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El reto regional de este año es recuperar el terreno perdido | Economía

El reto regional de este año es recuperar el terreno perdido | Economía

Si bien la crisis por coronavirus golpeó a diferentes sectores de la sociedad en alguna medida, las mujeres fueron de los grupos que más han tenido que sufrir por la pandemia. Y Colombia, ni los países de la región han sido ajenos a eso.

(Día de la mujer llega con más resiliencia). 

Para el caso de Colombia, por ejemplo, los sectores que más tuvieron que cerrar o se vieron limitados por las restricciones fueron aquellos que contratan mayoritariamente mujeres, como es el caso de alojamiento, servicios de comida, comercio, actividades artísticas e industrias manufactureras.

Eso, sumado a que las mujeres tuvieron un aumento de las cargas domésticas por el cierre de colegios y jardines, llevó a que la tasa de desempleo para ellas en 2020 cerrara en 20,4% y para ellos en 12,7%, según el Dane.

Incluso, con los datos más recientes, ese número siguió al alza para ellas, pues fue de 22,7%, frente a un 13,4% para los hombres en enero de 2021.

A eso se le suma que las mujeres han dejado de buscar trabajo para dedicarse a tareas del hogar. Según el Dane, de un total de 7,7 millones de personas inactivas en 2020, 4,4 millones eran mujeres y de ellas, el 59,2% se estaba dedicando a oficios del hogar.

Otro de los ingredientes preocupantes para las mujeres son los índices de pobreza, que van en aumento. De acuerdo con el departamento estadístico, mientras que en el total nacional el nivel de pobreza monetaria fue de 35,7%, para ellas fue de 38,2% en 2019, lo que significó un aumento de 1 punto porcentual frente al año anterior.

Con ese escenario más complicado para ellas, tanto expertos, la academia y organismos interncionales insisten en que es clave promover el empleo para ellas y tratar de cerrar la brecha a través de programas de formación y reducción de cargas domésticas.

UN PROBLEMA REGIONAL 

A pesar del deterioro de las cifras en Colombia como consecuencia de la pandemia durante el año pasado, cabe decir que esta no es una situación ajena en el resto de la región, pues las cifras muestran que el impacto ha sido igualmente duro en toda Latinoamérica.

Precisamente, en un reciente informe de la Cepal sobre la materia, la principal conclusión que arrojó la agencia de la ONU es que en 2020 se perdió prácticamente una década de avances en términos de mejoras de ingreso y ocupación para las mujeres.

Tan solo en términos de desocupación, el reporte indica que la cifra llegó hasta el 12%, al tener en cuenta que la participación de ellas cayó 6 puntos porcentuales hasta el 46%. Pero al mostrar este impacto desde otra óptica, si tuviéramos en cuenta la misma presencia femenina que al cierre de 2019, el desempleo habría subido hasta el 22,2%, cifras no vistas en 10 años.

Y otro factor adicional a una tasa más alta de desempleo es el mayor riesgo. Según el informe, el 56,9% de las mujeres de la región están empleadas en sectores que asumirán el mayor impacto negativo en trabajo e ingresos, por tan solo el 38,7% de los hombres.

Y también se ven diferencias en cuanto a la protección, pues por poner unos ejemplos, solo el 35,8% de mujeres en el comercio cotizan a la seguridad social, el 25,9% en el turismo y el 24% en los hogares. Una de cada tres mujeres trabaja por cuenta propia.

En cuanto a la brecha salarial, la Cepal pone el ejemplo de la salud, clave en la pandemia, pues el 73,2% de los trabajadores ahí son mujeres, pero los hombres cobran hasta 23,7% más. Este dato sube hasta el 24,6% en Colombia, país que tiene una participación femenina del 78,3%.

La unión de estos factores hacen que el número de mujeres por debajo de la línea de pobreza en la región haya subido 23 millones hasta 118 millones.

Es por esta situación que la misma Cepal pidió a los gobiernos crear un ingreso básico de emergencia para las mujeres que han perdido su trabajo. El costo, calcula, sería de US$15 millones, 0,3% del PIB regional.

Y aunque las cifras económicas son preocupantes, las que tienen que ver con regulaciones no se quedan atrás. Según un reporte reciente del Banco Mundial, las leyes siguen siendo un importante freno a las oportunidades económicas de las mujeres. De hecho, en promedio, ellas tienen solo tres cuartas partes de los derechos de los hombres.

En Colombia, el índice es de 81,9, lo que se podría explicar como poco más del 80% de los derechos reconocidos a ellos.

En el país las regulaciones garantizan la igualdad de derechos en movilidad, desafíos del trabajo, matrimonio y en cuanto a bienes, pero está en el 50% en retribución, 80% en crianza de los hijos, 75% en emprendimiento y 50% en pensión.

Redacción Portafolio

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