La red de transmisión del sistema eléctrico nacional está en jaque, y aunque no presenta peligro de sobrecarga en sus líneas, de no reemplazar muchas de ellas a corto plazo, varias zonas del país corren el riesgo de presentar apagones.
Y la razón está en que se registra un atraso de cinco años en la aprobación por parte de la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) del 85% de las líneas del Sistema de Transmisión Nacional (STN).
(Con cuatro líneas reforzarán la transmisión en la costa Caribe).
Así se desprende de un reporte (con corte al 31 de julio de 2019) de XM sobre el tema, operador del Sistema Interconectado Nacional (SIN) y administrador del Mercado de Energía Mayorista (MEM), el cual actualiza cada seis meses, precisamente con información suministrada por la Upme.
De acuerdo a la tabla, a la cual tuvo acceso Portafolio, cerca de 20 proyectos para el montaje de líneas de transmisión, presentan cinco o más años de atraso.
PROYECTOS ATRASADOS
Llama la atención del listado iniciativas clave como el Refuerzo 500 Kv Suroccidente, San Antonio 230Kv, Refuerzo 500 Kv Costa Atlántica, Palenque 230 Kv, Sogamoso 3 de 500/230 Kv, San Juan 220 Kv, La Viginia – Nueva Esperanza 500 Kv, El Río 220 Kv, o la Loma 500 Kv, entre otras.
También sobresalen en el citado registro proyectos que prácticamente están ‘embolatados’ como Suria 230 Kv, Montería 230 Kv, Armenia, Tesalia y Chivor II, los cuales están programados desde el 2009 al 2013.
“El retraso en la entrada en operación de los proyectos de expansión es una condición recurrente, lo que hace que estas obras pierdan efectividad e impacto en el sistema al momento de su entrada en operación”, señala uno de los apartes del citado registro de XM.
Y, a renglón seguido, pone dos interrogantes sobre la mesa: ¿Cómo lograr que los proyectos de transporte se realicen a tiempo?¿Cuál es el paso que se debe dar como sector privado para mitigar el costo de las restricciones para el país?
(‘Más del 70 % de la inversión será en transmisión de energía’).
Analistas del sector consultados subrayaron que la demora en la entrada en operación de líneas tan vitales para el STN pondrían en riesgo la misma red ya que la volverían más vulnerable.
“El objetivo principal del plan de expansión en transmisión de la Upme, el cual se renueva año a año, es que la red no pierda robustez, y su debilidad se vería manifiesta ante el latente crecimiento en la demanda”, explicó Pablo Jaramillo, principal consultor de la firma Dentons Cárdenas & Cárdenas.
El experto precisó que el aumento del consumo de energía, como lo viene informando XM, es un “campanazo de alerta” para la Upme, para que le dé más celeridad al proceso de aprobación de los proyectos, incluso en un trabajo sincronizado con otras entidades como la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) y la Dirección de Consulta Previa del Ministerio del Interior.
RIESGOS PARA EL USUARIO
Por su parte, Jaime Cocha, vicepresidente de Minería, Hidrocarburos y Energía de la Andi, subrayó que el usuario final está corriendo riesgos en la debida prestación del servicio por los atrasos en el montaje de las líneas de transmisión.
“Muchas de estas infraestructuras necesarias permiten algo tan sencillo como que la gente tenga energía. Por ejemplo, en el centro del país es mayor la demanda que la oferta, por lo que es necesario traer la electricidad de otras regiones, no solo para atender esta nueva demanda, sino para darle estabilidad y calidad al sistema”, señaló.
Concha agregó que lo anterior impacta además para todo el sistema vía restricciones que pagan los colombianos y que ha llegado desde hace un par de años a ser de $35 pesos el kilovatio, y que también trae consecuencias en la competitividad de la industria.
“Es clave generar la certidumbre jurídica y la eficiencia en trámites, para que los recursos destinados a estos proyectos puedan ser invertidos efectivamente, y adicionalmente generen valor agregado a través de los encadenamientos y mano de obra”, dijo Concha.