A la hora de medir los efectos del trabajo en el día a día de las personas, con el fin de encontrar formas de mejorar la calidad de vida, uno de los temas que sin duda sale a colación es el tiempo que se gasta de la casa al trabajo y viceversa, ya que en muchas ocasiones éste llega a ser más de lo deseable para cualquier trabajador.
Es por esto que hay quienes dicen que la mejor inversión que se puede hacer a la hora de buscar calidad de vida, es encontrar un lugar de residencia que quede cerca de la oficina o el puesto de trabajo, ya que esto se traduce en mayor tiempo libre para otras tareas diarias o simplemente para dedicar a labores de autocuidado.
Un reciente análisis del Centro de Estudios Económicos Anif hizo una revisión de los tiempos de desplazamiento hacia y desde el trabajo de los colombianos en la actualidad, destacando que esta realidad ha ganado relevancia en el análisis del mercado laboral, especialmente en ciudades donde el transporte público es ineficiente.
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“De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, la implementación de los sistemas de transporte público en el país no ha logrado los estándares de calidad y eficiencia necesarios para la población (BID, 2020). Por ejemplo, Bogotá es clasificada como una de las ciudades con peor tráfico en el mundo, obteniendo el puesto 19 de 387 del TomTom Traffic Index”, explicaron.
Usando información de la Gran Encuesta Integrada de Hogares del Dane, estos expertos analizaron el tiempo mediano de desplazamiento diario hacia el trabajo encontrando que este indicador pasó de 29,8 a 31,3 minutos por viaje entre 2019 y 2023 a nivel nacional, una cifra que destacaron que no es tan elevada, comparada con otros países del mundo.
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«Sin embargo, al desagregarla por grupos poblacionales, se encuentran hallazgos interesantes. Por ejemplo, en 2019, las mujeres tardaban 28,8 minutos en llegar a su trabajo, mientras que los hombres 31,3, pero después de la pandemia, el tiempo de desplazamiento para las mujeres se
incrementó a 33,1, mientras que para los hombres disminuyó a 30,1″, explicaron.
Otro dato que llama la atención tiene que ver con la duración del desplazamiento, que varía según el nivel educativo, ya que los trabajadores con educación postsecundaria duran 35,4 minutos en promedio por viaje, mientras que aquellos sin educación formal emplean 24,9 minutos.
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Respecto a la posición ocupacional, empleados de empresas y del gobierno viajan cerca de 35 minutos por trayecto, en comparación con los jornaleros o trabajadores familiares no remunerados, que tardan entre 14,5 y 18,1 minutos. Los trabajadores independientes y los empleadores tardan 27,6 y 28 minutos en llegar a su lugar de trabajo, respectivamente.
“Este cambio en las dinámicas laborales tiene implicaciones en variables a largo plazo, como el desarrollo urbano, educación, ingresos familiares y salud. Ahora los trabajadores pueden elegir vivir en áreas más alejadas de los centros urbanos, lo que puede tener efectos positivos en el ingreso familiar por los menores costos de vivienda. Además, disponer de más espacio en entornos alejados de la ciudad puede fomentar estilos de vida más saludables y reducir el estrés, mejorando así la salud mental”, agregaron.
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¿Cuánto cuestan estos tiempos?
Teniendo en cuenta la información ya mencionada, en Anif se dieron a la tarea de cuantificar el impacto que pueden tener estos tiempos en lo económico, revisando aspectos como el costo oportunidad, es decir, el valor que tendría el tiempo perdido en los traslados, si se usara para temas de producción.
“El costo de oportunidad diario para un trabajador del sector de agricultura es de $3,580, para alguien en administración pública, salud y educación asciende a $18,320. Los trabajadores con nivel educativo de bachillerato enfrentan un costo de $6,480 al día; en cambio, para los de posgrado, se incrementa a $26,400”, explicaron.
Ahora bien, vale la pena destacar que estos valores cambian según las zonas geográficas, ya que, por ejemplo, en la región Caribe, Amazonas y Orinoquía, el costo no supera los $4,000 diarios; mientras que, en Bogotá, asciende a $13,360.
“Así, aunque en Bogotá los salarios sean más altos, el costo de oportunidad de ir al trabajo es proporcionalmente más alto. Esto significa que el beneficio neto debe ser evaluado con relación al costo de desplazamiento, teniendo en cuenta que el tiempo dedicado al desplazarse podría emplearse en otras actividades”, dice el análisis.
En este sentido sostiene que es importante reconocer que los beneficios de las modalidades de trabajo híbrido y remoto dependen de la disponibilidad de estas opciones de trabajo y que en ausencia de esta flexibilidad, el incremento en la distancia al lugar trabajo puede tener efectos negativos en la calidad de vida y el bienestar de los empleados.