El personaje del año

Parece que fue hace años cuando nos sorprendió la noticia de un virus que surgió en Wuhan (China) y que al parecer alguien contrajo – esto sigue sonando surreal – por tomarse una sopa de murciélago. Años desde que el coronavirus se extendió por todo el planeta lo que obligó a los gobiernos a guardarnos a todos por semanas; nos inundaron de mensajes confusos, contradictorios y terroríficos: que la calle era un foco de contaminación y nos vendieron la idea de que el virus flotaba por allí como una nube tóxica, que más de tres personas juntas era un acto irresponsable y merecía multa, que demostrar afecto con un abrazo o un beso era una condena a muerte, incluso nos dijeron cómo tener sexo… pero se podía salir en tumulto a hacer compras en los días sin IVA.
Parece que fue hace años, pero fue hace menos de diez meses cuando el mundo cambió y la Covid-19 ya suma 1.58 millones de muertos. Cifra que se volvió paisaje mientras intentamos retomar una normalidad para las fiesta de fin de año y hacer un balance de cómo nos fue. Qué se hizo (estar encerrado), qué se aprendió (a lavarse las manos cada dos horas), qué se compró (tapabocas y gel antibacterial), a dónde se viajó (a ningún lugar), cómo estuvo su vida social y familiar (por Zoom, Meet y videollamada). ¿Se reinventó?
Periódicos y revistas también hacen un balance y, como era de esperarse, en muchos de estos medios eligieron a los médicos que hicieron frente a la pandemia como los personajes del año. El Espectador, por ejemplo, resaltó la labor de Fernando Ortiz, ministro de Salud, y de Martha Ospina, directora del Instituto Nacional de Salud, pero no los declaró como “los personajes” del 2020. Los metió en un sancocho de gente a destacar, entre los que están el cantante Maluma, la alcaldesa de Bogotá y hasta los empleados del almacén Only.
La revista Time también destacó a Anthony Fauci, director del National Institute of Allergy and Infectious Diseases en EE.UU., y al personal de salud de primera línea como algunas de las personas más relevantes del 2020, sin ser las más importantes. Para la publicación estadounidense el Personaje del año es el presidente electo Joe Biden, un tipo sin mayor carisma o estrategia política pero que se metió a la Casa Blanca por la imbecilidad e incompetencia de Donald Trump.
Si tuviese que elegir un personaje del año haría lo mismo que estos medios: aplaudiría a doctores, enfermeras, neumólogos y todo el equipo médico que ha trabajado de manera incansable para cuidar a los enfermos de Covid-19, pero no serían los número uno. A fin de cuentas están haciendo lo suyo. Que es titánico hacerlo en un país como Colombia, donde el sistema de salud es precario y los salarios son paupérrimo, es cierto, pero es su labor. Por ello tampoco destaco cuando aplauden a un político por ser “honesto” y cumplir, o a un futbolista por patear bien un balón.
El personaje del 2020 en Colombia debería ser Julián Vélez Grisales, ese estudiante que, estando en Wuhan, no quiso ser parte de los pasajeros de ese vuelo humanitario que el Gobierno nacional envió a la China para repatriar a los connacionales y sacarlos del foco de la pandemia. El joven de 20 años argumentó en ese momento – febrero, cuando el coronavirus no había llegado a Colombia – que quedarse era “un aporte responsable para evitar la propagación del virus”, alejándose del show mediático que el presidente Iván Duque y su gabinete montaron en torno a este hecho. Además desmintió todos los rumores y chismes que se tejieron alrededor de este mal, como que la gente caía muerta en medio de la calle o que se estaban muriendo de hambre.
Fue una posición sensata pero criticada con folclor tropical por varios ciudadanos que no entendían cómo este colombiano prefería el encierro en China al ambiente del Valle del Cauca, su tierra natal. Pero Vélez Grisales se guardó y acató las medidas draconianas de los chinos que hoy tienen a Wuhan como zona libre de Covid-19. La cotidianidad retomó su rumbo y los controles son constantes; a Julián le tienen garantizados exámenes clínicos y los mejores cuidados médicos en caso de enfermarse. Ya puede ir a la universidad de manera presencial y hacer vida social, actividades que aportaron a que la economía china creciera 4.9% en el último trimestre.
Mientras tanto aquí no saben si mandarnos otra vez a cuarentena en plena Navidad, las UCI están saturadas, la gente no se protege y sigue saliendo en montonera a las calles, la economía no parece despegar y el Gobierno no sabe qué, cómo ni cuándo es la vuelta de las vacunas porque el presidente Duque encontró su vocación: ser presentador de televisión.
Julián Vélez Grisales no solo merece ser el Personaje del año, sino ser embajador de nuestro país en cualquier parte del mundo. Bueno, también es que – como en el caso de Biden y Trump – a cualquiera que comparen con Iván Duque parecerá una lumbrera.

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