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El plan de Peirano para impactar con ciencia y tecnología en 5 áreas clave

El plan de Peirano para impactar con ciencia y tecnología en 5 áreas clave

En diálogo con Ámbito, el presidente de la Agencia I+D+i destacó la importancia de ampliar la oferta exportable del país para producir a gran escala, aunque aclaró que “no es sólo favorecer las tecnologías porque sí, hay que crear empleo y valor agregado”. Dio detalles de sus reuniones con la industria automotriz y destacó el modelo de financiamiento implementado por la Unión Europea.

Habló además de la necesidad de contar con la Ley del Conocimiento que se trata en el Senado y afirmó que para sacar provecho de las transformaciones hay que llegar antes que otros países. Aseguró que para la ciencia y la tecnología hay “un cambio de 180 grados con la Argentina de 2019”.

Periodista: ¿Cómo ve la pospandemia?

Fernando Peirano: El desafío inmediato es pasar de lo coyuntural a lo estratégico. Con la pandemia se generaron muchas cosas interesantes, como los dispositivos de salud, a los que hay que potenciar para que formen parte de la oferta exportable del país. El objetivo es ocupar un lugar importante en la capacidad de transformación, con impacto en lo social y económico. Queremos reconstruir una Agencia que venía muy golpeada: en diciembre de 2019, de 28 instrumentos de promoción sólo estaban vigentes tres, los otros 25 habían sido suspendidos o cancelados.

P: ¿Cuál es el rol de la Agencia?

FP: Estamos en el corazón del sistema científico argentino, financiando, estructurando y viendo que todas las partes cumplan su rol. Debemos coordinar recursos humanos altamente calificados y estamos en contacto con 25.000 investigadores, con miles de proyectos y empresas, a través del Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR), el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT) y el Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC). La Agencia financia el riesgo tecnológico, los proyectos tienen la facilidad económica y una hoja de ruta, una secuencia de acciones con una lógica.

P: ¿Qué ejemplo de gestión a nivel mundial rescata?

FP: En los últimos años lo más interesante fue la idea de la Unión Europea de un financiamiento organizado por misiones, también Estados Unidos y China tienen sus misiones con objetivos estratégicos. En la Argentina, un país de industrialización intermedia, esas misiones deben tener una lógica encuadrada en un esquema Problema-Solución: identificar un obstáculo a nuestro desarrollo y estructurar y financiar la manera en que las nuevas capacidades lo solucionen. En vez de adentrarnos en territorios desconocidos, debemos focalizar el esfuerzo en la estabilidad, para dar certidumbre a proyectos que rinden frutos luego de años. Pero es clave el timming, llegar antes que otros países similares al nuestro, allí se juega gran parte de sacar provecho de las transformaciones.

P: ¿Cuáles son las áreas clave a impactar?

FP: Hay cinco vectores claros en los que vemos oportunidades muy fuertes de transformación tecnológica. En el Agro hay que dar el salto para pasar de proteínas verdes a rojas, es decir de proteínas vegetales a animales. Debemos agregar valor a la producción de alimentos, enfocarnos en los alimentos funcionales que tienen alguna mirada desde la salud, en productos regionales que hablan de nuestra identidad, en una producción de alimentos vinculada a una mirada social.

En la Transición Energética, pasar de una matriz con mucho peso del petróleo a una diversificada, donde juegan las energías renovables como la eólica y solar, pero también la geotérmica, el hidrógeno, el desarrollo del litio. En las cosas menos exploradas es donde más peso y protagonismo debemos tener.

En el Modelo Ambiental, porque esta plataforma productiva nueva debe tener un fuerte componente de la agenda del medio ambiente. En la Transformación Digital y cómo impacta y atraviesa toda la producción, el comercio y la educación. Y en la Salud, cuya importancia se ha demostrado en estos meses. El coronavirus sin dudas confirmó que tener ciencia y tecnología argentina es un plus en situaciones difíciles.

P: Estuvo reunido con el sector automotriz, ¿cuál será el aporte concreto?

