Los frentes Jaime Martínez, Carlos Patiño y Dagoberto Ramos del Estado Mayor Central (EMC) de las Farc han establecido un dominio criminal significativo en las regiones de Cauca y Valle del Cauca. Este poder se fundamenta en diversos factores estratégicos y estructurales, que les permiten ejercer control y mantener una constante ofensiva contra la Fuerza Pública y las comunidades locales.
Factores Clave del Poder Criminal
- Monopolio de la Marihuana Cripa
El norte del Cauca alberga vastas extensiones de cultivos de marihuana tipo cripa, protegidas por leyes de autonomía indígena que permiten a las familias étnicas poseer hasta dos hectáreas de cultivos ancestrales. Municipios como Corinto, Toribío, Miranda, Caloto y Santander de Quilichao son los principales productores de esta marihuana, que se distribuye en plazas de vicio de las principales ciudades colombianas y se exporta a Brasil, Panamá y las islas antillanas. - Enclaves Estratégicos del Narcotráfico
El Cauca y el Valle del Cauca son cruciales en la cadena del narcotráfico, con cinco enclaves estratégicos de cocaína identificados por la ONU: Argelia – El Tambo, Timba – Jamundí – Buenos Aires, El Naya, Policarpa – Patía y Timbiquí – Saija. En estos territorios se desarrolla toda la cadena de producción y distribución de cocaína. La droga producida en estas zonas se transporta a través del puerto de Buenaventura, uno de los principales puntos de salida para las exportaciones ilegales hacia los cinco continentes. - Ingresos Lucrativos del Narcotráfico
Los frentes guerrilleros cobran «impuestos» a los exportadores de cocaína por el uso de sus territorios y por el embarque de la droga en el puerto de Buenaventura. Estas actividades generan ingresos multimillonarios que financian sus operaciones y fortalecen su capacidad armada. El alcalde de Cali, Alejandro Eder, estimó que el frente Jaime Martínez controla alrededor de 3.000 a 3.400 hectáreas de cultivos de coca, produciendo aproximadamente 80 millones de dólares al año. - Abandono del Estado a las Áreas Rurales
La falta de presencia y acción efectiva del Estado en las áreas rurales de Cauca y Valle del Cauca ha permitido que las disidencias de las Farc consoliden su poder. La ausencia de instituciones estatales y de programas de desarrollo sostenible deja a las comunidades vulnerables y dependientes de las economías ilegales.
Consecuencias de la Escalada Terrorista
Desde principios de abril, las regiones de Cauca y Valle han enfrentado una escalada terrorista, la tercera en lo que va del año. Los frentes Jaime Martínez, Carlos Patiño y Dagoberto Ramos han intensificado sus ataques contra la Fuerza Pública y las comunidades locales mediante bombas, tatucos, asonadas y ráfagas de fusil. A pesar de los esfuerzos de las Fuerzas Militares para contener la ofensiva, los guerrilleros, con un nutrido arsenal, logran escapar mezclándose con la población civil y aprovechando la compleja topografía.
Raíces Profundas del Conflicto
La Comisión de la Verdad, en su documental «¿Por qué persiste la guerra en Cauca?», señala que la persistencia de la violencia y el conflicto en esta región se debe a la convergencia de tres factores: el despojo de tierras, las economías ilegales y las alianzas entre distintas fuerzas políticas y armadas. Estos elementos han creado un entorno propicio para la perpetuación de la violencia y el control criminal de las disidencias de las Farc.
Conclusión
El poder criminal de las disidencias de las Farc en Cauca y Valle del Cauca es el resultado de una combinación de factores económicos, geográficos y estructurales. El monopolio de la marihuana cripa, los enclaves estratégicos del narcotráfico, los ingresos multimillonarios y el abandono del Estado han permitido a los frentes Jaime Martínez, Carlos Patiño y Dagoberto Ramos consolidar su control y mantener una constante amenaza contra la estabilidad y la seguridad de la región. Abordar este complejo problema requerirá una intervención integral y sostenida por parte del Estado y la comunidad internacional.