PARÍS (AP) — Si bien la Unión Europea acordó reducir el uso de petróleo y gas rusos, sus países miembros continúan importando y exportando combustible nuclear que no está sujeto a sanciones de la UE, para disgusto del gobierno ucraniano y los activistas ambientales.
Un buque de carga que transportaba uranio que partió del puerto francés de Dunkerque viajó el jueves por el Mar del Norte y se dirigió al puerto ruso de Ust-Luga en el Báltico. Era la tercera vez en poco más de un mes que el barco Mikhail Dudin, de bandera panameña, atracaba en Dunkerque para transportar uranio.
El grupo ecologista Greenpeace Francia denunció los envíos en curso hacia y desde Rusia y pidió detener todo el comercio de combustible nuclear, que dijo que estaba «financiando la guerra en Ucrania, extendiendo la dependencia energética (de Europa) y retrasando la transición a la energía renovable».
El brazo ejecutivo de la UE, la Comisión Europea, no propuso apuntar al sector nuclear de Rusia en su último paquete de sanciones presentado el miércoles.
“Francia asegura el estricto cumplimiento por parte de los agentes económicos de todas las sanciones europeas adoptadas contra Rusia. La energía nuclear civil no se ve afectada por estas sanciones”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia a Associated Press.
El ministerio agregó en una declaración escrita: Los estados miembros de la UE “no consideraron que esta fuera un área relevante para poner fin a la agresión rusa contra Ucrania”.
Ucrania, mientras tanto, está presionando por sanciones europeas en esa área.
El asesor económico del presidente ucraniano, Oleg Ustenko, dijo el miércoles que «en términos de uranio, creemos que es extremadamente importante imponer sanciones, no solo al petróleo ruso».
“Petróleo, gas, uranio y carbón, todo eso debería prohibirse. Porque están usando este dinero para financiar esta guerra”, dijo Ustenko.
Según Greenpeace Francia, el uranio reprocesado destinado a ser transportado a Rusia se cargó en el Mikhail Dudin el miércoles. Un video proporcionado por el grupo ambientalista muestra una grúa levantando contenedores en el barco.
Pauline Boyer, una activista energética de Greenpeace Francia, dijo en un comunicado que los repetidos viajes del barco entre Rusia y Francia muestran «hasta qué punto la industria nuclear francesa está atrapada en su dependencia de Rusia».
Las autoridades francesas han dicho repetidamente que el país no depende de Rusia para abastecer las plantas de energía nuclear que proporcionan el 67% de su electricidad, más que cualquier otra nación.
“El valor del comercio de combustible nuclear exportado desde Rusia es pequeño en comparación con el de las exportaciones de gas y petróleo”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores francés, sugiriendo que imponer sanciones en esa área no tendría mucho efecto en Moscú.
El ministerio dijo que Francia y la Unión Europea tienen como objetivo «a largo plazo» ser independientes de todas las fuentes de energía rusas, incluido el combustible nuclear.
Greenpeace Francia dijo que un cargamento de uranio ruso que un reportero de Associated Press vio descargar en Dunkerque a principios de este mes fue transportado en camiones a una planta en Lingen, Alemania.
La planta de Lingen es operada por Framatome, que es propiedad mayoritaria del gigante francés de servicios públicos EDF.
Ante las protestas de los activistas, el gobierno alemán adoptó una visión crítica del cargamento de uranio, pero dijo que no pudo detener el procesamiento del combustible porque no está cubierto por las sanciones de la UE relacionadas con la guerra contra Rusia.
A fines del mes pasado, el uranio enriquecido descargado del Mikhail Dudin en Dunkerque estaba destinado al valle del Ródano en el sur de Francia, que alberga los principales sitios de la industria nuclear civil francesa, según Greenpeace Francia.
El sector nuclear francés tiene una serie de contratos con el gigante energético estatal ruso Rosatom, incluidos algunos para importar uranio enriquecido destinado a centrales nucleares europeas y para exportar uranio reprocesado a Rusia. Rosatom es uno de los actores más importantes del mundo en el mercado de la energía nuclear.
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El periodista de AP Samuel Petrequin en Bruselas contribuyó a la historia.