FP: Nuestro aporte no será tanto para la industria automotriz que conocemos, sino para facilitar la transición a nuevos paradigmas como los autos eléctricos. Como dije, podemos apuntalar el hidrógeno, una tecnología que no se está mirando tanto pero que con un desarrollo acelerado podrá tener impacto. Entender esa tecnología y adoptarla para ayudar a la industria a tener líneas de producción basadas en el hidrógeno es muy importante. Esas iniciativas y desafíos implican que nos convoquen. En eso es clave el liderazgo del Ministerio de Ciencia para avanzar en el dialogo con otros sectores, para no ser un área encerrada en sí misma y potenciar lo que podemos hacer.

P: Suele pensarse que el automotriz es un sector reticente por el temor a la pérdida de empleos

FP: Lo interesante es que el mismo sector privado y el sector sindical hayan impulsado un estudio y planteado una mesa de trabajo con objetivos y plazos. Aunque es un modelo a trabajar con empresarios y trabajadores en la transición, porque no solo se trata de impulsar la transformación, hay que regular el ritmo y la orientación. No tienen sentido las nuevas tecnologías por sí mismas, debemos valorar lo ya existente porque la política pública debe resguardar las dos cosas: favorecer las tecnologías y al mismo tiempo crear empleo y valor agregado. No solo importa tener la “novedad tecnológica”.

P: ¿Qué papel jugarán las start ups?

FP: Los emprendedores y las start ups tendrán un rol importante para fomentar una industria tan importante como la del software nacional. Debemos articular unas 4.500 pymes y grandes empresas con el sector industrial y fabricantes de bienes de capital que deben transformarse. Una de las primeras cosas que haremos en la pospandemia será facilitar el software embebido dentro de los equipos, para propiciar bienes de capital inteligentes y con un valor agregado.

P: ¿Qué opinión tiene de la Ley del Conocimiento que está en el Congreso?

FP: Es una ley necesaria y ayudará a agregar un nuevo capítulo al gran avance que fue la conformación del sector del software. Estamos esperando que se defina el régimen de promoción y las regulaciones que vienen con la ley. El cambio se da por las dos vías, la regulación y la promoción. Nosotros no hacemos regulaciones, en eso está el Ministerio de Desarrollo Productivo, pero estamos bien articulados con ellos y en la misma sintonía.

P: Tras los reclamos, ¿la subvención extraordinaria fue bien aceptada por los becarios?

FP: En nuestro caso no tuvimos mayores problemas porque la mayor parte de los becarios están vinculados a los proyectos de investigación subvencionados, entonces la relación es con la institución donde se desarrolla y no con la Agencia. De todas formas, en los casos que corresponde estamos implementando la subvención del 70% decidida por el Ministerio a quienes se les terminan las becas en estos meses. Eso dará una certeza para una transición gradual y ordenada.

P: ¿Qué impresión se llevó de la reunión que mantuvo con el jefe de gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Ciencia, Roberto Salvarezza?

FP: El tema central fue la reasignación de los fondos de la AFI para promover la exportación de los productos surgidos de proyectos Covid-19. Los kits de diagnóstico serológicos están siendo muy útiles, pero queremos que sean un producto industrial para exportar de forma masiva y a bajo costo. También tenemos el desafío de la producción a gran escala del suero equino hiperinmune. El jefe de Gabinete nos pidió que no esperemos el resultado de la aprobación médica y de ANMAT para empezar, porque cuando llegue esa confirmación ya tienen que estar dadas las condiciones para producir a gran escala.

P: ¿Cuál es el escenario para la ciencia y la tecnología?

FP: Veo un cambio de 180 grados con la Argentina de 2019, un entusiasmo en concretar soluciones que no estaba antes, porque cambiaron las políticas y se nota la confianza. El presidente Fernández está orgulloso de los resultados de los científicos, esto parece obvio pero no lo fue en los últimos años de tensión entre los científicos y el gobierno de Macri. Están abiertas las puertas a que universidades e institutos hagan un aporte significativo. Eso es muy importante, porque el que tiene vocación por descubrir, investigar y enseñar en definitiva lo que tiene es vocación de ayudar al otro.

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