El ritual de llevar y proteger a Goya, Dalí y Picasso en el Valle – Cali – Colombia


Antes de ser exhibidas, cada obra cuenta con su proceso de protección, que puede llegar a ser demasiado estricto según  el tipo  de obra y el tiempo de antiguedad. 

Nada es al azar. Cada pieza de arte que se exhibe en un museo o sala de exposición, trae consigo rituales e inimaginables protocolos de cuidados, que pueden llegar a ser tan valiosos como las mismas obras.

Así lo entendió el equipo de trabajo del Museo Rayo, en el momento exacto que fallece su creador, el maestro Omar Rayo.

“Rayo murió en junio y el aniversario del museo era para enero del 2011, así que nos agarró un gran reto, pues él quería celebrar el aniversario 30 del museo con una exposición de Fernando Botero”, cuenta Juan José Madrid, secretario general del museo.

“Cuando era con Omar Rayo, él llamaba directamente a Botero o al artista y le decía ‘préstame tal obra u otra’, pues eran colegas y no había problema, en cambio a nosotros nos tocó hacer todo el trámite; tratar de contactarnos con el no sé quién, mande correos…”, agrega.

Por fortuna, Botero le contestó al museo vallecaucano que tenía una colección que había donado para el Museo Nacional y que recorría otros otras latitudes. Así que el artista antioqueño le dijo al museo que se entendieran con el Nacional.

Objetos y portales que protagonizan distintas composiciones en las cajas de Elsa Zambrano, exposición del Museo- Rayo.

“Hicimos el acercamiento con el Museo Nacional, al que Botero había donado la serie ‘La violencia’. Desde ese momento fue cuando empezamos a profesionalizar el museo. Esa fue la inversión más grande del museo por una exposición de grandes costos. Nos tocó: instalar el sistema de cámaras de seguridad internas del museo, vino una persona del Museo Nacional, -una comisaria, exactamente-, vino a visitar al museo y las instalaciones, y hacer una evaluación”, recuerda.

Como resultado, los comisarios le recomendaron al museo: tener circuito cerrado de televisión, tener filtro Uv y comprar unos deshumidificadores (para mantener la temperatura ambiente en el espacio de exhibición).

Los seguros

La tensión por cumplirle una de las últimas voluntades a Omar Rayo, la vivieron los integrantes del museo, con el tema de los seguros.

“Nos exigían que debíamos tener unos seguros, que son lo más costoso, porque depende del valor de la obra. Para poder asegurar obras internas había que asegurar primero el bien. Una aseguradora no te asegura una obra sino tienes un seguro de la planta física del museo, así que nos tocó hacer la inversión de hacer asegurar el museo para poder luego asegurar las obras que iba a llegar. Todos los pasos que nos tocó hacer y esos los hicimos en seis meses”, recuerda Madrid.

Y agrega: por ejemplo, “asegurar un cuadro de Botero podría valer mil millones de pesos un solo cuadro, entonces si son solo 20 cuadros. A veces el valor del seguro es superior al de la nómina”.

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Para Juan José, el tema de los seguros es tan complejo y cuidadoso, que si una obra tiene un hilito salido, ese mismo debe estar ahí cuando se termine la exposición, debido a que de lo contrario, ya entrarían a evaluar los seguros y el valor de la restauración.

“Si una obra que estuvo en exhibición, el comisario viene y ve que tiene un rayón que no tenía, él reporta y la aseguradora debe cubrir los costos de reparación y restaurador de obra. Por eso están los seguros”, dice.

Sin embargo, considera que en pandemia el tema de los seguros se ha vuelto complejo: “A nosotros se nos venció el seguro del museo y qué problema para reasegurarlo otra vez. Una dijo que no, otra que no se qué y la que lo estaba haciendo dijo que aseguraba el bien, pero no obras”.

Los guardianes del arte

Las grandes obras y exposiciones cuentan con un comisario, persona encargada que acompaña las obras y las entrega.

Nos ha tocado instalar unos equipos para la lectura de la temperatura ambiente en las salas y en muchos casos, tenemos que reportarles la temperatura diariamente

“Las obras cuando llegan con un comisario se deben dejar reposar. Solamente abren las cajas para que les entren aire, pero no se pueden sacar las obras. Al día siguiente hay todo un desembalaje obra por obra, revisión de cada una de ellas de manera milimétrica. Esto toma mucho tiempo y si tiene un rayoncito, un peloncito, un huequito o un hilito, todo, eso queda tal cual descritas en unas fichas técnicas, de modo que cuando se termina la exposición vuelve el comisario a revisar milímetro por milímetro”, explica Madrid.

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Este paso se constituye en el más complejo en el caso de las grandes exposiciones. Es por eso que recomiendan “tener un equipo especializado para la conservación”.

“Nos ha tocado instalar unos equipos para la lectura de la temperatura ambiente en las salas y en muchos casos, tenemos que reportarles la temperatura diariamente. A esto hay que agregarle que las obras no viajan solas, se hace por avión”, añade el secretario.

Ojos de arte

Otra de las alternativas que emplean muchos museos para tener grandes exposiciones, se logran con expertos y curadores. En el caso el Museo Rayo, cuentan con Miguel González, una de las autoridades sobre el conocimiento del arte en el país.

“Miguel González tiene unos alcances importantísimos; sabe quién tiene la obra de cierto personaje y donde se pueden encontrar. Cuando el museo cumplió 35 años, Miguel trajo una exposición de Andy Warhol, de coleccionistas que lo conocen y se lo prestaron a él”, explica.

Experiencia en La Tertulia

Para Aida Cristina Garzón, administradora de Colecciones del Museo La Tertulia, las exigencias de transporte se realizan según estándares internacionales, pero dependen de la persona que envía.

“Nosotros recibimos exposiciones hace tres años más o menos, recibimos una exposición que se llama ‘Futuro perfecto’, que era alemana y tenía varias obras. Ellos tenían guacales y la exposición había venido viajando por todo el mundo, tenían guacales especiales para cada una de las obras, tenían un equipo de montaje con la exposición, que tenía muchas piezas complicadas de transportar, unas de gran peso, otras de gran formato, había unas que eran muy grandes y tenía un guacal especial.

“Quien está prestando las obras establece unas obligaciones por préstamo, le da unas obligaciones a quién las da en préstamo”, anota.

JOSÉ  ANTONIO MINOTA HURTADO
CALI

Fuente de la Noticia

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