Luis Eduardo López, conocido como ‘El Pastuso’ y testigo estrella en el caso de corrupción de los carrotanques de La Guajira, habría intentado quitarse la vida tras la revocación de su principio de oportunidad.
En un evento preocupante que añade otra capa de complejidad al ya escandaloso caso de corrupción relacionado con los carrotanques destinados a La Guajira, Luis Eduardo López, propietario de la empresa Impoamericana Roger y contratista clave, intentó suicidarse. Según informaciones de EL COLOMBIANO, López fue descubierto por su familia cuando intentaba ingerir veneno en su residencia y fue trasladado de inmediato a una clínica psiquiátrica en Pasto, donde permanece bajo observación.
El caso de los carrotanques de La Guajira, uno de los más grandes de este Gobierno, comenzó a conocerse cuando varios carrotanques destinados a llevar agua a las comunidades vulnerables de la región fueron detenidos. López, propietario de Impoamericana Roger, ganó un contrato por 46.800 millones de pesos para la compra de 40 carrotanques a través de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo (Ungrd). Sin embargo, el dinero destinado para este proyecto no se utilizó adecuadamente y, en cambio, se habría canalizado hacia sobornos.
El intento de suicidio de López ocurrió después de que su principio de oportunidad fuera revocado. Este principio le habría permitido reducir su pena a cambio de colaborar con la justicia. La revocación de este acuerdo parece haber sido un factor desencadenante en su intento de suicidio.
De acuerdo con los testimonios, López entregó a Sneyder Pinilla, ex subdirector de la Unidad de Gestión del Riesgo, la suma de 7.200 millones de pesos para sobornos en el Congreso. Sin embargo, Pinilla ha declarado que solo recibió 4.000 millones, lo que deja en el aire una diferencia de 3.000 millones de pesos.
Los sobornos entregados por López habrían llegado a manos de Andrés Calle e Iván Name, presidentes de la Cámara y del Senado respectivamente. El caso se complicó aún más cuando un exasesor de Gestión del Riesgo, Juan Camilo Llanos, fue identificado como receptor de un maletín negro con más de 4.000 millones de pesos en enero de 2024. Este maletín era parte del soborno pagado por López.
López detalló ante las autoridades que su empresa ganó el contrato mediante un plan que involucraba la presentación de tres empresas de su propiedad para dar una apariencia de legalidad. Este plan permitió que el contrato de 46.800 millones de pesos quedara en manos de sus propias empresas, facilitando el esquema de corrupción.
El caso de los carrotanques de La Guajira no solo ha revelado profundos problemas de corrupción en la gestión de recursos para las comunidades más vulnerables, sino que también ha puesto de manifiesto las dramáticas consecuencias personales que pueden tener estos escándalos para los involucrados. La situación de Luis Eduardo López es un triste recordatorio de los costos humanos detrás de la corrupción.