La vicepresidenta Kamala Harris dijo el jueves que Israel tiene derecho a la legítima defensa, pero matizó que «importa cómo lo haga».
El expresidente estadounidense Donald Trump calificó de «irrespetuosos» los comentarios de la vicepresidenta Kamala Harris sobre la guerra entre Israel y Hamás.
Estaba hablando en su propiedad de Mar-a-Lago en Florida, donde mantuvo conversaciones con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, su primera reunión cara a cara en cuatro años.
«Es una persona de izquierda radical. San Francisco destruyó San Francisco. Es realmente una destructora. No sabe cómo construir», dijo Trump.
«Creo que sus comentarios fueron irrespetuosos. No fueron muy amables con respecto a Israel. En realidad, no sé cómo una persona judía puede votar por ella, pero eso es asunto suyo».
El jueves, Netanyahu se reunió con el presidente saliente Joe Biden y su vicepresidenta Harris en la Casa Blanca para mantener conversaciones centradas principalmente en el estado de las negociaciones del alto el fuego en Gaza.
Tras su reunión con Netanyahu, Harris dijo que era hora de poner fin a la guerra y dijo que estaba preocupada por la terrible situación humanitaria en Gaza, añadiendo: «No me quedaré en silencio».
Cuando se le preguntó si esas declaraciones tendrían un impacto en las negociaciones en curso para lograr un alto el fuego, Netanyahu dijo: «Creo que en la medida en que Hamás comprenda que no hay luz de diálogo entre Israel y Estados Unidos que acelere el acuerdo. Y espero que esos comentarios no cambien eso».
Harris ha conseguido el apoyo suficiente entre los delegados demócratas para convertirse en la candidata del partido para la carrera presidencial de noviembre. Sin embargo, eso no se hará oficial hasta la convención nacional en Chicago la semana próxima.
Harris habló el jueves sobre su «compromiso inquebrantable» con la existencia de Israel y dijo que el país tiene derecho a la autodefensa, pero agregó que «cómo lo hace importa».
Esto ha suscitado preguntas sobre cómo el apoyo de Estados Unidos, tradicionalmente el aliado más fuerte de Israel, podría verse diferente bajo una presidencia de Harris.
Los funcionarios de la Casa Blanca dijeron el jueves que las negociaciones de alto el fuego, que han avanzado torpemente durante semanas, están en las etapas finales, pero que todavía hay cuestiones que deben resolverse.
Netanhu dijo que Israel está «ansioso» por ver el fin de la guerra de nueve meses en Gaza, pero cuando se le preguntó si estaba cerca de llegar a un acuerdo, se limitó a decir: «Creo que el tiempo lo dirá».
La operación militar israelí en Gaza fue provocada por una incursión en Israel por parte de Hamás el 7 de octubre, en la que murieron alrededor de 1.200 personas, en su mayoría civiles, y otras 250 fueron secuestradas y llevadas de regreso a Gaza.
La operación de las FDI en Gaza ha sido devastadora, con al menos 38.000 palestinos muertos y alrededor del 80% de la población de la Franja desplazada, en algunos casos más de una vez.
Los combates han destruido al menos el 62% de todas las viviendas de Gaza y las Naciones Unidas y el Banco Mundial estiman que reconstruir la franja costará alrededor de 18.000 millones de dólares (16.000 millones de euros).
Trump, el candidato republicano para la carrera presidencial de noviembre, y Netanyahu se reunieron en un intento de reparar una importante alianza política que se había roto después de que Netanyahu felicitara a Joe Biden por su victoria presidencial de 2020 sobre Trump.
Pero Trump desestimó las preguntas de que la relación haya sufrido un revés.
«Nunca ha sido malo, diría que siempre ha sido bueno. Ningún presidente ha hecho lo que yo he hecho por Israel y siempre hemos tenido una muy buena relación», afirmó.