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Una batalla ha marcado el inicio oficial de la campaña en busca de la Gobernación del Quindío, con 2 protagonistas: Jorge Ricardo Parra, de Cambio Radical, y Juan Miguel Galvis, de Creemos. Aunque Parra completa un año de campaña, como él mismo lo ha publicitado en sus redes, ha visto cómo Galvis, con tan solo 3 meses en el ruedo, lo ha igualado, tanto que hoy están en un cabeza a cabeza.
La fórmula Papa se ha partido en la mitad. Por un lado está James Padilla, que según la más reciente encuesta puntea en el favoritismo hacia la alcaldía de Armenia, y por el otro Parra, que aunque ha sido remolcado por su coequipero no ha logrado enamorar al electorado.
Aunque han tenido una desmedida arremetida publicitaria, con vallas, pendones y afiches por todo el departamento (hasta quitaron una valla de Yenny Trujillo y pusieron una de ellos en el puente La Cejita), los de la fórmula cargan con el peso de ser apoyados por el alcalde de Armenia, José Manuel Ríos, de pobre desempeño, y de aceptar en sus filas a personas como Sandra Paola Hurtado, que está inhabilitada por corrupción.
El recibir corruptos es una muy mala carta de presentación para esta dupla que por ello pierde terreno y se muestra como la mala, como un peligro para el Quindío. No se puede tapar el sol con un dedo, su fama es pésima, y esa rivalidad, puesta hoy sobre el terreno, se convierte en una ventaja para Galvis, que no pacta con corruptos, como lo demostró cuando le dijo “NO” a Luz Piedad Valencia, condenada por corrupción, lo que significó perder el aval del partido liberal. Es por esas demostraciones que los ciudadanos hoy dicen en la calle: “Vamos a votar por Galvis porque es el único diferente”.
Me lo han dicho en restaurantes, me lo han dicho los taxistas que llevan afiches solo porque les pagaron, y la gente lo dice porque no es boba, porque no se deja meter los dedos a la boca, porque está cansada de lo mismo.
Parra recibió un ultimátum de su grupo, porque este mueve sus fichas, hace alianzas, pero si el candidato no gusta, simplemente no gusta, y si bien no lo bajarán, sí le quitarán parte del apoyo económico si no repunta.
Por ello, mostrando debilidad, Parra tomó la decisión de apuntar hacia Galvis. A través de sus colaboradores lo ataca a él y a su campaña limpia, pero intencionalmente olvida que fue su grupo el que les quitó el agua a los montenegrinos, a los filandeños, a los quimbayunos, a los circasianos, a los tebaidenses y a muchos más, pues son los ‘dueños’ de EPQ.
Mientras tanto, Galvis desborda carisma, es el bueno, es ‘El Diferente’, es el que quiere la gente; y en ese cabeza a cabeza, poco a poco toma ventaja, porque comprendió que si del cielo te caen limones debes aprender a hacer limonadas y si de arriba te caen pedazos de una papa hay que aplastarla y hacer un rico y delicioso puré.
Por: GS Oliver
Comunicador social – periodista
Director www.finito.pro
