El jueves, los inversionistas continuaron su búsqueda de seguridad e inundaron los bonos mientras persistía la venta incesante en el mercado de valores, lo que empujaba a la baja los rendimientos del Tesoro.
El rendimiento del bono del Tesoro a 10 años de referencia cayó 7 puntos básicos a 2,842% después de subir a su nivel más alto desde 2018 a principios de semana. El rendimiento del bono del Tesoro a 30 años bajó 3 puntos básicos hasta el 3,231%. Los rendimientos se mueven inversamente a los precios y 1 punto base es igual a 0,01%.
A medida que continuaba la venta masiva de acciones, los inversores volvieron a los bonos en busca de seguridad. El cambio impulsó aún más los precios de los bonos al tiempo que redujo los rendimientos, que se mueven inversamente entre sí.
El índice de precios al consumidor de abril, publicado el miércoles, subió un 8,3% interanual. Eso fue más alto que el crecimiento anticipado del 8,1% en la inflación, pero estuvo por debajo de la lectura del IPC del 8,5% de marzo.
El rendimiento del Tesoro a 10 años volvió a subir por encima del 3% tras la publicación del informe, pero luego retrocedió.
La última lectura de inflación respalda los planes de la Reserva Federal de aumentar las tasas de interés de manera más agresiva para combatir las persistentes presiones de precios, lo que alimenta los temores de recesión.
Bob Parker, miembro del comité de inversiones de Quilvest Wealth Management, dijo el jueves a «Squawk Box Europe» de CNBC que «el riesgo de que la economía global entre en recesión obviamente sigue siendo un riesgo externo».
Sin embargo, Parker creía que las posibilidades de una recesión habían aumentado de entre el 10 % y el 15 % hace unos meses, a cerca del 30 %, con un horizonte temporal de 1 a 2 años.
«Entonces, si llamas a eso estanflación, sí lo tenemos», dijo.