Los comentarios de Saied confirman que está avanzando con los cambios políticos, aunque aún no se han acordado con otros actores clave.
El presidente también dijo que la Comisión Electoral Independiente (ISIE) supervisaría las elecciones, aunque no en su composición actual, en referencia a su intención de cambiar algunos de sus miembros.
Saied, quien disolvió el parlamento la semana pasada después de tomar el control del poder ejecutivo el verano pasado y gobernar por decreto en una medida que sus opositores calificaron de golpe de estado, está bajo una fuerte presión interna y externa para restaurar el país en un camino democrático.
La crisis política se intensificó la semana pasada cuando más de la mitad de los parlamentarios realizaron una sesión online para revocar los decretos de Saied. Saied respondió disolviendo el parlamento e imponiendo el gobierno de un solo hombre.
Saied, quien rechazó las acusaciones de que estaba perpetuando el gobierno individual, dijo que dialogaría sobre reformas políticas, pero agregó que los “traidores y ladrones” no participarían en las conversaciones.
Anteriormente dijo que formaría un comité para reescribir la constitución, someterla a referéndum en julio y luego celebrar elecciones parlamentarias en diciembre.
Rached Ghannouchi, el líder del principal partido de la oposición, el islamista Ennahda, dijo a Reuters la semana pasada que su partido boicotearía cualquier elección y haría un referéndum convocado por Saied para reestructurar el sistema político unilateralmente.
El Partido Constitucional Libre, cuyo líder Abir Moussi es partidario del difunto presidente autocrático, Zine El Abidine Ben Ali, y enemigo acérrimo de Ennahda, se hizo eco de la intención de Ennahda de boicotear cualquier elección prevista que, según Mousssi, sería una «obra de teatro».
Moussi, cuyo partido va por delante en las encuestas de opinión, dijo que según la constitución, Saied debe convocar elecciones dentro de tres meses, no en diciembre.
