“El gobierno de Etiopía espera que esta tregua mejore sustancialmente la situación humanitaria sobre el terreno y allane el camino para la resolución del conflicto en el norte de Etiopía sin más derramamiento de sangre”, dijo el gobierno en un comunicado.
Naciones Unidas ha dicho que más del 90% de los 5,5 millones de tigrayanos necesitan ayuda alimentaria.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, “espera que esta tregua se traduzca en un cese efectivo de las hostilidades, respetado por todas las partes en este conflicto, para permitir el acceso humanitario efectivo a todos los que lo necesitan”, dijo un portavoz de la ONU.
El conflicto de 16 meses ha enfrentado a los gobernantes de Tigray, el Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF), contra el gobierno central encabezado por el primer ministro Abiy Ahmed.
El Departamento de Estado de EE. UU. acogió con beneplácito la noticia y dijo que apoyaba firmemente el compromiso de Etiopía de trabajar con organizaciones humanitarias “para acelerar la entrega de asistencia sin obstáculos a todos los que la necesitan”.
Un portavoz de las fuerzas de Tigrayan no respondió a una solicitud de comentarios sobre el anuncio, que sigue a la visita del enviado especial de Estados Unidos para el Cuerno de África, David Satterfield, a la capital, Addis Abeba, esta semana.
El gobierno de Etiopía siempre ha dicho que se permite la entrada de ayuda a Tigray, pero solo ha entrado un pequeño goteo desde que las tropas etíopes se retiraron de Tigray a fines de junio del año pasado.
No quedó claro de inmediato cómo el gobierno central haría cumplir su edicto en el campo de batalla, donde una mezcla de combatientes regionales y milicias voluntarias han estado luchando contra las fuerzas del TPLF.
Algunos convoyes han sido atacados y saqueados, otros no han podido obtener los permisos necesarios y, en noviembre, las autoridades locales de la región de Afar arrestaron a más de 70 conductores contratados para entregar ayuda para las Naciones Unidas.