La presencia de Carlos Queiroz en la Selección Colombia ha generado dudas en la opinión de algunos especialistas. Para algunos, el haber nombrado a un técnico europeo no le favorece al balompié cafetero, incluso basándose en experiencias recientes de entrenadores del Viejo Continente en algunas selecciones cercanas.
Faustino Asprilla, por ejemplo, es uno de los que piensa que los europeos no encajan en Suramérica. Para la muestra, los fracasos del italiano Cesare Maldini en Paraguay, o del sueco Sven Göram Eriksson a cargo de México.
En el fútbol colombiano hay casos que también están en la memoria. El español Juan Manuel Lillo se lleva doble reconocimiento: fracasó en Millonarios y luego en Atlético Nacional; mientras que en América pasó, con más pena que gloria, el portugués Pedro Felicio Santos.
Aunque Queiroz ha tenido unas buenas y otras malas, ha acertado y ha presentado fallas, hay un dato que finalizando la temporada revalidó su presencia en Colombia, más allá de no conocer a la perfección la idiosincrasia colombiana.
Terminadas la Copa Libertadores y la Copa Suramericana, los entrenadores europeos se volvieron a cotizar en el continente. Y es que el portugués Jorge Jesús ganó la Libertadores con Flamengo, de Brasil; mientras que el español Miguel Ángel Ramírez se coronó en la Suramericana, dirigiendo al Independiente del Valle ecuatoriano.