El embarazo provoca cambios dramáticos en el cerebro, confirma un estudio

El embarazo conduce a cambios sorprendentes en el cerebroincluidas las alteraciones en la materia gris y las regiones involucradas en la autopercepción, según un nuevo estudio.

Los hallazgos sugieren que estos cambios neurológicos pueden promover el vínculo entre la madre y el bebé y podrían desempeñar un papel en el cambio de identidad que muchas mujeres sienten cuando se convierten en madres primerizas, dijeron los investigadores.

«Estos datos brindan información clave sobre el impacto de convertirse en madre en el cerebro humano y apuntan a cambios pronunciados en la estructura y función del cerebro» durante el embarazo, escribieron los autores en el estudio, que se publicó el 22 de noviembre en la revista. Comunicaciones de la naturaleza.

Estos cambios «pueden conferir ventajas adaptativas para el comportamiento materno y gestacional de la madre y el establecimiento de la nueva relación madre-hijo», según los investigadores del estudio, del Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam.

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En un estudio anterior de mujeres embarazadas en España, el mismo grupo de investigadores encontró que las participantes tenían reducciones en la cantidad de materia gris en sus cerebros y que estas reducciones duraron hasta dos años después de que las mujeres dieron a luz. En el nuevo estudio, realizado en los Países Bajos, los investigadores ampliaron este trabajo al examinar más áreas del cerebro e investigar si los cambios estaban relacionados con ciertos comportamientos y medidas del vínculo madre-hijo.

Siguieron a 80 mujeres holandesas que no estaban embarazadas al comienzo del estudio y nunca antes habían tenido un bebé. En el transcurso del estudio, 40 de las mujeres quedaron embarazadas. A todas las mujeres se les escaneó el cerebro al comienzo del estudio y en varios puntos después, incluso (para aquellas que quedaron embarazadas) poco después de dar a luz y un año después del parto.

Los investigadores encontraron nuevamente que las mujeres que quedaron embarazadas perdieron materia gris después de dar a luz. Reproducir el hallazgo en su estudio anterior sugiere además que estos resultados son confiables y se observan en personas de diferentes países, dijeron los autores. Estas pérdidas de materia gris no son necesariamente perjudiciales; más bien, podrían representar un «ajuste fino» del cerebro que podría ser beneficioso en el cuidado de un nuevo bebé, dijeron.

Curiosamente, la pérdida de materia gris se vinculó con los llamados comportamientos de anidamiento, que se llevan a cabo para prepararse para la llegada del bebé, por ejemplo, preparar la guardería u organizar la casa.

El estudio también encontró que las mujeres que quedaron embarazadas mostraron cambios en un sistema cerebral conocido como red de modo predeterminado, un grupo de regiones del cerebro que están más activas cuando una persona no está haciendo una tarea específica. Esta red está activa cuando dejas que tu mente divague y se cree que está involucrada en la autorreflexión y la memoria autobiográfica, así como en procesos sociales como la empatía, dijeron los autores.

Además, las mujeres con cambios más grandes en la red de modo predeterminado informaron sentir un mayor vínculo con su bebé (según lo medido por una encuesta sobre el vínculo madre-bebé) y disfrutar más al interactuar con su bebé en comparación con las mujeres con cambios más pequeños. Las mujeres con cambios más grandes en la red de modo predeterminado también informaron menos «deficiencias en los vínculos», como sentimientos de resentimiento o enojo hacia el bebé. Además, los cambios cerebrales se vincularon con medidas de apego al feto; específicamente, cuanto mayores eran los aumentos en la actividad en la red de modo predeterminado, más probable era que las mujeres diferenciaran al feto de sí mismas y lo vieran como un individuo.

Los investigadores especularon que los cambios en la red de modo predeterminado durante el embarazo pueden alterar la base neuronal del yo, «contribuyendo a la transformación de la identidad y el enfoque de una mujer que a menudo acompañan a la nueva maternidad», dijeron los autores.

Finalmente, los investigadores investigaron qué factores podrían estar impulsando estos cambios cerebrales y sus resultados apuntan a un posible culpable: las hormonas. Usando muestras de orina recolectadas en 10 puntos durante el estudio, los investigadores encontraron que las mujeres con niveles más altos de estrógeno, particularmente durante el tercer trimestre del embarazo, mostraron mayores cambios cerebrales que aquellas sin un pico tan pronunciado de estrógeno. Por el contrario, factores como el sueño, los niveles de estrés y el tipo de parto no se vincularon con los cambios cerebrales.

Aún así, los investigadores no pueden descartar la posibilidad de que otros factores no medidos en el estudio, incluidos el ejercicio, la nutrición y los marcadores genéticos, puedan estar involucrados en estos cambios cerebrales, y pidieron más estudios más amplios para examinar estos factores.

Fuente de la Noticia

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