La educación superior es uno de los elementos que permite el acceso al trabajo. En el mercado, las mujeres tienen menos participación en áreas de mayor retorno laboral, lo que influye en el aumento de la brecha salarial, según un informe publicado por el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana.
Como se menciona en la investigación, se encontró que “en 2021, el 62,2% de las personas graduadas de programas de ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas (STEM) fueron hombres y solo el 38% fueron mujeres”.
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Como resultado de lo anterior, los programas de ciencias sociales y humanidades tienen cerca del 74,5% de participación femenina, mientras que solo un 25,5% son hombres.
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En cuanto a las ciencias de la salud, se observa que la participación de las mujeres es de cerca del 72%, pero en esta variable se miden medicina y enfermería. Allí, los investigadores encontraron que de los graduados en enfermería, el 83,6% fueron mujeres. En contraste, de los graduados de medicina, solo el 59,6% fueron mujeres.
Adicionalmente, este fenómeno se ha mantenido igual desde hace 20 años, es decir, hay más hombres ejerciendo en trabajos relacionados con la ciencia o las matemáticas mientras que las mujeres siguen rezagadas en esta área.
Como efecto, casi que directo, de que hay menor participación de las mujeres en programas relacionados con la ciencia o las matemáticas, esta población se desempeña en sectores como el de alojamiento, sercios de comida y actividades de entretenimiento, en el que el 65% de los trabajadores son mujeres, según se menciona en la investigación.
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Por el contrario, en el sector de la construcción solo hay un 6,5% de participación de mujeres y en el transporte y almacenamiento es de 7,8%.
A lo que se añade que la presencia de hombres en un sector como el de las actividades científicas, técnicas y servicios administrativos es de 48,8%.
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Otro elemento revelador es el que menciona Luz Karime Abadía, codirectora del LEE Javeriana, “las carreras STEM se asocian a mayores retornos en el mercado laboral. La falta de representación de mujeres en estas áreas contribuye entonces a la ampliación de las desigualdades salariales entre hombre y mujeres”.
Gloria Bernal, también codirectora del centro de investigación, menciona que “la baja participación de las mujeres en procesos de innovación implica una pérdida de talento y diversidad que reduce el potencial de desarrollo económico y social del país. Mientras que la participación de las mujeres en sectores STEM permite abordar de manera más efectiva y comprehensiva las necesidades de la sociedad”.
¿Por qué prefieren las ciencias sociales?
De acuerdo a lo mencionado por LEE, esto obedece a “múltiples factores psicológicos, socioculturales y biológicos, tales como preferencias personales, influencia parental, roles de género, estereotipos de género, entre otros”.
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Lo anterior es una explicación científica, pero Abadía considera que “los estereotipos de género condicionan las preferencias, comportamiento y decisiones de las mujeres. Reducen la confianza en sí mismas”. Por lo que comentarios como “esa carrera no es para niñas”, sí podrían tener influencia en las decisiones que esta población toma frente a la elección de una u otra carrera.
Cindy Caro Cárdenas, experta en género de la Universidad del Rosario, menciona que este fenómeno se presenta “por dos tipos de segregaciones: una horizontal, en la que hay menos mujeres en espacios como los doctorados, esto porque no hay suficientes becas o deben decidir entre ser mamás o estudiar; la otra es vertical, que explica que hombres y mujeres se concentran en áreas distintas de conocimiento por la educación que reciben desde la infancia”.
Por lo anterior, ella cree que “hay que incluir a la niña y la mujer en la ciencia y a los hombres en el cuidado”.
CLAUDIA M. QUINTERO RUEDA
Periodista Portafolio