Redacción
A medida que las economías se han venido abriendo y va pasando el pánico que generó en los inversionistas la pandemia del coronavirus, la cotización del dólar está acomodándose de nuevo en los niveles previos a la crisis, para beneficio de importadores y de los consumidores que compran productos en dólares con tarjeta de crédito, las empresas con préstamos en dólares y la deuda pública externa, entre otros.
Cuando estalló la crisis y el 6 de marzo se conoció el primer caso de coronavirus en Colombia, el dólar subió en apenas 13 días 641,74 pesos para tocar el techo histórico de 4.153,91; durante abril estuvo en niveles cercanos a 4.000 pesos y desde mayo comenzó su tendencia a la baja, que se acentuó en las últimas tres semanas, en las que ha caído 361 pesos de los 588 pesos que ha retrocedido desde el precio récord ( 52 días).
Esto obedeció a que el nerviosismo llevó a los dueños de los capitales a resguardarse en activos refugio como el dólar y el oro (la onza del metal superó los 1.760 dólares).
Pero ¿cuáles factores están tras el descenso y qué están viendo los analistas sobre el rumbo de la divisa en el corto y en el mediano plazo?
Lo primero para anotar, según la firma Oanda, especializada en mercados de divisas, es que en los inversionistas hay una ola reciente de apetito por el riesgo, llevando a que los capitales se muevan hacia activos como las acciones en Estados Unidos, lo que hace que el dólar caiga mientras crecen las esperanzas de que la recuperación económica mundial siga adelante.
El principal indicador bursátil de Nueva York, el Dow Jones, ya recuperó el terreno perdido y está por encima del nivel previo a la caída, en 27.193 puntos el viernes
Edward Moya, analista senior de mercados de Oanda, recalca además que las acciones de Estados Unidos siguen al alza tras conocerse un informe de nómina no agrícola, cuyos resultados fueron mejores de lo esperado (se crearon 2,5 millones de empleos en mayo) y sugieren que la recuperación comenzó en mayo, pues la tasa de desempleo disminuyó a 13,3 por ciento, menor de la estimación del 19 por ciento del consenso de analistas.
Por ejemplo, el principal indicador bursátil de Nueva York, el Dow Jones, ya recuperó el terreno perdido y está por encima del nivel previo a la caída, en 27.193 puntos el viernes.
Por su parte, Alejandro Reyes, economista principal del BBVA, explica que además de esta moderación del escenario de riesgo global, se ha visto a los mercados operando con mayor tranquilidad y con buenos flujos a activos de riesgo, entre ellos los países emergentes, lo que ha ayudado a limitar la volatilidad y corregir en algo la tendencia.
Pero también hay otras razones, como la recuperación del precio del petróleo, que le ayuda directamente al país, mientras que en el plano local el Gobierno ha estado muy activo monetizando dólares que ha conseguido en el exterior para atender las cuantiosas necesidades que deja la pandemia.
Reyes cita, por ejemplo, la emisión de bonos por 2.500 millones de dólares que hizo el Gobierno en los mercados internacionales de capitales, lo que daría buen flujo de recursos, sumado a las subastas de dólares a cargo del Banco de la República, la renovación de la línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional, la acumulación reciente de reservas internacionales y la participación en las operaciones de liquidez en dólar con la Reserva Federal de Estados Unidos (el banco central de ese país).
¿Qué esperar?
Pero, según los analistas, los factores y las señales recientes hacen prever que los días del dólar a la baja están por terminar, llegando a su nuevo normal, aunque cualquier presión externa puede hacerlo repuntar.“Ya se ha corregido buena parte del movimiento causado por el estrés de los mercados y estamos operando en torno a niveles que serán soporte importante para la divisa”.
Agrega que “no vemos espacio de apreciación adicional (del peso) en el corto plazo y quizás algo de depreciación potencial, algo más conservador que lo observado entre febrero y abril”, recalca el economista principal del BBVA.
En este sentido, los analistas del Grupo Bancolombia esperan que en el mediano plazo la moneda oscile alrededor de 3.808 pesos, debido a la estabilización en el mercado petrolero y a mejores perspectivas sobre la reapertura de las economías en el mundo.
REDACCIÓN ECONOMÍA Y NEGOCIOS
