in

El pequeño Suamico recibe una sentencia de 25 años de prisión por condenas por agresión sexual infantil

OCONTO – A un hombre de Little Suamico se le ordenó pasar casi los próximos 24 años en prisión por agredir sexualmente a un niño de 4 años hace 12 años.

Randall Robenhorst, de 62 años, fue sentenciado a cumplir 25 años en una prisión estatal y 15 años de supervisión extendida como castigo por siete cargos de delitos graves el jueves por el juez del condado de Oconto, Jay Conley. Las penas de cada condena corren concurrentemente. Se le dio crédito por el año y dos meses que ya ha pasado en la cárcel a la espera de la sentencia.

Las agresiones fueron denunciadas en mayo de 2021 por la madre de la niña a los Servicios de Protección Infantil e investigadas por la Oficina del Sheriff del Condado de Oconto.

La víctima le dijo a un entrevistador forense que Robenhorst la tocó de manera inapropiada, y él hizo que ella lo tocara a él de manera inapropiada, en varias ocasiones en una casa en la ciudad de Little Suamico.

Los incidentes ocurrieron desde noviembre de 2009 hasta febrero de 2010, según la denuncia penal.

Robenhorst fue acusado de tres cargos de agresión sexual en primer grado de un niño menor de 13 años, tentación infantil y otros tres cargos de agresión sexual.

Robenhorst fue declarado culpable de los siete cargos el 11 de febrero al final de un juicio de dos días.

La restitución se determinará durante una audiencia posterior.

Comuníquese con Kevin Dittman al 920-431-8416 o [email protected].

MÁS: El pequeño hombre de Suamico dijo que una ‘voz’ le dijo que matara a su madre y a su padrastro, según denuncia penal

PARA MÁS NOTICIAS DEL CONDADO DE OCONTO: ¡Echa un vistazo a nuestro sitio web!

Este artículo apareció originalmente en Green Bay Press-Gazette: El pequeño Suamico recibe una sentencia de 25 años de prisión por agresiones sexuales a menores

Fuente de la Noticia

¿Marsch seguirá a Gerrard sin trabajo mientras los fanáticos pierden la paciencia?

Los patrones de alas de mariposa emergen del antiguo ADN ‘basura’