Redacción
La historia de Carlos Mutumbajoy, es inspiradora porque no solo con su arte conserva parte de la cultura y ancestralidad Kamëntsa, también es una oportunidad para jóvenes en procesos de rehabilitación. Un pedacito del Putumayo en Jamondino Pasto.
Noticias Suroccidente.
En la vereda «Las Cochas» sector el puente amarillo en Sibundoy – Putumayo, creció Carlos Mutumbajoy, un artesano soñador, hasta que la guerra le arrebató familiares y lo desplazó, pero no le quitó su alma Camsá.
Ni sus raíces de esta etnia indígena americana, porque aunque tuvo que salir de su tierra, lleva consigo la ancestralidad de su comunidad.
Si se busca en Google Kamëntsá, aparece: «Camsá, kamsá o Kamëntšá (también sibundoy y kaminčá) es una etnia indígena americana que habita en el valle de Sibundoy, en el noroeste del departamento de Putumayo, y en el este del departamento de Nariño».
De ahí para adelante, hay cientos de vídeos, artículos e investigaciones sobre esta etnia de cientos de años.
La guerra los tocó
«Yo siempre pensaba en crecer en una gran familia mis padres, compartir hasta que tenga uso de razón, pero no fue así», le cuenta Carlos a TuBarco Noticias Pasto.
Mutumbajoy recuerda una dura etapa de su vida que lo marcó.
«Yo estaba estudiando en el horario nocturno, cuando me llaga la noticia que mi padre fue masacrado delante de mis hermanas por el frente 58 de las FARC por Joaquín Gómez», hace una pausa.
La vida de Carlos Mutumbajoy cambió radicalmente a sus 13 años de edad ya que fue desplazado forzadamente por la guerrilla.
«Mi madre nos trajo a esta ciudad en Pasto desde niño», recuerda, «realizaba dibujos y pintaba cuadros, yo los vendía puerta a puerta para poder adquirir algún recurso y ayudar a mi madre con los gastos».
Carlos a su temprana edad tuvo que aprender diversos oficios para poder subsistir en un territorio desconocido.
Tenía que luchar con una ciudad con costumbres diferentes, y no dejar perder su espíritu kamsá.
«Yo trabajaba cargando bultos en el mercado el Potrerillo y Lorenzo, también vendí helados, bueno en diferentes labores», explica.
Busco emprender su labor como artesano, iniciando un gran reto: «Transmitir su cultura».
Y la belleza de su arte fue atrayendo admiradores y aprovechaba para hablar de su pueblo. Así ha llegado a exponer en diferentes zonas de Colombia y en el exterior.
Salvando vidas
«Con un convenio que logramos realizar con la Fundación Sol de los Andes en Pasto, creamos la cuarta fase donde los jóvenes van a mi taller y terminan el proceso de rehabilitación», explica.
El Maestro Mutumbajoy transmite sus saberes y cultura con el fin de lograr un cambio de vida.
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«Les enseñó todo lo que es la agricultura, artesanías, pintura, enchape, escultura», señala.
Y es que ahí, no se trata solo de hacer una obra o una artesanía, es «crear hábitos de disciplina y superación personal».
Finaliza con un mensaje para la comunidad:
- «Siempre hay que servir años a los demás; si uno no nace para servir, entonces ni para que vivir, busquemos compartir de lo mejor con las personas que más lo necesitan».
Yësfscam (hasta pronto) en el idioma kamëntsa.
