando lo que dice es infraestructura militar de Hezbolá con ataques aéreos y drones.
La mayoría de los ataques se han limitado a la zona a ambos lados de la frontera, aunque Israel también ha asesinado a dirigentes de Hezbolá y Hamás más al norte.
Decenas de miles de personas de ambos lados de la frontera han evacuado la zona.
Desde principios de octubre, los ataques aéreos israelíes en el Líbano han matado a más de 500 personas, en su mayoría miembros de Hezbolá, pero también a unos 90 civiles. Del lado israelí han muerto 22 soldados y 24 civiles.